“Los valores del Rugby”. Los declamados y los que se expresan en los hechos

“Los valores del Rugby”. Los declamados y los que se expresan en los hechos

11Ago21 0 Por Jorge Berguier

Aprovechamos la alegría generada en una parte de nuestra ciudadanía por la medalla de bronce en Tokio, para formular preguntas sobre la dimensión simbólica en la que se desenvuelve este deporte en nuestra sociedad.

El Rugby consiguió la medalla de bronce en Tokio, olimpíadas que dejaron un magro medallero para nuestro país. Este logro deportivo generó una pequeña alegría, por lo menos en una parte de nuestra ciudadanía, en el medio de tanto sufrimiento por las consecuencias de la pandemia, tanto respecto a los miles de fallecimientos, como por el deterioro de la situación socioeconómica.

Al mismo tiempo, parece ser un buen momento para analizar un poco qué pasa con el rugby en nuestro país y ensayar un punto de vista al respecto que, como todos, es sesgado y cuestionable.

Desde sus comienzos el rugby ha sido elitista, contraponiéndose al fútbol, deporte popular por antonomasia.

Pongámoslo así: en el imaginario colectivo uno es “de negros” y el otro, “de blancos” (así, con “o”). Las élites del país, con su impronta, se hicieron cargo de la organización y difusión del rugby, defendiendo sus intereses e imponiendo sus valores a sangre y fuego.

En los años 70 hubo disputa de sentido en todos los ámbitos sociales, y el rugby no fue ajeno a esta contienda. Fue el deporte que más desaparecidos tuvo en la dictadura. De ello puede dar cuenta el La Plata Rugby Club.

Nunca hay que olvidar que en 1982, cuando Sudáfrica estaba aislada internacionalmente en materia deportiva por el apartheid, inclusive expulsada de la Unión Internacional de Rugby, (boicot que Mandela agradeció muchas veces y mencionó como un gran aporte internacional contra el apartheid),  la Unión Argentina de Rugby desafió esa prohibición. Viajaron a competir con el nombre de “Sudamérica XV”. 

El capitán de aquel equipo, Hugo Porta, fue premiado por el menemismo designándolo embajador argentino en Sudáfrica (¡nada menos que allí!).

Es interesante que, para refirmar la pretendida superioridad moral, los dirigentes del rugby inventaron eso que llaman “los valores del rugby”. Y, con la ayuda de los medios (que pertenecen al sector dominante) este asunto de “los valores” ya se ha internalizado en una parte importante de la sociedad. Tanto es así que las escuelas privadas en términos generales tienen al rugby como deporte masculino y al hockey sobre césped como deporte femenino.  El Hockey femenino también obtuvo medalla en Tokio (de plata). Pero no proclama cultivar valores superiores. Es interesante que en esas escuelas pareciera haber dos Proyectos Educativos: Para los varones “valores superiores del rugby” y para las mujeres los valores que comúnmente desarrolla el deporte en equipos.

O sea que las chicas no aprehenderían “esos” valores. Este es un campo fértil para indagar a la luz de los debates feministas.

Vale la pena reafirmar que los valores se enseñan con el ejemplo. La UAR enseñó en aquel entonces (¿lo sigue haciendo?) que el apartheid no está tan mal. 

También es interesante que otros deportes no cuestionen esa pretendida “superioridad moral” ¿por qué el básquet sería menos que el rugby?  Estamos hablando de dos deportes colectivos y de contacto. ¿Por qué sólo uno de ellos esgrime cultivar “valores superiores”?.

Ahora bien, ¿qué pasa con esa (supuesta) superioridad moral de quienes practican rugby?

Una posibilidad es que los rugbiers internalicen que ellos y sólo ellos poseen esos valores, que sólo se aprehenderían con el rugby. Y, se sientan superiores a sus pares (deportistas o no) que no practican rugby.

Y, al sentirse superiores, muchas veces hacen valer esa superioridad en hechos que en algunas ocasiones pasan a ser delictivos (y a veces, muy graves).

Sin entrar a profundizar en el Clan Puccio, donde el rugbier Alejandro Puccio (quien participó del mencionado “Sudamérica XV”) señalaba a sus compañeros de equipo para ser secuestrados. 

Hace unos años un grupo de rugbiers de la élite correntina, asesinó en Brasil a otro joven argentino. El hecho sigue impune.

En febrero de 2020 otro grupo de rugbiers, esta vez de Tigre, asesinó a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Estos sí están presos. Y fueron expulsados de su club porque “esos no son los valores del rubgy”. ¡Menos mal que golpear y asesinar en manada no sean “los valores del rugby”!

En el medio, decenas de casos (uno muy reciente en Córdoba) que no llegan a asesinato, pero sí son delictivos, no han hecho reflexionar a nadie dentro de la dirigencia del rubgy. 

Es también interesante que estos ataques no ocurran entre rugbiers de clubes rivales: Tal vez porque, aunque sean rivales, son portadores de los mismos “valores” ¿Por qué no pensarlo? 

No hay peor sordo que quien no quiere oír.

Me parece que por acá hay que pensar en el mayor oprobio que el deporte (y nuestro pueblo en general) sufrimos por parte del del rugby: El partido Los Pumas – Nueva Zelanda, donde los neozelandeses homenajearon a Maradona y Los Pumas no. Lo vio el mundo

¿Por qué no pensar que el pretendido valor del rugby tuvo que ver? ¿Por qué no pensar que para Los Pumas, Maradona es menos que ellos?

Vale la pena al respecto detenerse en los tuits racistas del  capitán de ese equipo, Pablo Matera: “Voy a rapar a la mucama, la puta madre” “Hombre boliviano porta mp3 con auriculares de ipod. Prueba suficiente para encarcelarlo por robo y perdida del mismo”. Entre otros.

Lo notable es el descargo del autor y muchos dirigentes del rugby: ” Fueron tuits viejos, de 2012, cuando Pablo Matera era un pibe”.

Justamente, cuando estaba en las divisiones inferiores de su club. Aprendiendo “los valores del rugby”. Y no era el único: otros dos jugadores de ese equipo, Santiago Socino y Guido Petti, también tenían tuits similares de sus épocas juveniles.

En definitiva, me parece que es momento de revisar esta supuesta formación superior que se proclama para los cultores del rugby. Tal vez el equipo de psicólogos deportivos de la Secretaría de Deportes pudiera formar parte de esta revisión.