Guernica. La tierra en la encrucijada
20Jul21.Hoy se cumple un año del día en que unas dos mil familias tomaron tierras en la localidad bonaerense de Guernica (Presidente Perón) en reclamo de una vivienda propia.
El tema de la tierra viene atravesando como un huracán la historia de Nuestra América. Más aún, desde nuestras más antiguas luchas emancipatorias la cuestión de la tierra aparecía justo en el vértice donde se separaban los posibles caminos a seguir. Artigas, Zapata, su ruta. Ya sea frente al poder colonial, ya sea frente al imperialismo, o en el antagonismo social contra las variadas formas de subordinación que buscan imponer el capital y el patriarcado en la actualidad, siempre ha estado presente en primer término la cuestión de la tierra. Tierra para todas las formas de la vida.
Cuando la ofensiva neoliberal que comenzó en la dictadura tomo un impulso imparable con el gobierno de Menem y la Alianza, una marea de movimientos sociales, desde la asamblea de Cutral-có a la masacre de la estación de Avellaneda, tuvo que recomponer los pedazos que quedaban de esa tierra arrasada; se vio obligada a hacer como podía la crítica de la economía política (como cada vez que se plantea seriamente dar vuelta la taba).
Tuvo que armar las redes territoriales, darles nuevos sentidos a las cosas, pensar una manera de relacionarse con el Estado y por supuesto volver a plantearse las cuestiones del trabajo y de la tierra.
Todo esto en un contexto en el cual los volúmenes de las operaciones inmobiliarias se multiplicaron meteóricamente y, lo que es más relevante, el capital fue a buscar su ganancia (y el capital suele estar acompañado por la guardia de infantería) a territorios que hasta hace pocos años eran invisibles, eran desechables.
Todo. Minas, debajo de la tierra. Soja y negocio inmobiliario, arriba de la tierra. El narco, la Cámara Inmobiliaria Argentina y la policía suelen cruzarse en algunas encrucijadas de Rosario, C.A.B.A., Buenos Aires.
En estos días se hacen sentir, además, con mucha fuerza las voces mapuche, qom, aymara, guaraní, que nos vienen diciendo desde hace mucho que así como está, con la tierra está todo mal.
Hoy se cumple un año del día en que casi dos mil familias tomaron tierras en la localidad bonaerense de Guernica (Presidente Perón) en reclamo de una vivienda propia. El conflicto duró meses. En octubre, las familias que quedaban después de muchas negociaciones fueron desalojadas mediante un operativo que sin duda será recordado por el desprecio, por la violencia con que se ejecutó, por las promesas incumplidas que lo precedieron.
“Habían cortado la luz. Nos queda esta imagen de mujeres con sus niños en brazos, arrastrando a otros. Con bolsos que agarraron como pudieron. Y otres compañeres haciendo el aguante para que las compañeras pudieran salir. Y frente a ellas, la imagen del despliegue de la fuerza represora, de la fuerza del patriarcado, aplastando…”, dice Neka Jara, de la asamblea transfeminista de Guernica, en el testimonio recogido por la fotógrafa Eleonora Ghioldi el día del desalojo, cuando aún estaban calientes las cenizas de las casuchas incendiadas.
Tramas.ar comienza aquí una serie de informes sobre Guernica y las luchas territoriales.
Para cerrar, unas palabras que Guido Giana, concejal de Presidente Perón, propietario de tierras, dijo a algunos medios: “Esto (el desalojo) sirvió para que en la Argentina se dejara de discutir si propiedad privada sí o no”.
Parece simple ¿no?
Alejandro Urioste
Fotografía: ©Eleonora Ghioldi @muestraguerreras
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