190 días de clase y más también

190 días de clase y más también

22Oct21 0 Por Darío Balvidares

El Consejo Federal de Educación (CFE) en la reunión 112, resolvió un mínimo de 190 días de clase para el próximo año lectivo 2022, con acuerdo casi unánime de las 24 jurisdicciones y la Nación. Las clases empezarán el  2 de marzo  del año próximo y finalizarán el 20 de diciembre.

Ese nuevo calendario fija los 190 días como un mínimo al que se le pueden sumar “días y horas de clase en los meses de enero, febrero, en las vacaciones de invierno o a contra turno, con el objeto de garantizar más tiempo,  más días, más horas, más calidad en ese tiempo que los chicos estén en la escuela”, dijo el ministro nacional, Jaime Perczyk en declaraciones a la prensa desde su cartera.

Las dos jurisdicciones que establecen un calendario diferenciado son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como lo habíamos adelantado en tramas y la otra es la provincia de Corrientes, que resolvieron comenzar el  21 y el 14 de febrero, respectivamente.

Otro de los puntos, que precisó el ministro, haciendo referencia a las vacaciones de invierno es que “intentamos distribuirlas para que no haya un pico en dos semanas, sino que esté distribuido en cuatro y que eso también cuide al turismo”.

También se refirió a la pandemia diciendo que “venimos de un año difícil, tenemos que lograr que los chicos vuelvan a las escuelas que es el mejor lugar para que los chicos estén”. Para lograr ese objetivo el gobierno nacional financia a las provincias a través del fondo Volvé a la escuela con una inversión de 5.000 millones de pesos para que los chicos retornen a las aulas y para reacondicionar los espacios educativos y “lograr la recuperación de los saberes”.

El ministerio nacional también giró fondos, alrededor de 3.000 millones de pesos a 15.000  escuelas para arreglos y equipamiento, además se destinarán  1000 millones de pesos para escuelas técnicas “para que garanticen presencialidad plena, pero también los insumos”, afirmó Perczyk.

También caracterizó, el actual titular de la cartera educativa, el tema de la “desvinculación” de estudiantes que dejaron la escuela durante la pandemia y que en muchos casos no han regresado a la presencialidad. Acordaron en la reunión del CFE llamarlo “desvinculación” y no “deserción”, puesto que la relación con la escuela estaba mediatizada, “una situación muy difícil, distinta, que es la vinculación a través de otros medios, que implica conectarse, mandar el trabajo o recibirlo” y que en tales condiciones hubo casos de desvinculación total y en otros intermitente, “algunas de ellas son por cuestiones materiales y en otros casos por cuestiones de vinculación personal”.

Todavía no hay datos oficiales acerca de la cantidad de estudiantes que dejaron la escuela durante la pandemia “y la política que estamos impulsando de ir a buscarlos uno por uno, de llamarlos, de abrir las escuelas los sábados o a contra turno”, afirmó el ministro que también recordó el día del Cooperador que “cooperan con su tiempo, energía, entusiasmo, inteligencia, trabajo y organización comunitaria y para reforzar ese trabajo hicimos una transferencia de 900 millones de pesos, para las cooperadoras”, agregó.

Sobre el tema del tiempo escolar, explicaba el ministro durante una entrevista a la radio online FutuRöck, que “…la posibilidad de enseñar y de aprender tiene que ver con muchas variables; una de ellas es el tiempo. Entonces cambia tener más tiempo, tener más días, más horas, es una de las variables para poder enseñar y aprender más y mejor”, sobre lo que consignó, además, que se están distribuyendo computadoras “a los chicos de primer año de la escuela secundaria y de primero, segundo y tercero de las secundarias rurales públicas”.

Consultado por la controversia con la oposición macrista, sobre presencialidad sí o presencialidad no durante la pandemia, contestó que: “Ellos han demostrado a lo largo del gobierno nacional y provincial que tuvieron a cargo que la educación no les importa, porque la realidad es que la desfinanciaron y discontinuaron políticas que decían que estaban de acuerdo (…) Iban a hacer 3.000 jardines e hicieron 150.

