CABA: Cronograma de la presencialidad o cronograma del cinismo anunciado
20Jul21El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció el nuevo cronograma de presencialidad escolar para después del receso de invierno esgrimiendo argumentos retóricos que remiten al sentido común que se reproduce en la opinión pública.
Con un discurso plagado de lugares comunes, el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, justificó la vuelta a la presencialidad en todos los niveles de la educación. El cronograma comienza a regir a partir del 4 de agosto. Más allá del secuenciamiento por nivel y dentro del mismo nivel en cuanto a fechas de inicio, la novedad es que “las burbujas pasan a ser toda la clase”.
Con su habitual tono monocorde, el anuncio gubernamental, afirma que “la pandemia nos pegó mucho a todos, pero especialmente a los más chicos que no pudieron estar en las aulas en su momento más importante de aprendizaje, que no pudieron salir por mucho tiempo a estar con sus amigos a jugar y también afectó mucho las dinámicas familiares (…) y especialmente a las mujeres, que lamentablemente siguen siendo quienes más tiempo le dedican al cuidado familiar…”
Trabajando discursivamente para las elecciones, el jefe de gobierno (antes jefe de gabinete durante los mandatos de Mauricio Macri) se muestra muy “preocupado” por la educación, pero es el mismo que a lo largo de los casi 14 años, de gobierno PRO, desfinanció el sistema en el 28 %. Un punto muy importante que no debe ser “borrado” por el discurso retórico de quien, justamente en mayo de este año, modificó el estatuto del docente a través del decreto 179/21, sin la intervención, ni consulta a les que ese estatuto rige.
Acompañado por la ministra de educación, Soledad Acuña y otros funcionarios, el jefe porteño, continuó diciendo que “la falta de presencialidad tuvo efectos muy complicados para los chicos, en muchos sentidos, primero porque la virtualidad no reemplaza las clases presenciales, a lo sumo puede ser un complemento, el dato es que el año pasado el doble de chicos no alcanzaron los contenidos necesarios, que en los años pre-pandemia, el doble. Y lo mismo en términos de equidad, está comprobado que aumenta mucho la deserción escolar en las escuelas que están cerradas…”.
Es cierto que la virtualidad no reemplaza a la presencialidad, porque además se quiebra el vínculo pedagógico que se desarrolla en el ser y estar ahí, en presencia física, sin embargo no es sobre este tema del que habla el jefe de gobierno, sino que utiliza la presencialidad como dilema para ocultar dos puntos importantes. Uno, la falta de inversión en la provisión de conectividad a las escuelas y el otro, la herramienta de la que habla, suministrar las computadoras a les estudiantes y, también asegurarles la conectividad gratuita y pública a todes. Nada de eso ocurrió, ni ocurre.
Así que esto de que está comprobado que la deserción aumenta porque las escuelas están cerradas, no parece ser el argumento.
Pero primero un cuestionamiento semántico, sobre el término deserción, termino devenido del vocabulario militar, además de la carga peyorativa que conlleva, no se corresponde, por contexto, con la situación de “haber dejado” los estudios.
Dicho esto, cabe aclarar que si se produce el “abandono” escolar es como consecuencia del fracaso político y no de las “escuelas cerradas” como medida de protección frente a la circulación comunitaria del virus. De hecho el abandono escolar es una variante histórica en la Ciudad de Buenos Aires como consecuencia del fracaso de las políticas educativas y sociales de manera sistemática.
Horacio Rodríguez Larreta continúa poniendo todos los efectos de la pandemia en el afuera político: “También hicimos un estudio con INECO y UNICEF que muestra que hay una alta proporción de chicos que tienen algún tipo de afección en términos emocionales, de angustia, de ansiedad. Por todo esto es que en la ciudad siempre defendimos y defendemos la presencialidad (…) venimos haciendo un esfuerzo enorme para garantizar que los chicos estén en el aula…”
Por supuesto que hay afecciones emocionales que son producto de los efectos que provoca la pandemia, pero esas afecciones emocionales no aparecen sólo en les estudiantes, sino en el conjunto de la población.
El papel de “defensores” de la presencialidad, sigue poniendo en el afuera la problemática de la crisis de la política educativa, cuando es una cuestión hacia el adentro de los que deciden.
¿Cuál es el esfuerzo enorme para garantizar que los chicos estén en el aula?
Acaso no fue hace muy poco tiempo que con una resolución (Res.N°114-GCABA-SSGEFyAR-2021), el gobierno del PRO había informado que a partir del mes de junio NO enviaría más elementos de bioseguridad a las escuelas, puesto que delegaba esa tarea en las cooperadoras y pocos días después tuvo que retroceder y decir que el ministerio de educación se iba a hacer cargo de la bioseguridad por el pronunciamiento, en contra de la resolución, que realizaron las cooperadoras escolares.
Otro de los puntos tuvo que ver con la ampliación del mecanismo “burbuja”, que ya no será grupal, sino que incluirá “a toda la clase” en una clara y electoralista contradicción con los propios protocolos que establecen el distanciamiento.
Contradicción que se profundiza cuando agrega que: “Quedan exceptuados aquellos chicos que tengan alguna condición de riesgo o convivan con personas de riesgo. Ellos van a poder seguir aprendiendo a distancia” ¿Quién les va a dar clase? ¿Cuáles son los mecanismos previstos? Ninguno, nada está previsto porque el gobierno se maneja con el marketing político y el eslogan publicitario, además de considerar un valor a la “incertidumbre”.
Más adelante cuando habla de la universidad, lo que hace es publicitar la Ciudad con los créditos y becas para les estudiantes con cuotas de $3800 por cada $100000 y hasta $700000, según los ingresos o presentando un garante. Es decir, endeudarse para tener acceso al conocimiento. Muy parecido, sino igual, al régimen chileno.
¿Dónde se esconde la insistencia de la presencialidad en los documentos de UNICEF, citados por el jefe de gobierno?
Básicamente en lo que la propia organización internacional cita: “El Banco Mundial estima una pérdida de USD 10 billones en ingresos a nivel global debido al decrecimiento del nivel educativo y al riesgo de que los niños queden fuera del sistema”
La educación subsumida a los intereses del capital. No son importantes les estudiantes en tanto sujetos de derecho y el desarrollo de su propia subjetividad. Lo importante es la relación y construcción del homo economicus, es decir, un modelo de comportamiento, una pieza del mercado.
¿La UNICEF, que cita el jefe de gobierno, que tiene los estudios sobre los trastornos emocionales de les jóvenes, está preocupada por eso o por la lectura del Banco Mundial?
¿La fundación INEC, que también realizó estudios sobre el malestar de les niñes y adolescentes, fue nombrada por los informes o porque Facundo Manes, candidato a diputado por el mismo partido que gobierna la Ciudad, es el que la preside?
La educación, otra vez usada desde un cínico discurso electoralista, sabiendo que la propia ministra, Soledad Acuña, ha expresado su más amplio desprecio por la docencia de las escuelas públicas y durante los sucesivos gobiernos PRO lo único real en educación fue la desfinanciación constante y los procesos de endoprivatización del sistema a través de las fundaciones.
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