Viajes espaciales: ¿turismo para multimillonarios o experiencias de supervivencia?
21Jul21Los viajes de turismo espacial cobraron gran publicidad después de los tours organizados por Richard Branson y Jeff Bezos. ¿Los multimillonarios encontraron una nueva forma de divertirse o están planificando una moderna Arca de Noe?
El fundador y dueño de Amazon, Jeff Bezos, viajó al espacio exterior con otros tres acompañantes, en su propia nave espacial. El objetivo de su viaje fue promocionar una nueva iniciativa comercial que es el turismo al espacio. Se trata de un turismo selecto sólo apto para multimillonarios. El único pasaje que se puso en venta fue subastado y se pagaron 28 millones de dólares. Lo prometido a los aspirantes a realizar este tipo de paseos es que podran flotar en el interior de la nave por la perdida de la gravedad y también ver la Tierra desde lo alto.
Lo del turismo espacial no es ninguna novedad, ya que en 2001, Dennis Tito, un poderoso empresario norteamericano pago veinte millones de dolares a la Agencia Espacial Federal Rusa por ser incorporado a la tripulación del vuelo Soyus TM-32. Otros 5 multimillonarios continuaron esa experiencia pagando por una plaza en la tripulación de una nave espacial con fines científicos.
Sin embargo, los últimos viajes de turismo al espacio no parecen vinculados a la investigación científica. Se presenta como una iniciativa comercial, para el exclusivo disfrute de los multimillonarios.
En ese rubro, el 12 de julio de 2021, el magnate británico sir Richard Branson, dueño de Virgin Group, se le adelantó a Bezos, organizando su propio viaje con seis tripulantes. La competencia por la futura clientela incluye también a Elon Musk, de SpaceX. El paquete turistico de los viajes se complementaría con hoteles espaciales.
La obscenidad de tales propuestas se corresponde con un mundo donde las estadísticas no son más piadosas: una de cada diez personas sobrevive con menos de dos dólares al día, y sólo ocho personas (ocho hombres) poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, 3.600 millones de personas. La evasión y elusión fiscal por parte de las grandes multinacionales priva a los países pobres de al menos 100.000 millones de dólares cada año en ingresos fiscales, dinero suficiente para financiar servicios educativos para los 124 millones de niños y niñas sin escolarizar o servicios sanitarios que podrían evitar la muerte de al menos seis millones de niños y niñas cada año. El costo en energía, el daño ecológico y el dinero invertido en esos viajes, también es obsceno.
Sobre los objetivos de estos viajes hay un detalle adicional a considerar. Cuando se produjo el atentado contra las Torres Gemelas se declaró el estado de emergencia en Estados Unidos y aplicando el protocolo defensivo, se subió al presidente Bush a una aeronave militar. Se lo trató de proteger en el espacio.
Los pronósticos sobre el futuro de la humanidad no son optimistas. Algunos investigadores como Renan Vega Cantor asegura que hemos ingresado en la era del Capitoloceno, una época histórica y geológica determinada porque el capitalismo pone en peligro la misma supervivencia de nuestra especie. Y plantea, que la única alternativa para que la humanidad pueda sobrevivir es rebasar el capitalismo, que no es sustentable a corto plazo. Citando a Fred Magdoff y John Bellamy Foster, este autor concluye que: “El sistema capitalista mundial es insustentable en: su búsqueda por una acumulación sin fin de capital tendiente a una producción que debe expandirse continuamente para obtener ganancias; su sistema agrícola y alimentario que contamina el ambiente y sin embargo no garantiza el acceso cuantitativo y cualitativo universal de comida; su desenfrenada destrucción del ambiente; su continua reproducción y aumento de la estratificación de riqueza dentro y entre los países; y su búsqueda por la “bala de plata” tecnológica para evadir los crecientes problemas sociales y ecológicos emergentes de sus propias operaciones”
Desde diagnósticos compartidos sobre las consecuencias, no sobre las causas, desde hace años las élites mundiales se han entusiasmado con la posibilidad de colonizar otros planetas. Stephen Hawking, el famoso cosmólogo británico especialista en agujeros negros, comparte ese pesimismo y asegura que “tenemos que salir de la Tierra”. Fundamenta que “el mundo se está volviendo demasiado pequeño para nosotros y los recursos físicos se están explotando a un ritmo alarmante”. Hawking también afirma que “cuando hemos tenido crisis similares en el pasado, hemos colonizado nuevos territorios. Pero ya no hay ningún Nuevo Mundo al que extendernos. Nos estamos quedando sin espacio. Ha llegado la hora de explorar otros sistemas solares”. Pero reconoce también que los sistemas de propulsión actuales de las naves espaciales “son poco prácticos para viajes interestelares” ya que son demasiado lentos para llegar a las estrellas más cercanas. Y estima que para realizar estos viajes interestelares tendremos que esperar “entre 200 y 500 años”. Parece demasiado tiempo, considerando la aceleración de la destrucción del planeta.
Tomando en cuenta estos datos se puede tener otra mirada de estos viajes turísticos para millonarios. ¿No será que están preparándose para refugiarse en el espacio ante una posible emergencia planetaria? Los científicos aseguran que lo que está en peligro no es la supervivencia del planeta, sino la de la especie humana. ¿No será que advirtiendo que los tiempos no alcanzan para emigrar a otros planetas, se están proponiendo que un pequeña porción de la población sobreviva en el espacio cercano, repitiendo la fábula del arca de Noe, para que, pasadas las catástrofes naturales, se pueda apostar a una posterior recolonización del planeta?
Un comic llevado al cine por la plataforma Netflix, plantea esta hipótesis. Pero en este caso los millonarios sobrevivientes no se salvan en el espacio sino en un tren que nunca se detiene llamado Snowpiercer (Rompenieves). En ese viaje circular, están acompañados por unos pasajeros de clase media y baja que les aseguraran prestarle algunos servicios. El tren transita por un planeta que ha quedado cubierto por el hielo. La ocurrencia de traer algunas personas para que trabajen les causa algunos conflictos. Los millonarios de los viajes espaciales seguramente han previsto reemplazar a los trabajadores por robots.