Redes sociales: ¿Hay que ‘clavarle el visto’ a WhatsApp?
1Jun21 0 Por AdminTras el cambio en los términos y condiciones impuestos por Facebook en la principal red mundial de mensajería instantánea, miles de personas migraron a Telegram y ahora la Unión Europea anuncia un pase parcial a Signal. ¿Cómo funcionan estas redes? ¿Es importante que las organizaciones sociales y populares incorporen este tema en su agenda?
Por Martín Torres
A principios de año, comenzaron a llegar mensajes de WhatsApp a los celulares de los más de 1000 millones de personas que utilizan esta red. Anunciaban un cambio en los Términos y Condiciones (sí, eso que casi nunca se lee, antes de aceptar alguna app), por el cual se disponían a compartir información de usuarixs con Facebook.
Probablemente, desde la cúspide de la empresa, apostaran a la pasiva aceptación recibida en 2016. Pero las cosas no salieron de esa forma.
Esta vez, personalidades de diversos espacios anunciaron públicamente su abandono de WhatsApp, para continuar sus comunicaciones en otras redes. Las dos más elegidas, fueron Telegram y Signal. La primera, sumó 25 millones de descargas en 24 horas tras los anuncios y se acercó a 500 millones de usuarixs.
En estos meses ha habido idas y vueltas de la empresa respecto al tema. Sin embargo, la semana pasada las autoridades de la Unión Europea anunciaron que una parte sustancial de sus comunicaciones migrarían a Signal, por considerar que la seguridad de los datos no estaba garantizada tras los cambios informados.
Lo tecnológico es político
Desde hace unos años, las redes sociales se han expandido hasta alcanzar niveles de adhesión impensables para alguna tecnología anterior. Miles de millones de personas, todos los días, comparten opiniones, valoraciones, intimidades…datos. La mayoría de ellos, quedan en manos de corporaciones cada vez más poderosas, con las manos libres para utilizarlos según sus propios intereses. La decisión de Twitter -absolutamente unilateral e inconsulta- de silenciar a Trump, más allá de que estemos en las antípodas del ex presidente estadounidense, debe encender las luces de alarma sobre el tema de quiénes definen la comunicación global.
Sin embargo, a pesar de la importancia que han adquirido, son sólo pequeños círculos los que han puesto el foco en ellas[1]. Casi podría decirse que, incluso entre organizaciones y comunidades que pelean por el cambio social, la cuestión de la tecnología tiene una importancia menor.
Sin dudas que el debate excede por mucho este artículo, pero bien vale la pena insistir en abordarlo con urgencia.
¿Es posible una sociedad diferente, con estas tecnologías opresivas e hípercentralizadas? ¿Sólo con ponerlas en otras manos, ya serían “buenas”? Si la respuesta a ambos interrogantes es “no”, para ‘clavarle el visto’ a WhatsApp urge que seamos capaces de construir una alternativa desde la reflexión colectiva.
[1] Para información sobre el funcionamiento de estas redes, se puede visitar la publicación de la revista nibo.info en el siguiente enlace