20 de julio en Colombia, protesta social y Cuba
20Jul21 0 Por Jhosman BarbosaAunque en toda sociedad tiene cabida el imperativo de la protesta como acto inalienable, se suele apreciar una carencia de matices y contextualizaciones a la hora de juzgar lo sucedido en Colombia -a propósito de su grito de independencia- y hace nueve días en Cuba.
Hoy 20 de julio se celebra el grito de independencia efectuado por los criollos neogranadinos (ahora colombianos) en 1810. Además, se cumplen ochenta y dos días de una protesta que poco a poco tomó la forma de una movilización social, camino a configurar un movimiento. Hoy están en la calle haciendo honores a tan emblemático día los militares y las élites herederas de aquellos criollos y los atolondrados que recibieron desde la instrucción escolar la orden de festejar algo que ni es independencia ni les favorece.
La movilización social pone la nota disonante al facilismo de celebrar sin meditar. El provincianismo que caracteriza al colombiano y por lo general a los paisanos del orbe, lo tiene convencido de que aplaude algo bueno y que los que protestan y se movilizan son revoltosos o vándalos, más aún si cargan la bandera con los colores de cabeza; dejando el rojo arriba, el azul al medio y el amarillo abajo. Hoy sienten que viven en una democracia vibrante y en una libertad, dolorosa, pero a fin de cuentas libertad. Creen además que Cuba vive prisionera de una dictadura y que el socialismo es malo y están bien las protestas contra el régimen.
Lo grave es que se naturaliza este doble racero. La misma dirigencia política colombiana de ultra derecha salió a apoyar a los cubanos contra-revolucionarios, igual como hicieron cuando las protestas en Venezuela hace unos años. Cantantes reconocidos internacionalmente como Juanes, Maluma y J. Balvin, se sumaron al SOS#CUBA advirtiendo del peligro comunista para Colombia.
Hoy en las calles y hogares celebra una parte de la sociedad colombiana la insubordinación de unos criollos de hace doscientos once años, pero no soporta a los insubordinados manifestantes del presente, mientras respalda el exceso de la fuerza pública sobre aquellos. Condena a los revolucionarios cubanos que fundaron un Estado de bienestar superior al colombiano, pero anima y vitorea a un sector de la sociedad cubana que hoy exige sus propios reclamos y se atrinchera en el eco de los enemigos externos a la Revolución.
No se puede negar el imperativo de la protesta a cualquier sociedad. Pero la falta de formación política pone todo patas arriba, cuando no se decanta el contexto. Omitir el bloqueo comercial, financiero, económico y humanitario por parte de Estados Unidos a Cuba desde hace sesenta años, agudizado en plena pandemia y esgrimir como mayor responsable de desabastecimiento en comida y medicamentos al gobierno de la Isla, expresa un sesgo reforzado por la prensa más abyecta.
Se señala ayer y hoy en Colombia de pobreza crónica a Cuba, el país con uno de los mejores sistemas de salud y el mejor sistema de educación de América Latina, mientras mueren afuera de los hospitales privados y públicos los ciudadanos colombianos y ocupan sus jóvenes los últimos lugares en las pruebas PISA de la renombrada OCDE y mueren sus niños desnutridos en todo el territorio nacional, en tanto la UNICEF señala ‘desnutrición cero en Cuba’. La Isla tiene cinco candidatos vacunales, uno de ellos sobre el 92% de efectividad, a la altura de vacunas rusas, inglesas y estadounidenses. ¿Dónde está la vacuna colombiana contra SARS COVID 19? ¿Dónde está el desarrollo científico técnico colombiano? ¿Cómo se logra esto con corrupción y dictadura? Si la educación hace libres y críticos a los pueblos al alejarlos de la ignorancia, ¿por qué no se revelan masivamente en la Isla? Curiosa dictadura acontece hace sesenta y dos años en el caribe.
Existe el ejercicio legítimo de la protesta y no requiere sino de la necesidad y la voluntad de hacerlo. Hace doscientos once años unos criollos, habitantes de la élite del Virreinato de la Nueva Granada, hicieron una revuelta mediante el pretexto de un agravio para amotinarse contra los españoles.
Pretextos hoy fabrican desde Miami y desde los gobiernos de derecha y ultra derecha para atizar necesidades que, si bien existen en Cuba, palidecen ante las urgencias que como en Colombia se padecen. Hoy 20 de julio de 2021, la movilización social no busca pretextos para confrontar el mal gobierno, existen las razones palpables. Una parte de la sociedad colombiana sólo ve revolucionaria por una única vez a quien no le representó hace do siglos y atiza las revueltas no suficientemente fundadas en otros lugares de la América Mayúscula.
Comprender para opinar, opinar con argumento, argumentar en el disenso y discutir sin dobles raceros. Quizá la educación no haga libre a nadie, pero cuánta falta hace en Colombia.
Jhosman Barbosa. Corresponsal en Colombia.