La realeza agasaja a la virreina en la mansión del frente de unos pocos

15Ago21 1 Por Alfredo Grande

La residencia de Olivos sin decreto de necesidad y urgencia, porque no era ni lo uno ni lo otro, fue puesta en valor como salón de usos múltiples. Argentina Presidencia.

“No sé que es peor. El abuso del poder o el abuso del perdón” (aforismo implicado)

Mientras escribo, temo estar haciéndole el juego a la derecha. Me tranquiliza saber que al menos, no soy el único. Si entendemos a las derechas como la suma del poder público, económico, político, cultural y moral sobre las mayorías silenciadas para que no se les ocurra dejar de ser silenciosas, entonces que la Dama Primera cuya identidad autopercibida es de Virreina, organice una fiesta imperdonable (al decir de la periodista y escritora Silvana Meloⁱ) le hace el juego a la derecha. Pero no es un juego de suma cero. Suma varias cifras. Es un juego que suma mucho. No es un paga dios, es un paga pueblo. Anestesiado en pagar lo que otros gastan. Nuestro César Republicano, cuya identidad también autopercibida es Presidente a Cargo hasta que la Jefa decida, esquivó el bulto. El César verdadero se plantó de otra manera con su esposa Pompeya. Como fundante del divorcio, sentenció para la posteridad. “La mujer del César no tiene que serlo; tiene que parecerlo”. Y de paso: el César también. En el caso del magno cumpleaños, no lo son ni lo parecen. Si la idea fue de la Dama Primera, ella debería haber pedido perdón. Desde ya, no hay que otorgarlo porque no es lo mismo pedir perdón que sostener impunidad. Pésima estrategia enfrentar al enemigo replicando sus prácticas. Lamentablemente, no hay peor ceguera que los ojos partidarios. Banalizar un vacunatorio vip porque apenas se beneficiaron unos pocos, es un tiro en los pies. Y un poco más arriba también. Si el vacunatorio vip hubiera beneficiado a las y los trabajadores de comedores populares, perfecto hubiera sido. VIP significa “persona muy importante”. Y agregaría: burócratas abstenerse. Y no hay personas más importantes que las que sostienen la comida, el abrigo, la ternura, de tanta infancia derramada. Pero lo VIP en clave de la realeza constitucional, solo incluye a reyes y virreyes, reinas y virreinas. Y esto va más allá de los cumpleaños, nochesbuenas, añosnuevos. Entonces el tema es que lo importante no es quien roba más, quien estafa menos, quien habla mejor, quien balbucea peor. Lo fundante es como y para quien se gobierna. Y en eso no es suficiente parecerlo. Hay que serlo.