Por otro lado, señaló que fue recuperada “la presencialidad plena” y que “hay varias políticas que ya empezaron a revertir eso.  Están llegando en este momento libros a todas las escuelas públicas de Argentina para recuperar tiempo y riqueza…”.

El ministro reconoce que las disímiles condiciones materiales fueron durante la pandemia un factor importante en la desvinculación de les estudiantes, los problemas de conectividad no son iguales, “no es lo mismo conectarse en la Ciudad de Buenos Aires que conectarse en una escuela rural en el medio del campo a 1800 km de Buenos Aires…” y, también reconoce los esfuerzos de docentes y estudiantes.

En sus propias estimaciones 1.000.000 de estudiantes se han desvinculado de la escuela, un número estimativo que posiblemente sea más alto, aunque, según dijo, no están los informes terminados.

En junio 2020 de acuerdo con un documento del ministerio de educación, ya alertaba de 1.100.000 desvinculaciones, eso es un 10% del total de la matrícula que se estima en 11 millones de estudiantes. En septiembre 2020 el entonces ministro Nicolás Trotta, lanza el Programa Acompañar con diversas acciones para la relocalización de estudiantes, acompañamiento de equipos docentes, el programa incluía distintos proyectos.

Pero según estimaciones, habían sido relocalizados y recuperados 376.538, es por eso que las estimaciones de desvinculación supera ampliamente la cifra de 1.000.000, por lo que también hay que tomar un problema estructural, sobre todo en la escuela secundaria, que es el abandono interanual, que sí responde a las condiciones materiales socioeconómicas de pobreza de les niñes y adolescentes con casi el 63 % en esa condición.

También habría que revisar por qué el programa Acompañar no estuvo a la altura de las circunstancias.

Y no son los únicos programas y proyectos focalizados que no cumplen los objetivos propuestos, si no fuera así no seguirían apareciendo continuamente, programas y proyectos que se sustituyen unos a otros y terminan siendo, sobre todo, parte de la propaganda política.

Recuperar la política de la entrega de computadoras y libros es importante, pero no suficiente si el debate pedagógico y de contenidos continúa ausente invocando un contradictorio y espurio federalismo.

Las “buenas intenciones”, de cara a las elecciones y las “ayudas” financieras a las escuelas están bien, pero no dejan de ser parches por ausencia de políticas integrales. Y la ausencia de políticas integrales se da porque el sistema educativo sigue fragmentado, desnacionalizado, lo que provoca también los reclamos docentes en distintas provincias del país de manera constante donde a aquello de a igual trabajo, igual remuneración ha quedado en los tiempos pretéritos.

Es hora de visualizar que los desniveles del sistema educativo no sólo se referencian en los problemas de conectividad o de acceso a equipos, según el lugar que se habite, las profundas diferencias del sistema educativo están en la fragmentación, lo que de hecho supone la ausencia de gobierno del sistema, porque el CFE no es más que una instancia de administración, en el que sus integrantes son ministros  que hoy están y mañana no.

Tal vez sea hora, para no estar discutiendo siempre las mismas cuestiones, de reformular todo el sistema con renacionalización mediante y que el Consejo Federal de Educación sea integrado por les que tienen las responsabilidades de la educación, les docentes, elegidos por sus bases.

Tal vez, podamos avanzar en otro modelo más solidario, abandonando la verticalidad y los intereses sectoriales que sumen la educación en una crisis permanente, más allá de la pandemia o de los infantilismos de si deben ser 190 días de clase o 192; si se empiezan en marzo o en febrero, si se van a dar clases los sábados o no y sobre todo quién las va a dar, si se ocupan las vacaciones de invierno con clases de apoyo, y entonces no son vacaciones, por aquello de cooperar con el turismo.

El hecho es que pletóricos de “buenas intenciones”, en el medio está el conjunto de la docencia, jamás consultada y el diezmado estudiantado, del cual todavía no se tiene el número de desvinculaciones.

La crisis de la educación no se provocó en las escuelas, la pandemia fue la pantalla que mostró, cruelmente, la crisis de la política educativa de la que la escuela es víctima.

Darío Balvidares