¿Por qué Santiago Maldonado nunca dejará de aparecer?

¿Por qué Santiago Maldonado nunca dejará de aparecer?

2Ago21 1 Por Alfredo Grande

Desaparición forzada seguida de muerte de las democracias que encubren las diferentes formas de exterminio y masacres.

 “no me preocupa que haya vida después de la muerte; si me preocupa que haya muerte antes de la vida”

Siempre habrá algo para recordar. Conmemorar. Homenajear. Eso es necesario. Pero no es suficiente. Como todo contexto es texto, no dejemos que texto y contexto sean el trofeo de los vencedores. Un desaparecido en democracia, perfora la legitimidad y la legalidad de esa democracia. Que de ser una praxis donde el pueblo sabe y participa de lo que se trata, queda en una caricatura grotesca y deforme. Una cosa es enamorarse de la bestia, y otra es sentir que la bestia es hermosa. Esta democracia, y cuando digo esta me refiero a todas las performances electoralistas post dictadura, es una bestia. Aquellos y aquellas que a la bestia bella ven, se despedazan en ritos de primarias, de años electorales, de mucho circo y poco pan. Me autorizo a trazar un siniestro hilo conductor entre el asesinato de Rodolfo Ortega Peña y el asesinato de Santiago Maldonado. Ambos en periodos cuya identidad autopercibida era “democrática”.

La carta marcada de la cultura represora es pegotear “lo constitucional” con “lo democrático”. Lo más funcional para sostener una lógica no democrática, incluso antidemocrática, es que sea parida en un formato constitucional. Ortega Peña no conoció a Santiago Maldonado. Cuando fue asesinado, el joven libertario, rebelde, artista, no había nacido. Y es verosímil pensar que Santiago no conoció al joven abogado, fundador de la Gremial de Abogados. A mi criterio, el hilo conductor es una de las apariciones más siniestras de la Bestia: la alianza anticomunista argentina. Insisto en no utilizar la sigla Triple A. Porque desfonda el sentido. La banaliza. La trivializa. Porque el largo brazo del fascismo en la argentina tiene la marca de la lucha contra el comunismo. No digo contra el partido comunista. Digo “el comunismo” como toda práctica, toda ideología, que enfrente, combata, socave al modo de ser occidental, cristiano y capitalista.

La Alianza Anticomunista Argentina fue y sigue siendo, una Alianza Capitalista Transnacional. Desde ya que el hilo lo podemos extender hasta los albores de la patria y pensar por qué seguimos siendo virreinato del patio trasero. Pero la memoria histórica y clasista me une en el recuerdo militante de Ortega Peña y Santiago Maldonado.   El martes 2 de octubre de 1973, el presidente de facto Raúl Lastiri daba advertencias a los dirigentes del movimiento para eliminar cualquier atisbo de heterodoxia marxista. Al mismo tiempo se le pidió la renuncia al Rector de la Universidad de Buenos Aires. Dr. Rodolfo Puiggrós. Esta información fue tapa del diario La Opinión, que dirigía Jacobo Timmerman.  La memoria en Santiago exige que su asesinato no sea vaciado del contenido rebelde, combatiente, profundamente heterodoxo con las formas de producción de subjetividad y objetividad que la bestia capitalista ha marcado en nuestras vidas. Pero no en todes de la misma manera. Estoy seguro que Ortega Peña y Santiago Maldonado serían habituales colaboradores de Tramas

Alfredo Grande.