Vacas gordas en tiempos de pandemia
13Ago21Los fabricantes de maquinaria agrícola anunciaron un aumento de comercialización desde 2019. Esos datos certifican que el sector agropecuario ha venido mejorando sus ingresos desde ese año, a contrapelo de las pérdidas sufrida por otras actividades económicas por causa de la pandemia.
Adquirir un tractor, una sembradora o una cosechadora nueva, representan una inversión importante a la que sólo se animan los productores o contratistas que tienen espaldas financieras para hacerlo. En el sector, estas adquisiciones son indicadores de tiempos de bonanza.
Los últimos informes de las cámaras industriales de fabricantes de maquinaria agrícola comentan que todas las plantas están trabajando con su capacidad instalada a pleno, e incluso se han visto en la necesidad de incorporar más personal para atender a la demanda. La comercialización de maquinaria agrícola ha venido subiendo desde 2019. Creció el 10% en el año 2020 y en el 2021 ha subido ya un 20% en relación al año anterior. Hay inversiones en el sector para tratar de actualizar la tecnología. Este crecimiento de la comercialización se explica por la suba de valor de los commodities y por la existencias de líneas de crédito para la adquisición de maquinaria nueva y usada. También porque lo que pagan los bancos por los depósitos a plazo fijo no resulta atractivo.
En lo que hace a los commodities, entre los meses de junio 2020 y enero 2021, los precios en dólares a los que exporta Argentina aumentaron un 65% para soja y un 58% para maíz. Estos superprecios son también una buena noticia para el gobierno, porque ahora se calcula que el Producto Bruto Agroindustrial alcanzaría los 40.244 millones de dólares durante el año 2021, 9.122 millones más que los estimados al inicio de la campaña en septiembre pasado. Es decir un 30% más que la estimación original.
Los mejores números de la producción agropecuaria han sido también una buena noticia para las proveedoras de insumos. Los precios de agroquímicos, fertilizantes, alambres, chapas, etc. han crecido hasta un 50% en dólares. Esos precios están cartelizados por el puñado de empresas multinacionales que los venden y su único parámetro es quedarse con un porcentaje importante de lo obtenido por la venta de granos, carnes, etc. Los ingresos de este sector no dependen de cuestiones climáticas, o cambios en el mercado de granos o carnes. Siempre ganan y desde hace décadas, junto a los exportadores, son los que se llevan las mayores ganancias de la producción agrícola,
Por su parte, el precio de la carne vacuna no ha detenido su alza, a pesar de la restricción a las exportaciones que se implementó por treinta días entre mayo y junio; y tomando el índice de junio 2020, doce meses después alcanzó una suba del 90,3%. Si se toma en cuenta que en ese mismo período la inflación fue de 50,2 %, se advierte que los precios de la carne subieron 40, 1 % por encima de la inflación. Mientas tanto, el salario en el mismo período subió 38%, y perdió 12,2 puntos con la inflación.
Mas allá de chisporroteos ocasionales, el gobierno nacional y los sectores más concentrados de los agronegocios, que se encuentran representados por el Foro de la Cadena Agroindustrial Argentina, han mantenido buenas relaciones. El gobierno no quiere enfrentarse con ellos, porque los considera el mayor aportante de divisas extranjeras. Los sectores más concentrados imponen que no se modifique el modelo productivo, ni la estructura del comercio exterior y quieren seguir quedándose con la parte del león de la producción agropecuaria. La intención de alcanzar una producción de 200 millones de toneladas en el 2023 anunciada por el gobierno, da cuenta de las coincidencias con los sectores concentrados en la profundización del modelo.