Comunidades del pueblo Mby Guaraní exigen respuestas al gobierno nacional
17Jun21Desmonte dañó espacio de valor espiritual. Cinco comunidades acosadas por la empresa Carba SA de Buenos Aires.
Susana Lara
Comunidades del pueblo Mbya Guaraní asentadas en la zona centro de Misiones dirigieron una nota a la presidencia de la Nación para exigir el efectivo cumplimiento del reconocimiento de su derecho al territorio tradicional ante el avance de una empresa privada avalada por el gobierno provincial. El lunes pasado realizaron ceremonias para restablecer el desequilibrio ocasionado por las máquinas pesadas y los empleados de Carba SA en lugares sagrados. A la vez, elaboraron una carta pública dirigida al presidente Alberto Fernández, en la que replicaron también su expresión de “argentinos venidos de los barcos”.

Desde el Aty Ñeychyrö (asamblea tradicional), “los que no somos tenidos en cuenta” le reprocharon al presidente que el Estado de Misiones, al igual que él, desconoce los derechos de los pueblos originarios. “No es raro en esta Argentina, donde no se acepta ni la Pluriculturalidad ni lo Multiétnico, escuchar frases como la suya”, sostuvieron l@s integrantes de las comunidades que sostienen la vida en el valle Cuñapirú (mujer delgada), ejido del municipio Campo Grande. Tekoa Ka’a Kupe es la comunidad que sostiene histórica e ininterrumpidamente la ocupación en ese espacio, en torno al cual fueron sumándose en total acuerdo Ko´e Jú, Ko’e Ju Mirì, Yvi Chí y Tajy Poty.
En plena pandemia, Carba acrecentó el ritmo de actividad con tala de bosque nativo a gran escala, lo que ahondó la preocupación de las comunidades que comparten un área de monte y selva, precisó Kiki Ramírez, integrante del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa) que acompaña el proceso del pueblo Mbya Guaraní desde hace más de veinte años. Asistió a la asamblea del lunes pasado, a la que arribó gente que anduvo varios kilómetros para llegar. Se realizaron ceremonias propias de la espiritualidad Mbya Guaraní en espacios sagrados dañados por los últimos desmontes, junto a los árboles arrasados. En ese mismo clima, muy reflexivo, analizaron los alcances de las decisiones del ministerio de Ecología de Misiones que desconoce en cada resolución los tratados internacionales y la Constitución Nacional, así como también las expresiones del presidente Fernández.

En su momento, con la apertura de la ruta 7 (que une la 12 con la 14), con los primeros ruidos de maquinarias, la gente originaria se retiró, se desplazó hacia el monte más alejado. Ahora ya no existe esa posibilidad, describió Ramírez. Para este pueblo, la selva y el monte tienen un profundo valor espiritual. En 1970 la provincia reconoció la permanencia de Ka’a Kupé, comunidad que con el paso del tiempo acordó el asentamiento de cuatro comunidades más en las inmediaciones. Carba SA, agropecuaria y forestal de Buenos Aires, dice que compró esas tierras en 1974. El espacio fue relevado por el INAI en el marco de la ley nacional de emergencia de los territorios indígenas, reconociendo 5.630 hectáreas. Dentro de ese relevamiento quedan algunas plantaciones de pinos y de nuez pecán, así como la plantaciones de café que no están en producción ahora.
Son unas 26 familias, que reúnen a poco más de un centenar de personas. Se dedican a cultivos para el autoconsumo, la producción de artesanías con elementos locales y, en ocasiones, son mano de obra en negro en los yerbatales cercanos.
Facsimil de la carta al presidente Alberto Fernández
