No solo soñar. También construir proyectos productivos

No solo soñar. También construir proyectos productivos

19Jun21 0 Por Admin

Entrevistamos a Rebeca Aquino, Martin Ballesteros y Diego Gandini trabajadorxs del tambo – fábrica de la Cooperativa de Trabajadores Rurales de San Vicente.

Por tramas

tramas : ¿en qué año se inicia este proyecto?
Martín: en 2005, ingresamos al campo. Allí arranca la cooperativa con vecinas y vecinos del barrio, con huertas y otras producciones. Lo del ordeñe empieza en 2008, al principio era sólo un compañero y una vaca. Después el proyecto se fue desarrollando, se agregaron más animales, se empezó a construir instalaciones.
tramas: cuántos litros de leche están procesando?
Rebeca: actualmente 200 litros diarios. Procesamos leche de nuestras vacas y comprada. En esta época del año sólo leche comprada porque secamos nuestras vacas, que volverán a producir en primavera. La leche se compra a pequeños tamberos de la zona. Con esa leche producimos 20 kgs de queso por día, seis días por semana.
tramas: ¿cómo surgió la vinculación con esos tambos vecinos?
Diego: San Vicente alguna vez fue una pequeña cuenca lechera, pero con el avance de los proyectos neoliberales como los Barrios privados, quedó muy poco. Han quedado algunos pocos tamberos en las orillas del pueblo, que tienen siete u ocho vacas cada uno, que siguieron resistiendo produciendo masa. Cuando les llegamos a algunos de ellos con la propuesta de comprarles leche se interesaron y nos conectaron con otros.
tramas. ¿cómo venden el queso?
Martin: se vende a particulares a través de un puesto de venta al público que tenemos o por medio de comercializadoras populares. Le vendemos a RECOOP que es una cooperativa que comercializa producciones de empresas recuperadas, también a ME.CO.PO (Mercado de Consumo Popular) que vende tambien lo que producen emprendimientos como el nuestro. En este momento la situación que tenemos es que tenemos capacidad de vender mucho más quesos que los que estamos produciendo.
tramas: ¿cuántas personas trabajan en el tambo- fábrica?
Rebeca. Trabajamos seis personas, cuatro compañeras y dos compañeros.
tramas: cuando se recorren los lugares de producción, además del campo dividido en parcelas para un pastoreo más eficiente de las vacas, se puede apreciar una moderna sala de ordeñe, un lugar para cocinar los quesos y otro para su estacionamiento. ¿De dónde han salido los fondos para construir estas instalaciones’? ¿Han tenido algún tipo de apoyo institucional para llevar este emprendimiento?
Diego. Lo que aquí se ve es producto del trabajo humano. Son muchos años de ponerle esfuerzo y cabeza a este proyecto productivo. En mi caso son cinco años, pero hubo otros compañeros que empezaron antes. Con respecto a los apoyos, lo hemos recibidos del INTA y de la Facultad de Agronomía de la Plata. Ahora estamos con un proyecto de ampliación de la producción que cuenta con distintos avales de instituciones.
tramas: nos comentaban que estaban entusiasmados con la idea de empezar a envasar leche en sachet. ¿por qué les interesa esa producción?.

Martin: Una de los problemas que se nos plantearon desde un principio es que el queso que podíamos producir, con las condiciones de inocuidad y calidad indispensables, no era un producto económico. No es el tipo de queso que compran los vecinos en nuestro barrio. Entonces se nos planteaba la contradicción de que queríamos aportar a la economía popular y el producto que vendíamos era un lujo para los bolsillos populares. Ese es un problema que no podíamos resolver al principio, pero que con trabajo y buscando alternativas se podía superar. Por eso nos interesó tanto lo de la leche en sachet, que la podemos vender a sesenta pesos, más barata que la del mercado y de primera calidad. También con la ampliación y más tecnología podemos encarar la producción de quesos cremosos que son más baratos. Ahora vamos a arrancar con la ensachetadora, nos faltaba un regulador de voltaje y lo pudimos conseguir gracias a un microcrédito que nos dió ME.CO.PO. Y ya arreglamos para pagarlo con quesos.
tramas: ¿cuáles son las mayores dificultades que han tenido durante estos años de desarrollo del proyecto?
Diego: creo que lo más importante es que estamos trabajando con la idea de una producción colectiva dentro de una economía de mercado, que fomenta el individualismo y la rentabilidad como valores principales. En una primera etapa se idealiza un poco esto de que, porque todos decimos tener vocación de trabajar colectivamente o porque se comparte la idea de la vuelta al campo, los proyectos se construyen y los problemas se resuelven. Nuestra mayor dificultad es sumar compañeros y compañeras dispuestas a incorporarse a un esquema de producción donde tengan que asumir jornadas de ocho horas de trabajo o más y estén puestas allí todas sus expectativas de sostener sus economías familiares. Muchos de los compañeros que se acercan tienen otros ingresos y ven nuestros proyectos productivos como un ingreso complementario, o como una contribución a una sociedad mas justa. Los aportes ocasionales contribuyen, pero un proyecto productivo solo puede perdurar y crecer si hay quienes lo sostienen en el día a día.
tramas. ¿ que otra cosa quisieran agregar?
Diego: Creo que tenemos que pensar la producción no sólo como un aporte a la economía popular, sino del abastecimiento del país de alimentos saludables producidos sin explotación en todas las etapas que van desde la producción, la elaboración y la comercialización. Tenemos que pensar en modelos cuya proyección no sea un sector limitado de nuestra sociedad, sino todo el país. Trabajamos pensando en que nuestra experiencia pueda aportar a un proyecto de soberanía alimentaria de escala nacional.
tramas: para finalizar queríamos preguntarte Rebeca. ¿a que edad llegaste a vivir al campo de la CTR, y como te sentís siendo parte de uno de los proyectos productivos?
Rebeca: Llegué a este campo que lo llamamos La Comuna a los 14 años, en 2014. Para mi la Cooperativa es como una gran familia. Al principio me costaba mucho contar donde vivía o que hacíamos. Lo resumía diciendo que vivía en el campo. Ya de mas grande empecé a sentirme parte de la organización y de su proyecto. Comencé a trabajar en el tambo a finales del año pasado. Con mis compañeras de trabajo: Sabina, Milena y Mariana, que tienen la misma edad que yo (21 años) empezamos a incorporar nuevas perspectivas de lo que es la Cooperativa. Fue muy importante para nosotras el intercambio con los compañeros Diego y Martín. Aprendimos lo que es trabajar sin patrón, colectívamente, entender la importancia de la soberanía alimentaria y el aporte que podemos dar a los barrios desde acá adentro.