Algunos trazos santafesinos luego de la muerte de Carlos Reutemann
9Jul21Días pasados falleció esta figura sin dudas central de la política santafesina.
El notable invento político de Menem.
El dos veces gobernador de Santa Fe.
El Senador nacional por tantos años.
Muchos medios y buena parte de la clase política expresan su pesar.
Desde abajo, en cambio, el sentimiento es bien otro.
Como Senador, con sueldos y viáticos descomunales, fue un “ñoqui” costosísimo. No se le conoce una sola iniciativa, un solo discurso, un solo aporte durante años y años. A lo sumo su apoyo a cuanto proyecto reaccionario cruzó por el Parlamento.
Como Gobernador, Reutemann fue el responsable de las más feroces políticas de ajuste en los años ’90. Impuso las “leyes de emergencia”, el “presentismo” a la docencia, el recorte de derechos jubilatorios, el congelamiento de salarios.

Pero además fue el responsable político principal de dos grandes tragedias en nuestra provincia. La masacre del 2001 en la que Pocho Lepratti, Yanina García, Marcelo Pacini, Graciela Machado, Rubén Pereyra, Walter Campos, Ricardo Villalba, Juan Delgado, Graciela Acosta cayeron por las balas policiales
Y también responsable de la terrible inundación en el 2003 en la ciudad de Santa Fe que -debido a una defensa mal hecha- costó decenas de vidas.
Murió Reutemann con la impunidad que le garantizó la Corte Suprema que él armó: ni un solo juez lo citó, siquiera para declarar sobre estas tragedias.
Murió Reutemann y seguramente no pasará mucho tiempo para que ya nadie lo recuerde.
Murió Reutemann pero, a casi 20 años de su asesinato mientas gritaba cuidando a los pibes de la escuela 756, ¡POCHO VIVE!
Juan Pablo Casiello