La flautista de Hamelin
30Nov21Cuando el gobierno lucha contra la impunidad no es para suprimirla sino para monopolizarla.
Hemos escuchado reiteradamente que hay que reformar al Poder Judicial. Aquellos y aquellas que en el Gobierno estuvieron y están, sostienen esa amenaza permanente. Desde ya es totalmente funcional a los delitos agravados por ser cometidos por funcionarios públicos (abuso de autoridad, malversaciones varias) tener a todos los jueces todos, baja el anatema de banalidad y venalidad. De la misma manera que la mejor forma de ocultar un elefante en la calle Florida es llevar 100 elefantes, cuantos más jueces, causas, tribunales, etc, sean objetos de descalificación absoluta, más sencillo es la alfombra roja de la impunidad. Recuerdo cuando Amado Boudou, cuya identidad autopercibida es preso político, hizo echar al procurador de la nación, Esteban Righi, porque pretendía investigarlo. Algo para recordar es que Righi fue autor de la amnistía a los presos políticos en el año 1973. No sé por dónde el Amado andaba en esos tiempos, pero seguramente ya gateaba hacia el UPAU, el correlato universitario de la UCEDÉ de Álvaro Alsogaray. Si el origen no es el destino, tampoco necesariamente lo desmiente. O sea que un UPAU echó al último camporista. Grotesco de la repetición de la historia como enseñara Marx. Los hechos serían más o menos así, ya que no estamos en los tiempos de la verdad, sino en los tiempos de lo verosímil.
“El Tribunal Oral Federal (TOF) 5 sobreseyó a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a sus hijos en la causa en la que se los investigó por supuesto lavado de dinero con alquileres de propiedades y plazas hoteleras de las sociedades Hotesur y Los Sauces. Los jueces decidieron “sobreseer a Cristina Elisabet Fernández en orden al hecho que fuera calificado como lavado de activos en concurso ideal con admisión de dádivas, en calidad de coautora, por el que fuera imputada en los requerimientos de elevación a juicio de las partes acusadoras”. La decisión, tomada por los jueces Adrián Grünberg y Daniel Obligado, con la disidencia de la magistrada Adriana Palliotti, implica que no se haga un juicio oral y público, aunque el fallo aún puede ser apelado y revisado en instancias superiores. (Télam digital 30/11/2021)”
La flautista de Hamelin, con el prodigio de una música totalmente irresistible, que tiene una mezcla de ritmo popular, sumando una retórica de alto nivel, incluyendo el permanente auto referencial que construye idealizaciones, aunque pulverice ideales, logra impunidad jurídica, política y cultural. Todos y todas que pretendieran juzgar sujeto a derecho conductas que indulgentemente se denomina denominan corrupción, tendrán el funesto destino de las ratas que terminan ahogadas en el río. Alabanzas al poder judicial cuando exonera a la flautista y descendencia. Amenazas si osara actuar el contrario. Quizá el silencio de la flautista haya sido hasta asegurar que su música seria recompensada con el vellocino de oro de la impunidad. Nunca lo sabremos. Pero vale recordar que la cultura represora avanza no solamente cuando nos derrota, sino cuando la enfrentamos con sus propias armas.