¡Bendito racismo en las malditas mujeres por medio de la sublime violencia!

¡Bendito racismo en las malditas mujeres por medio de la sublime violencia!

25Ago21 0 Por Sandro Ruiz Barahona y Edwin Tovar Briñez

“Criadas y señoras” es un texto de la escritora norteamericana Kathryn Stockett, quien recibió grandes halagos por  parte de la prensa y los círculos literarios de  Estados Unidos, en el texto se relata la historia de las empleadas domésticas en el racista estado de Misisipi durante los años 60.

Fue ésta la razón por la cual nos sentimos atraídos a leer este libro, y más adelante al ver la película, al final de la lectura queda un sin sabor donde se comprende que existen historias de nadie, no obstante en el discurso de la modernidad (¿o posmodernidad?)  damos por sentado que los nadie ya no existen, que la libertad es para todos, que se tiene voz aún así al orden dominante no le importe escuchar, la modernidad nos habla de derechos humanos como parte del máximo proyecto politico en el  mundo occiental  pero esconde en su sótano sus  más grandes perversidades, la más nefasta de ellas, los hermanos gemelos, el silencio y el olvido.

El silencio es cómplice cuando ante la ola de violencia (no siempre física) se desata justificando las acciones o recursos del victimario y obligando a la víctima a enmudecer frente a la  permanente dignidad vulnerada, por tal razón y ante el tema que nos convoca consideramos que la obra de Stockett nos sirve de hilo argumentativo para poder desglosar varias de las caras de la violencia y desde allí mirar “una” perspectiva  global , en su obra la autora  confronta el interior de dos mundos, el de las empleadas y el de sus patronas.

Sobre ellas:  Sus patronas.  Mujeres con mucho dinero y poco sentido comun, educadas en una sociedad insulsa que se manifiesta en actos cotidianos en donde las (sus) empleadas deben usar  baños construidos fuera de las casas por que es un acto nefasto que compartan el de sus patrones.Mujeres que se reúnen a planear normas de sanidad y eventos de caridad pero son crueles arpias griegas con su personal de servicio, mientras sus trabajadoras negras les sirven el té y escuchan sus lamentos bañadas en champagna, donde la violencia se ejerce no desde la acción física, sino por el contrario, la posición económica y la discriminación son el diario vivir, una discriminación que nace de una característica física (piel), sustentada en un juego de ideas que afirman la superioridad física, mental y moral de unos sobre otros partiendo únicamente de un aspecto biológico.

Retomando, el libro nos muestra un abanico de posiciones y realidades entrelazadas en un momento histórico de Estados Unidos, en el  marco de las luchas de los derechos civiles liderados por los grupos sociales pro-igualdad  y el acoso y persecución de organizaciones racistas como el Ku Kux Klan ,es en ese preciso instante, en esa temporalidad cuando nos preguntamos sobre el verdadero impacto de la no-violencia en la sociedad civil en la búsqueda de pactos de convivencia e integración social, si  bien el referente histórico que se toma como parte vinculante es el que conlleva la liberación de la India bajo el yugo del Reino Unido y su mayor exponente es Gandi, quien a través de su prédica de la no resistencia, la no violencia y la actuación pacífica logró cambios importantes en la administración colonial y al final la tan anhelada independencia, sin embargo en el caso referenciado primó la acción activa del no, es decir el no presentar resistencia, el no acatar la orden y el no agredir, situación que es diferente por ejemplo al de Estados Unidos, de estos a referenciar el caso de  Rosa Parks quien fuese una ciudadana negra que usaba el transporte público existiendo predeterminadamente segregación racial y un orden para ocupar el lugar de las sillas en el bus, es decir que había silla para negros y para blancos. Rosa al salir cansada de su trabajo se sienta  en la silla de negros y es obligada, cuando se llena de pasajeros el bus, a ceder su asiento a una persona blanca, ella se “resiste” y en ese acto individual, en solo una acción personal logra que toda la comunidad afroamericana se integre y por espacio de más de seis (6) meses no tomen los buses para ir a su trabajo,  lo que al final repercute en la quiebra de la empresa trasportadora, esta acción bien puede llamarse la emancipación desde la resistencia y consiste en actuar de forma deliberada para lograr un fin,  en este caso, la no-acción consistio en usar la libertad de elección para tomar o no un cúmulo de deliberaciones, atentando desde la resistencia de tipo simbólico  contra  el orden , las instituciones o el “status quo”.

Unido a lo anterior y de manera contemporánea a la situación de Rosa Parks emerge un ícono de los derechos civiles en Estados Unidos: Martin Luther King, quien desde el púlpito como pastor y político, pero mas alla: como líder carismático lanza un discurso que no es legal ( desde la óptica eminentemente jurídica) pero que es legítimo en su revindicacion y a la vez también es legitimizado es por la masa ( Demos), su discurso puede resumirse en su famosa intervención ante cientos de personas desde las escalinatas del monumento a Lincoln durante la marcha en Washington por el trabajo y la libertad.

… Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país. Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra….. yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño “americano”. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”.

