Las aulas están bien abiertas
31May21Volvieron las clases presenciales, fue la decisión comunicada, el pasado viernes, por Horacio Rodríguez Larreta, titular del ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por Darío Balvidares
En conferencia de prensa el jefe de gobierno porteño había anunciado que: “las escuelas iban a ser lo último en cerrar y lo primero en abrir“, una frase repetida hasta el cansancio en distintos ámbitos de la política, los organismos internacionales, especialistas en salud y el propio periodismo. Como si el solo hecho enunciativo corrigiera el movimiento viral.
En el mismo comunicado, estimó que se viven “momentos de incertidumbre”, algo muy propio del espacio político que integra, puesto que quién había sido primero, ministro de educación en la Ciudad y luego en la Nación, Esteban Bullrich, supo ser un cultor de la “incertidumbre”, incluso, proponiéndola como un “valor”.
Hoy están obligados a la frescura de la presencialidad les niñes que asisten a jardines maternales, preescolar, educación inicial y primaria; lo harán de manera bimodal les estudiantes de primero y segundo año de la escuela media; mientras que para los años superiores se decidió la educación virtual, puesto que son les que más usan el transporte público, según el gobierno. Además, para sostener la virtualidad, el jefe de gobierno anunció que: “La Ciudad invertirá 1.700 millones de pesos en la Beca Estudiantil para que los chicos del secundario tengan mejor conectividad en sus casas, que alcanza a 48.300 estudiantes del nivel secundario de gestión estatal”. Nada dijo sobre cómo se va a implementar, ni en qué tiempo recibirán las becas que por estudiante representan 35.196 pesos, que para acceder a una computadora solo alcanza para una seña. Seguramente es otra de las estrategias para que la “incertidumbre” se convierta en un “valor”.
Otro enunciado que se deslizó en la conferencia de prensa y que pasó desapercibido es que el propio titular del ejecutivo reconoce que: “El nivel de contagio en las escuelas es el más bajo de la Ciudad”. Esto significa que Rodríguez Larreta admite que en la escuela se producen contagios, a lo que habría que sumarle todo el tema de la circulación para llegar y volver de la escuela.
La autonomía de la presencialidad es lo manifiesto en plena pandemia, durante los picos más altos de contagios y muertes, mientras las puertas del invierno, que se viene insinuando, también se abren, con mañanas muy frías y ventanas muy abiertas.
Porque no solo se trata del covid-19, todos sabemos que estas son épocas de otras enfermedades respiratorias, que no van a relegar su lugar y que van a impactar en el alumnado y la docencia. No es por jugar con la incertidumbre, es lo que suele ocurrir en todos los inviernos, las familias y les docentes lo saben.
En épocas de los fríos mas contundentes se organizaban, con justa razón, las protestas estudiantiles por falta de calefacción. ¿No sería ir demasiado lejos exponer directamente al frío y los contagios al conjunto del alumnado y sus docentes por una idea política que poco tiene que ver con la educación?
No es casual que Córdoba y Mendoza, aún con el aumento de casos de manera exponencial, avancen en el mismo sentido que la Ciudad. Sin embargo, el gobernador de Corrientes que había anunciado la misma línea de su par porteño, cambió de decisión y a través de twitter comunicó, ayer, que: “Junto a los intendentes y el Comité de Crisis decidimos extender por una semana más todas las medidas sanitarias anunciadas. Debido al impacto de la segunda ola de la pandemia en Corrientes, tenemos que mantener reducida la movilidad lo máximo posible“.
Respecto de la escuela como espacios seguros, como también decía el ministro de educación nacional, Nicolás Trotta: “La evidencia demuestra que (las escuelas) son espacios seguros y necesarios para acompañar a nuestras niñas/os”, ya no hay tanta seguridad, más bien, ninguna, incluso, por el reconocimiento que hizo el propio jefe de gobierno porteño en la conferencia de prensa.
Sucede que desde abril, un comunicado de prensa de UNICEF y la Sociedad Argentina de Pediatría, afirmaba el reiterado enunciado que mencionamos al principio de este artículo: “La escuela es lo último en cerrar”.
Lo que habilitó a múltiples interpretaciones, desde Trotta hasta Larreta y su discípula, la ministra, Soledad Acuña, fiel al sentimiento peyorativo sobre la educación pública. Con mirar los presupuestos asignados a la cartera educativa, no sólo se aprecia que nunca hubo amesetamiento presupuestario, sino que año tras año fue disminuyendo. Hace catorce años, cuando empezó a gobernar el PRO, estaba en el 28% del total; en 2021, en el 17.2.
Aún hay más, en 2020 el presupuesto de infraestructura fue de 3000 millones de pesos; este año, de 1.140 millones. Es decir que, tal vez, con lo que no invirtieron, ni siquiera para mantenerlo en ese paupérrimo valor de 2020, puedan tener, realmente, los dineros para la beca estudiantil anunciada. Lo cierto es que nunca se invierte, siempre se subejecuta la partida presupustaria.
Aunque también es probable que los dineros para la beca se tomen de la probable venta del “ inmueble sito en la calle Pringles N° 354, lindero al jardín Centro de Desarrollo Infantil (CEDI) sito en Pringles N° 340/42/44 cuya enajenación fue aprobada por la Ley N° 3.397. Este jardín es uno de los pocos que admiten alumnas/os de 45 días a 3 años. En la Comuna N° 5 faltan 500 vacantes en ese rango etario“.
Las aulas están bien abiertas, pero no contarán con docentes, puesto que Ademys y UTE, los dos gremios mayoritarios en la Ciudad decidieron paro para este 31 de mayo en salvaguarda de la vida.
Foto destacada: Diario19