El trigo transgénico no tiene licencia social
16Nov21 0 Por Nora TamagnoCon ese título, Naturaleza de Derechos (espacio de creación e interacción jurídica en defensa de la biodiversidad, protección y promoción de la pluriculturalidad, los derechos humanos y de la naturaleza, ante el extractivismo en la Argentina), publicó el 14 de noviembre, en facebook, su presentación ante la justicia contra la aprobación del trigo transgénico en nuestro país.
Las autoridades regulatorias de Brasil aprobaron la importación de trigo transgénico u OGM (organismo genéticamente modificado) de Argentina en forma de harinas, con ello nuestro país queda habilitado para su cultivo.
Múltiples voces se vienen expresando en contra de este desarrollo biotecnológico.
Una de las preocupaciones de peso es que todo el trigo argentino podrá contaminarse con el transgénico, generando un daño irreparable sobre la diversidad de cultivares existentes (comerciales, criollos, etc.) y obligando a nuestro pueblo a consumirlo. La contaminación de los cultivares de trigo no transgénico se podrá dar por dos vías: en el campo, por fecundación cruzada (con polen de trigo transgénico de lotes vecinos) o luego de la cosecha, por las dificultades para mantener separadas las partidas de transgénico en todo el circuito (comercialización e industria). La contaminación determinará el rechazo de este producto por parte de numerosos países que se niegan a incorporar trigo transgénico en las dietas de sus pueblos.
Esta es la principal objeción que ponen los sectores de la comercialización e industria de Argentina y Brasil (principal comprador de trigo argentino).
Pero hay muchas más preocupaciones.
Como es tolerante a sequía, podrá difundirse en zonas marginales, profundizando el proceso de agriculturización, avanzando sobre montes nativos y desplazando otras actividades productivas en zonas de ambientes frágiles. Además, es resistente a glufosinato de amonio (herbicida que es más tóxico que el glifosato), por lo que con su uso, se generarán más contaminación y problemas de salud humana y ambiental.
En nuestro país, las autorizaciones de OGM, como la de este trigo transgénico, se basan en la información “científica” que aportan las propias empresas biotecnológicas, proviente de investigadores y espacios científicos con graves conflictos de intereses, que omiten intencionalmente ensayos esenciales en materia de inocuidad alimentaria y seguridad ambiental. Ello ocurre mientras gran parte del sistema científico mira para otro lado o es cómplice, recordemos lo que le costó al Dr. Carrasco, publicar los resultados de sus investigaciones que comprobaban los daños del glifosato en la salud.
Varios de estos argumentos están en la presentación de Naturaleza de Derechos, la misma finaliza diciendo: “manifestamos que se agotarán todas las instancias judiciales locales e internacionales en razón de la violación de los derechos humanos que representa la liberación del Trigo Transgénico HB4 de la empresa Bioceres. Todos y todas tenemos derecho a gozar de los beneficios de la biodiversidad, a la alimentación adecuada, a la salud, a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano, a la agroecología y a la libertad de elección en la relación de consumo”.
Organizaciones, asambleas y personas están invitadas a acompañar con su adhesión a dicha presentación https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSd-3kbEP-jIDneyGPovaUgo6MXR8NS4BEIw09y7mGYEnJYuaw/viewform
Diseñar un modelo productivo de alimentos saludables, con perspectiva agroecológica, y frenar el avance del agronegocio (que mercantiliza la vida, enferma y destruye), es urgente. Para lograrlo es imprescindible la participación activa de toda la comunidad y las organizaciones populares y decir que NO cuando se quieren imponer los intereses de las corporaciones y se pone en riesgo la sustentabilidad de la vida.
¡NO AL TRIGO TRANSGÉNICO!
Nora Tamagno