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad”…

Las anteriores líneas reflejan el ideal de un sueño que en su momento fue considerado  subversivo por aquellos que discurrían en el discurso de que existía un orden natural y éste designaba a superiores e inferiores, partían de los ejemplos de la naturaleza concretamente los relacionados con los animales  (sobre todo los que viven en comunidad) y las jerarquías ( hormigas, tigres, abejas, etc..) al observar que estos tenían una división entre ellos y las funciones que representaban en el seno de su organización, incluso existe un argumento más “ oscuro” y que procede de una vena teología cristiana, malinterpretada por la(s) iglesia(s) cristiana, en el capítulo 9 versículos 20 al 27 del libro de Génesis, Noé planta una viña y se emborracha a raíz del consumo de la vid por tal situación pierde la noción y queda desnudo, su hijo menor lo ve y sale corriendo en búsqueda de sus hermanos, cuando el patriarca bíblico despierta descubre su estado de desnudez comprueba que dos (2) de sus hijos han optado por cubrirse los ojos mientras que el hijo restante (Canaan ) vio la desnudez de su padre, ante esta situación el hijo es maldecido y se le somete a la autoridad de sus hermanos, esta maldición fue usada por varios teólogos como la prueba escrita de que el pueblo descendiente debía ser sometido, desde allí se desprendía la legalidad-legitimidad de la esclavitud y la humillación como raza inferior, lo curioso es que la Biblia nunca dijo que el hijo maldecido fuera de color negro o tuviese  algún rasgo físico, fueron años más adelante donde  por medio de las interpretaciones “teológicas” donde se señalizo a las personas de piel negra como inferiores partiendo de esta presunta maldición.

Estas referencias antes descritas buscaban determinar que hay personas inferiores-superiores desde los discursos biológicos y religiosos (irónico que la ciencia y la religión se unieran para esta cruzada) están presente en otras religiones, en el Induismo se hallan los brahamanes como casta  superior y que como característica diferencial su piel era de color blanco en contraposición con las castas inferiores que eran de pigmentación más oscura

Si bien nuestra intención no es mostrar ni demostrar un racismo en los orígenes de diferentes cleros y religiones, si deseamos evidenciar que hay una línea clara entre racismo y violencia, cuando el que tiene el poder busca por medio de la enajenación, la limitación el ostracismo, los discurssos de tipo (incluido el religioso) y al final la agresión verbal y violenta sobre el que es dominado y está bajo su gobierno, pero a la vez  vencido el miedo que genera el opresor, emerge  la libertad de los dominados cuando se emancipan  ya sea por la fuerza (revolución) o por la no-violencia y el uso de su libertad personal.

Sin embargo como educadores de base que somos, en este punto del escrito, nos hacemos preguntas: ¿Cómo podemos cambair esta situación en el mundo? ¿Cómo podemos pasar de una descripción y análisis de un campo problémico, a generar acciones de cambio? ¿Acaso podemos combatir ese poder dominante de exclusión y miedo?

Creemos que sí! Un poder que solo puede ser combatido desde las aulas, donde el maestro debe ser al estilo medieval aquel fiero caballero que derrota el dragón de la ignorancia, las escuelas deben replantear la forma de enseñar la inclusión desde la perspectiva de la integración y un aprendizaje significativo. No más espacios de odio en las aulas, no más nacionalimos baratos que llegan a concluir en batallas donde los mas marginados son siempre los perdedores, no más mujeres humilladas y excluidas, mujeres que sean sometidas a convertirse en trabajadoras de cuna y fogon, que su rol sea la de madres o la de putas, pero nunca la de líderes, no por su falta de capacidad, si no por la existencia de un patriarcado que con su mano fuerte y dominante golpea, silencia y emudece a las mujeres que se emancipan de su redil, es tiempo de resignificar la historia oficial, donde solo pareciera que existieron hombres, donde ellos son los héroes y las mujeres dulces e indefensas princesas de cuentos de hadas, no hay mentira mas grande que esa, la de empobrecer la memoria de las mujeres, la de justificar por medio de la religión y el mito de Eva que ellas son la personificacion del pecado y la maldad, las pandoras griegas que nos robaron la felicidad o los súcubos que atacaban a los pobres hombres en la noche, robádoles su castidad. Castidad que el hombre no requeria pero que en el caso de la mujer era su sello de garantia, tal cual una mercancia al estilo siglo XX. 

El momento de cambiar esas prácticas es ahora y no sólo por leyes que al final pueden ser letras muertas, el cambio es la construcción de una nueva mirada, un nuevo sendero y sobre todo un nuevo hombre, hombres libres de prejuicios racistas, hombres que quizás deban ceder la llama del liderazgo a las mujeres, el tiempo de ellas como la aurora se empieza a vislumbrar.

Desde Colombia, especial para tramas – periodismo en movimiento

Sandro Ruiz Barahona: Licenciado en Matemáticas y Estadística de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Maestrante en Tecnologías Digitales Aplicadas a la Educación de la Universidad de Santander, Líder Sindical y miembro del Comité Departamental de la Central Unitaria de Trabajadores de Boyacá.

Edwin Tovar Briñez: Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Magister en Administración y Planificación Educativa de la Universidad Metropolitana, Docente catedrático universitario.

Foto destacada Pixabay