Perú: A un mes del balotaje y con un golpe en curso
6Jul21Este 6 de julio se cumplió un mes del balotaje en Perú y el pueblo sigue esperando que se proclame al ganador pese a conocerse los resultados que favorecieron al candidato Pedro Castillo con el 50.125% frente al 49.875% de la ultraderechista Keiko Fujimori. La proclamación ha sido frustrada por la denuncia de fraude de parte de Fujimori, lo que ha llevado a dilatar la definición del proceso. Fue un mes muy tenso con diversas maniobras y tentativas golpistas que hasta la fecha no dan tregua.La reciente llegada de la izquierda al poder significó un balde de agua fría a la comodidad en la que se ha mantenido la derecha peruana por tres décadas. Perú ha vivido una tácita proscripción de la izquierda tras la derrota de la guerrilla en los años 90. Cualquier acción de protesta, activismo político o intento de llegar al poder por parte de la izquierda ha sido deslegitimado con la acusación de terrorismo. Con esta maniobra la derecha siempre se las ha arreglado para correr el eje de la cuestión y traccionar la política a su favor. Esta fue la maniobra usada en las elecciones del 2011 contra el nacionalista Ollanta Humala que llegaba a segunda vuelta con el apoyo de la izquierda. La misma estrategia es la que se puso en marcha en la actual coyuntura electoral: emparentamiento y acusación de terrorismo al candidato de izquierda y su partido. Sin embargo esto fracasó y la derecha ha seguido la maniobra por dos vías, ambas golpistas. Por un lado dilatando e impidiendo la proclamación del nuevo presidente antes del 28 de julio -fecha en que debe asumir el mando-. Esto con el fin de llevar al país a un vacío de poder donde sea el Tribunal Constitucional elegido por el Congreso, de mayoría derechista, el que nombre un presidente interino. Por otro lado, ante la inevitable proclamación de Castillo, la deslegitimación de las elecciones con el fin de poder vacar al “presidente ilegítimo” desde el congreso. Argucia que ha sido usada con éxito en dos ocasiones para destituir a los presidentes Kuczynski en 2018 y Vizcarra en 2020.El plan de deslegitimación de las elecciones, apoyado por la mayoría de los medios de comunicación, con la denuncia de fraude, tomó nueva forma la última semana con la solicitud al presidente Sagasti del pedido de auditoría a la OEA y con el envío de una delegación a su sede en EEUU. Sin embargo todas estas iniciativas han fracasado por carecer de pruebas sobre el supuesto fraude. Presentaron apelaciones sobre actas impugnadas que han sido rechazadas en su mayoría. Presentaron Hábeas Data del padrón electoral que también fue rechazado por el poder judicial. La auditoría ha sido negada tanto por el presidente como por la OEA que, contrariamente, negó encontrar irregularidades en las elecciones peruanas.
Pero no ha faltado el abierto llamado al golpe en nombre de una supuesta “defensa de la democracia” por parte de un grupo de ex-militares. La misma ha sido denunciada por el presidente Sagasti y viene encontrando el silencio de los despachos militares hasta el momento. Pero no es para restarle importancia. Varios personajes de la política, incluidos algunos candidatos de las recientes elecciones vienen invocando también la intervención de las FFAA. No falta ni la participación de la mafia en el intento de golpe. La semana pasada fueron revelados audios, desde la prisión donde cumple condena, del infame asesor de la dictadura fujimorista Vladimiro Montesinos. Tratan del soborno millonario a miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE ) para extender los plazos de presentación de solicitudes de nulidad de actas. Formaba parte del plan uno de los miembros del JNE. Tras estos hechos la derecha que ya entiende que la elección de Fujimori está perdida ha decidido soltarle la mano. Ahora va dividida con actos públicos propios donde llama abiertamente al golpe fascista.
Una epístola aparte merecería el papel que está jugando la derecha en el congreso en sus últimos días. Intenta derrocar a la Mesa Directiva y elegir un nuevo Tribunal Constitucional a su medida con el fin de facilitar las maniobras golpistas que buscan impedir a toda costa la asunción del gobierno elegido por la mayoría.
A todo esto el pueblo se ha mantenido movilizado con presencia diaria en las calles de Lima, pernoctando en las plazas y veredas, vigilante del proceso pero sin caer en las provocaciones de las hordas fascistas. Semana tras semana se han realizado marchas pacíficas multitudinarias en defensa del voto popular.Esta semana se llamó a un Paro Nacional el 6 de julio convocado por el Frente Nacional por la Democracia y la Gobernabilidad con el apoyo de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), gremios de transporte, representantes de comunidades campesinas, y de distintas organizaciones del campo popular.Se repudia las maniobras golpistas. Se rechaza la elección apresurada del Tribunal Constitucional. Y se exige la proclamación inmediata del presidente Pedro Castillo.
La tarea que encarga el pueblo al nuevo gobierno es enorme. Contra todos los obstáculos que le pondrá la derecha, deberá cumplir la promesa de acabar con la pobreza que azota al 30 % de la población. Subir el presupuesto en educación y salud. Tirar a la basura la Constitución fujimorista para poder renegociar contratos estatales con las grandes empresas y recuperar los recursos estratégicos del Estado. Para esto deberá poner en pie un modelo económico redistributivo donde la riqueza no se concentre en unas cuantas manos. En pocas palabras, cumplir la promesa de acabar con el neoliberalismo. Asímismo, deberá atender reivindicaciones en materia de derechos sociales, como los de género, los de las minorías sexuales, la lucha por la libertad de decidir de las gestantes, el aborto legal, seguro y gratuito, etc. Demandas por las cuales se tendrá que seguir luchando ante una izquierda conservadora que no incluye en su Ideario político éstas reivindicaciones.
Juan Rojas Rodríguez – Corresponsal en Perú