Etiquetado frontal de alimentos: una ley para saber qué comemos

Etiquetado frontal de alimentos: una ley para saber qué comemos

28Jun21 0 Por Nora Tamagno

“Es importante trabajar en prevención y que el Estado se ocupe de acercar derechos tan básicos como son el derecho a la información, el derecho a la salud y el derecho a la alimentación saludable”. El Lic. Ignacio Porras (MN 7270), Director de SANAR (Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales), nos habla sobre el Proyecto de Ley de Promoción de la Alimentación Saludable.

El proyecto de Ley de Promoción de la Alimentación Saludable exige que los envases de  productos elaborados incluyan etiquetas para advertir el contenido en exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías. Cuenta con dictamen favorable de la Cámara de Senadores de la Nación desde el mes de octubre del año 2020, y se demora su tratamiento en la Cámara de Diputados.

Los objetivos que persigue esta norma son: garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable; advertir a consumidoras y consumidores sobre los excesos de componentes como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías; y promover la prevención de la malnutrición por exceso en la población y la reducción de enfermedades crónicas no transmisibles.

Para conocer más detalles del proyecto y su importancia sobre la alimentación y la salud de nuestra población, entrevistamos al Lic. Ignacio Porras (MN 7270), Director de SANAR (Sociedad Argentina de Nutrición y Alimentos Reales).

tramas: El proyecto pretende que los alimentos con exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías, lleven una etiqueta en el envase. ¿Por qué es necesario advertir a las y los consumidores sobre el contenido de estas sustancias? ¿Qué otras cosas importantes aporta el proyecto?

Ignacio Porras (I.P.): La Ley de la Promoción de la Alimentación Saludable se vuelve importante en cuanto al eje del etiquetado frontal, para poder informar y advertir a los consumidores y a las consumidoras sobre el exceso de nutrientes críticos en los productos que van a ser alcanzados por el etiquetado. Y, ¿por qué es importante advertir?, porque el exceso de esos nutrientes críticos se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como distintos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, esteatosis hepática, obesidad y problemas cardiovasculares. Básicamente son la principal causa de muerte hoy en día en el país y a nivel mundial. A la vez sabemos que el proyecto no se limita al etiquetado frontal, sino que este es un primer paso que busca establecer otras regulaciones. Por ejemplo, todos aquellos diseños comestibles o bebibles que sean alcanzados por el etiquetado, no podrán ser publicitados destinados a niños, niñas y adolescentes; y no podrán venderse, ni regalarse, ni ofrecerse, ni promocionarse en entornos escolares. Todo esto viene con un sentido de preservar y cuidar a las infancias. Y también se busca mejorar la asistencia alimentaria del estado, porque a través de uno de los artículos de la ley, el estado ante la necesidad de elegir entre dos alimentos uno con sello y otro sin sello, deberá elegir el que no tiene sello para los programas de asistencia alimentaria a grupos vulnerables.

Tramas: ¿Cuáles son los principales ejes del debate en la Cámara de Diputados que pueden estar demorando su tratamiento? ¿Cuáles son los riesgos de esta demora?

I.P.: De manera resumida lo que está en debate es acercar derechos a la comunidad o cuidar los intereses de las empresas. Por un lado tenemos evidencia científica libre de conflictos de interés, más de 150 organizaciones que defienden el proyecto y 3 organismos internacionales como OPS, UNICEF, y FAO; que también lo apoyan. Y por otro lado, tenemos los intereses de las industrias que no quieren ser reguladas, que no quieren tampoco mejorar el perfil de sus alimentos y tratan de apuntar a la autoregulación, cuando sabemos que esas son medidas que no funcionan. Pudiendo hacer las cosas bien y diseñar productos alimenticios de mejor calidad, eligen hacerlos de una forma que son muy palatables, que resultan adictivos y a la vez  que tienen esta concentración de nutrientes críticos que contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles.

No podemos olvidar que hoy en día hay un sistema de salud colapsado, tenemos una sindemia porque tenemos una coexistencia de dos pandemias. Una, la de las enfermedades crónicas no transmisibles y otra que es la del Covid19. Y tampoco es accidental que cualquier patología de las que nombré, que son enfermedades crónicas, son factores que agudizan y ponen en mayor riesgo a una persona que se ve infectada por Covid19. Así que es importante trabajar en prevención y que el Estado se ocupe de acercar derechos tan básicos como son el derecho a la información, el derecho a la salud y el derecho a la alimentación saludable.

Tramas: ¿En qué otros países existe una legislación como ésta?

I.P.: En la región hay varios países que ya cuentan con un etiquetado frontal de advertencia, el primer país fue Chile, después también se sumó Perú, Uruguay y Méjico, que tiene una norma muy parecida a la que va a implementar Argentina, incluso con el mismo perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud. Y Colombia en estos días está aprobando su Ley de Comida Chatarra, que básicamente busca lo mismo: etiquetar el exceso de nutrientes críticos y poder regular entornos para cuidar las infancias y la salud de la comunidad.

Tramas; Suponiendo que esta ley se aprueba, ¿hay otros aspectos de los alimentos que debieran ser regulados, para garantizar la alimentación saludable?

I.P.: En cuanto a lo alimentario, el exceso de nutrientes críticos y el consumo de ultraprocesados claramente no es lo único que hay que mejorar de los sistemas alimentarios. Hay organismos internacionales OPS, FAO, OMS, que plantean que los sistemas alimentarios están rotos. Una de las medidas regulatorias para tratar de reparar esos sistemas alimentarios es el etiquetado frontal, como así tambien hay otras medias que se recomiendan como la subvención de alimentos saludables y frescos, la implementación de impuestos a aquellos diseños comestibles que tienen exceso en nutrientes críticos, que nos enferman; como tratar de regular a dónde se destinan los mayores esfuerzos del estado. Y, obviamente que en este país siempre hay cosas que quedan por seguir trabajando, como puede llegar a ser el uso de agroquímicos, agrotóxicos o fitosanitarios en la producción agroalimentaria, el sistema de producción de animales intensivo, que hoy en día está de alguna forma contribuyendo a la resistencia a los antibióticos y que de cara al futuro va a ser uno de los mayores problemas de salud. Así que, claramente hay que trabajar en muchas cosas. Hay cosas en las que los países de la región ya avanzaron, por ejemplo Brasil tiene un sello para aquellos productos que tienen en sus ingredientes algún producto que fue modificado genéticamente. Son distintas aristas a trabajar para mejorar el sistema alimentario y de esa forma mejorar los alimentos que llegan a las personas.

Foto: SANAR en IG: https://www.instagram.com/p/CFNsCjfjjck/