Educación: la pedagogía de la dependencia continúa

Educación: la pedagogía de la dependencia continúa

29Jul21 1 Por Darío Balvidares

A unos días de las elecciones no parece haber cambiado nada en el escenario político, los debates sobre la presencialidad se transformaron en el punto más importante que supieron dar sobre educación.

Mientras transcurre el segundo año de pandemia, no aparece ni una sola idea que abra un debate absolutamente necesario sobre los procesos de tercerización creciente al interior de sistema educativo.

Las políticas educativas siguen teniendo el mismo sesgo, los acuerdos con los organismos internacionales y sus “sugerencias” de la participación privada bajo el eslogan de mejora educativa y compromiso de la responsabilidad social empresaria marcan el camino de la no superada normalidad.

El ministro Nicolás Trotta, viene de la vertiente privada, es un hombre del Grupo  Octubre de Víctor Santa María, fundación que tiene diversos productos comerciales, incluida la Universidad (privada) Metropolitana para la Educación y el Trabajo, en la que el ministro se desempeñaba como rector.

No es una novedad, que durante la gestión macrista se intensificaron los procesos de endoprivatización en distintas zonas del sistema, fluyeron los convenios con fundaciones nacionales e internacionales, desde Argentinos por la Educación (una ONG de CEOs)  hasta la Fundación Varkey (del multibillonario Sunny Varkey, propietario de centenares de escuelas públicas y privadas en todo el mundo y un fuerte lazo con la UNESCO para capacitar docentes a nivel mundial).  

Este ministro continúa con políticas que no sólo no modifican en lo absoluto, ni perfilan una salida de las dependencias globales, sino que profundiza las relaciones con el espectro de los organismos multilaterales y, por lógica consecuencia, con las políticas que ellos imponen de la participación privada en la educación pública, lo que asegura la concreción de un modelo pedagógico de dependencia.

A los acuerdos firmados con la fundación Open Society del magnate especulador George Soros y el proyecto ProgamOn  llevado a cabo por la corporación Coca-Cola junto a la ong Chicos.net hay que agregar Generación Única, un proyecto impulsado por UNICEF, que imprime, claramente, la inclusión del empresariado en las cuestiones educativas.

Generación Única es el capítulo local en la Argentina de la alianza global multisectorial Genera­tion Unlimited” dice el documento, Iniciativas y soluciones tecnológicas del sector privado y las organizaciones de la sociedad civil en el ámbito educativo.

En términos generales, Generación Única es la filial argentina de una mega organización, que también se autodenomina de líderes mundiales. Tal vez más importante que Teach for America, la organización de Wendy Koop, que tiene su filial vernácula con Enseña por Argentina, cuyo fundador, Oscar Ghillioni fuera funcionario en el ministerio de educación durante la gestión de Esteban Bullrich en el gobierno de Mauricio Macri.

Es necesario resaltar que el actual ministro, es integrante del Consejo Asesor de Generación Única, junto a Juan Schiaretti, Gobernador de Córdoba; Omar Perotti, Gobernador de Santa Fe y otros tantos ministros y ministras de educación provinciales y directivos de otros organismos y entidades nacionales.

También están las representaciones, en el mismo consejo, de organismos de financiamiento como: Helena Rovner, especialista en educación del Banco Mundial; Santiago Rojas, responsable CAF en la Argentina; Luis Scasso, director nacional de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y la Cultura en la Argentina; y, Andrea Bergamaschi, especialista en educación del BID.

Y, por supuesto, la representación empresarial: Agustina Catone, directora de Negocio Responsable y Fundación Telefónica Movistar en la Argentina; Patricia Pomies, directora de Operaciones de Globant;  Fernando López  Ierva­si, gerente general de Microsoft Argentina; Javier Suez, director comercial de Film Suez y Pablo Beramendi, CEO de Google Argentina. A los que se le suman los referentes de las organizaciones de las sociedad civil: Bettina Bulgheroni, presidenta y Fundadora de la Funda­ción Educando; Esteban Feuerstein, director ejecutivo de la Fundación Sadosky; Alejandra Solla, directora ejecutiva de la Fundación SES y presidenta de la Liga Iberoamericana de OSC; Anna Torres Adell, directora ejecutiva de Wikimedia Argentina; Gino Tubaro, inventor y fundador de Atomic Lab y Natalia Meta, Infancia en Deuda.

Una larga lista de personalidades, que poco tienen que ver con la docencia y el trabajo escolar. Para la capacitación docente, el proyecto de soluciones tecnológicas en el ámbito educativo postula a Lego, Mis Ladrillos y Rasti; empresas que vinculan lo lúdico con aprendizaje de la programación, Fundación Sadosky, Mumuki, INET, Fundación Varkey, CIPPEC, Argentinos por la Educación, “por ser organizaciones que ayudan a la investigación y a generar con­tenidos”, dice el documento.  A las que se agregan, Microsoft, Google, Amazon, Red Hat, Oracle, Open Source, Puerta 18, Grupo Petersen, ABC Learning, Grupo Núcleo, EXO, Positivo BGH, Dina­tech, etc.

Otra vez las mismas fundaciones que viven de los Estados, y las empresas que aseguran las ventas de sus productos a gran escala.

Un buen ejercicio es no olvidar. Durante la campaña, en la plataforma electoral del Frente de Todos (pág. 12 del documento), el presidente Alberto Fernández decía respecto de la complejidad que representa el modelo federal en educación que: “no admite, salvo por ignorancia o banalización, la adopción de slogans ni el ofrecimiento de soluciones enlatadas y fragmentarias, como las que han ocupado el lugar  de las políticas educativas nacionales en los últimos años. Para ello es imperioso revertir el actual proceso de reducción de la responsabilidad del Estado Nacional en materia educativa y la delegación de responsabilidades educativas en organizaciones con fines de lucro”.

Estos postulados de campaña entran en completa contradicción con lo expuesto anteriormente, puesto que lo que continúa es el proceso de tercerización que incluye no sólo un modelo pedagógico instrumental que tiene que ver con la productividad y el mercado, sino también un proceso de experimentación constante en el que las empresas hacen “docencia”, “capacitan” y, por supuesto, definen el marco de pensamiento, es decir, son hacedoras de formación ideológica.  

¿Cuál es la diferencia entre las estrategias de la macropolítica educativa de Juntos y el Frente de Todos?

Se hace necesario y urgente un debate sobre las currículas, la injerencia empresarial en el sistema educativo y las recetas de los obsoletos organismos internacionales.

Un congreso pedagógico con los docentes y no de personajes, bancos y millonarios con fundaciones.

Escuchar a quienes trabajan sería un buen comienzo, antes que los que estén de turno tengan que explicar por qué la educación pública ha dejado de serlo.

facebook/Darío Balvidares

@dario_balvi

Foto unicef