Inflación desbocada y política electoral

Inflación desbocada y política electoral

18Oct21 0 Por Mariano Féliz

La inflación sigue en el centro del problema económico. La economía rebota pero no despega. El gobierno usa fuegos de artificio para las elecciones mientras teje el acuerdo hegemónico para llegar al 2023.

La publicación de los datos de inflación del mes de septiembre son preocupantes. Luego de varios meses de reducción en la inflación intermensual, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcó un aumento de 3,5%. Este valor es sustancialmente mayor que en Septiembre de 2020 (2,8%) y dispara la inflación en los últimos 12 meses a un 52,5%. A lo largo del 2021, la inflación acumulada alcanza el 37%.

Esta situación se conecta con una situación económica que marca los límites de la recuperación. La producción industrial marca dos meses consecutivos de caída, aunque sigue mostrando un aumento 13,8% en relación a 2020. Los últimos datos de consumo en supermercados y autoservicios mayoristas muestran una mejora del consumo cercano al 4,2% en términos reales, es decir una leve recuperación luego del derrumbe de los últimos años. Por último, la proyección de la inversión privada indica cierto estancamiento general en lo que va del año, poniendo en duda que la recuperación económica pueda acelerarse.

Las políticas del gobierno nacional se concentran en acciones de corto plazo que buscan crear una sensación de bienestar inmediato, sin resolver los problemas de fondo del proyecto hegemónico. El adelantamiento de los aumentos en el salario mínimo y la consecuente mejora en los ingresos de les beneficiaries de planes sociales como el Potenciar Trabajo, entre otras acciones, generarán un aumento temporal en la capacidad de consumo pero difícilmente muevan el amperímetro de una economía que parece herida de muerte. En un mercado de trabajo hiperfragmentado, con avanzadas flexibilizadoras por doquier (desde la propuesta empresarial de reemplazar las indemnizaciones por despidos, a la idea oficialista de ‘transformar planes en trabajo’) y una política fiscal generalmente restrictiva, la redistribución en favor del pueblo trabajador es casi imperceptible. Por otro lado, la llegada de Roberto Feletti a la Secretaría de Comercio parece más un manotazo para la tribuna, antes que parte de una estrategia coherente para contener la estampida inflacionaria. Los acuerdos de precios sin capacidad real de sanción y control a los grandes capitales formadores de precios, sólo desgastan el argumento del “Estado Presente” como solución.

En los hechos, la economía política electoral choca de frente con el proyecto de reducción del déficit que está en el centro del acuerdo -ya cerrado dijo el presidente- con el Fonfo Monetario Internacional. En el mediano plazo, la estrategia gubernamental sigue atada a la negociación con el Fondo y el despliegue del proyecto extractivista con Vaca Muerta, la soja (y el agronegocio) y el litio (y la electromovilidad) como nuevos mascarones de proa.

Mariano Féliz