Alberto Fernández, los barcos y la síntesis etnocéntrica

Alberto Fernández, los barcos y la síntesis etnocéntrica

10Jun21 0 Por Admin

En una visión muy acotada propia del etnocentrismo, el presidente de la nación, Alberto Fernández, durante la reunión mantenida con su par de España,  dijo que “… los argentinos llegamos de los barcos”;  “…los mexicanos salieron de los indios…” y “los brasileros salieron de la selva…”.

Por Darío Balvidares

Seguramente quiso hacer una alusión a la frase notoriamente famosa adjudicada al escritor, Octavio Paz, por algunos y también, a Carlos Fuentes e incluso el propio Borges solía citar una parte de: “Los mexicanos descienden de los aztecas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos”.

Lo cierto es que lo que se puso de manifiesto es una posición simplista en la que, justamente, la derecha liberal siempre se ha recostado y ahora el presidente Fernández se inscribe en falsos imaginarios con fuerte efecto pedagógico. Sobre todo viniendo del primer mandatario.  

Decir que los argentinos venimos de los barcos implica, entre otras cuestiones, poner la categoría de “blanquitud” (el europeo) en un estatus de superioridad sobre las demás etnias, siendo que además se demuestra, no sólo el etnocentrismo derivado de la propia colonialidad del poder con añoranzas eurocéntricas, cuanto más si los dichos son presidenciales, sino una profunda ignorancia sobre la composición de lo que el presidente llama “los argentinos”.

Los que lucharon en las guerras de la independencia, su enorme mayoría, habían nacido aquí,  del otro lado del “reino de España”.

Luego de 1492 apareció la categoría “raza” y “mestizaje”, la primera no existía antes de la conquista y la segunda, mestizaje, solo se utilizaba en España para referirse a los animales, después fue aplicada en América sobre las uniones o contactos entre el español y la mujer originaria. La categoría de mestizo le permitió al invasor imperial contar con mayor mano de obra esclava.

Pero insistir con la “blanquitud” que la colonialidad del poder manifiesta con ese sesgo etnocéntrico producto de un imaginario producido por el eurocentrismo que definió categorías que hoy son más que discutibles, es estar perdido en el entramado de la razón de ser de la modernidad y no poder reconocer el enmascaramiento de la dominación que representó y, por lo visto, todavía representa el discurso de la modernidad.

Para desarticular el sofisma que repite que los argentinos bajamos de los barcos es necesario visitar estudios recientes sobre el AMBA, por ejemplo, entre otras regiones de Argentina, que señala lo siguiente: “… podemos postular que el mestizaje entre europeos o sus descendientes con hispano-indígenas no fue significativo en el AMBA. Si bien esta región registra un elevado porcentaje de linajes mitocondriales amerindios (44-50%), esa participación en su acervo génico no fue producto de un mestizaje in situ, dado que, como fue señalado anteriormente, el 83% de esas líneas nativas ha sido aportado por migrantes ya mestizados en sus lugares de origen y que provienen, principalmente, del norte del país, de los países limítrofes y del Perú. En definitiva, podemos concluir que en el AMBA no existió lo que, erróneamente, se llama “crisol de razas” como habitualmente se sostiene, tanto en medios populares como académicos”.

Sería más que conveniente que se revean esas conceptualizaciones, señor presidente, porque por naturalizadas que parezcan siempre han sido parte del discurso de admiración del colonizado por el colonizador que lo produjo, es decir, de nuestra oligarquía más rancia y de nuestra burguesía vernácula.