Argentina armoniosa. Argentina perversa
13Oct21Empresarios y organizaciones sociales afirman que la “Argentina armoniosa es posible y necesaria”. Conocer un poco los intereses de quienes hacen esas afirmaciones, nos permite distinguir entre armonía y perversión.
Con el título “Una Argentina armónica, posible y necesaria”, fue publicada el lunes 11 de octubre, una nota en el diario Página 12. La misma es firmada de manera conjunta por: Pilu Giraudo, Gustavo Grobocopatel, Fernando “Chino” Navarro, Enrique Palmeiro y Cintia Sequeira.
Lo de “argentina armónica” no es novedad, el gobierno nacional impulsa desde 2019 encuentros amplios con la participación de diferentes sectores con ese objetivo (https://www.argentina.gob.ar/noticias/por-una-argentina-armonica-en-su-diversidad). Y es el nombre del programa que encabeza el Secretario de Relaciones Parlamentarias de la Nación, Fernando “Chino” Navarro.
La nota a la que hacemos referencia nos obliga a reflexionar: ¿la armonización puede ser una salida de la crisis, que ha demostrado tremendos problemas estructurales? ¿Es posible armonizar entre sujetxs con intereses tan dispares?
Para buscar respuestas, es necesario conocer un poco más sobre algunx de lxs autores de la nota.
María Beatriz “Pilu” Giraudo, es la Presidenta de AAPRESID (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) desde el año 2014, es “la quinta generación de productores de descendencia italiana en el país, abanderada familiar del legado femenino en el quehacer agropecuario, integrante joven en la génesis de la siembra directa en Argentina, ferviente defensora de la biotecnología”.
AAPRESID es una organización no gubernamental sin fines de lucro, integrada por una red de productores agropecuarios que impulsan la difusión de la siembra directa como un “nuevo paradigma agrícola”. La siembra directa fue pensada hace décadas, para resolver el problema de erosión de los suelos que producía el exceso de labranzas, pero su difusión trajo como consecuencia la fuerte dependencia del uso de los agrotóxicos y, junto con otras tecnologías, fue determinante del desarrollo y consolidación del agronegocio. Para AAPRESID la productividad es la meta principal, y considera que la misma se alcanzará de la mano de las nuevas tecnologías. Por eso responde a los intereses de las grandes empresas del agro, y la propia página de la entidad da cuenta de todas las empresas que los “acompañan” (https://www.aapresid.org.ar/nosacompanian).
A Gustavo Grobocopatel, se lo conoce bastante más, fue bautizado como el “rey de la soja”. Es Ingeniero Agrónomo, fue Presidente de Grupo Los Grobo, fundador de la Cámara Argentina de Biotecnología (CAB), fue miembro de directorio de AAPRESID, fundador de Bioceres SA y de una consultoría internacional asesorando a los Gobiernos de varios países, entre otros pergaminos. Es un “exitoso empresario del agronegocio”, que no tiene reparos ideológicos para acercarse a cualquier gobierno, su prioridad es el negocio.
Tanto Los Grobo, como AAPRESID adornan y lavan sus proyectos mencionando la “sutentabilidad”, pero apuestan a profundizar el modelo extractivista del agro (sus negocios), hoy de la mano de las nuevas tecnologías y las plataformas digitales.
Lxs otrxs autores son, Fernando “Chino” Navarro, que es además dirigente del Movimiento Evita; Enrique Palmeiro, miembro de la Red de Intercambio Técnico con la Economía Popular y Cintia Sequeira, miembro de la Cooperativa Mariano Moreno. Lxs tres, representan a organizaciones con intereses diametralmente opuestos a los del agronegocio.
Afirman en la nota: “La iniciativa Argentina Armónica supone un llamado a la acción y al pensamiento simultáneo de muchas personas con miradas diversas por su rol social, como así también en lo político partidario. Lo armónico, no es la negación de las diferencias, sino todo lo contrario, se vincula a la concepción superadora que puede impulsar la política: donde hay un problema hay lucha de intereses, pero, a la larga; donde hay un problema debe haber una solución y esa solución se sostiene si es fruto de un nuevo sujeto social, de un nuevo Nosotros”. Y plantean el objetivo de “Un país más federal, más desarrollado, más sustentable, más soberano, igualitario y con su pueblo más empoderado”. Ambas frases no son más que declaraciones de principios muy amplios, pero vaciados de contenido (lo que parece una característica de la época), porque no aparece cómo se alcanzará ese objetivo, y sólo describen experiencias exitosas puntuales de las organizaciones.
La “Argentina armoniosa” suena a conciliación entre dos sectores antagónicos. Apela a un “Nosotros” que asuma el deber de alcanzar soluciones a los problemas. Se basa en el engaño de suponer que el agronegocio puede aportar a la sustentabilidad, que no hace daño y que puede convivir con la agroecología y la agricultura familiar. Olvida la disputa desigual que viene dándose en los territorios desde hace años. Porque este modelo productivo se ha consolidado, destruyendo comunidades, expulsando productores, dañando el agroecosistema de modo dramático, enfermando y contaminando. Ya no hay dudas sobre ello.
Las organizaciones sociales deberían ser capaces de avanzar en proyectos que, orientados a la transición agroecológica y poniendo freno al agronegocio, construyan un modelo productivo que aporte a un cambio social. Mientras ello no ocurra, la opción de sentarse todos en la misma mesa, para firmar declaraciones vacías de contenido, mostrando experiencias que aún si se replicaran, no generarían ningún cambio estructural; seguirá presentándose como una alternativa. Pero una alternativa perversa. Porque no hace más que engañar y obstaculizar la verdadera salida que es el cambio de paradigma productivo.
Nora Tamagno
Imagen: https://twitter.com/viejo_topo/status/1256831605513105408