Breve relato de una resistencia: NO al ajuste
12Dic21El sábado 11 de diciembre de 2021 una gran parte del pueblo argentino se dio cita en la histórica Plaza de Mayo para intentar frenar el eminente acuerdo con el FMI que busca el gobierno del Frente de Todos. Asoman las recetas de ajuste de siempre y la memoria popular clama por su destino.
Los pronósticos de lluvias aisladas van dejando atrás sus certezas y la tarde del sábado se abrió paso entre calor y humedad en el cemento porteño. Es sábado y es diciembre, la Plaza de Mayo se prepara para un continuado de 48hs de movilizaciones y discursos. Saltos en la continuidad de mareas humanas, las del 10 para celebrar la democracia burguesa mientras sus policías asesinan pibes pobres todos los días; las del 11 para gritarle al gobierno, al empresariado local y a los funcionarios del FMI que no queremos un acuerdo: si hay acuerdo con el Fondo, hay ajuste; si hay ajuste habrá más miseria popular.
Contra toda afirmación de sectarismo y “3%” con el cual aceleran la sanata el progresismo, el peronismo y la centroizquierda; el sábado colmaron la Plaza diferentes sectores sociales y políticos de las distintas corrientes de izquierda, de diferentes sindicatos combativos, de espacios de lucha contra el gatillo fácil, movimientos sociales no oficialistas y personas que sueltas se dejaron llevar por el impulso histórico de saber que nada bueno puede venir del recetario ortodoxo del FMI.
¿Dónde hay pueblo? Sin dudas que la presencia popular se hace materialidad en diferentes momentos, de diversas maneras e incluso con horizontes e intereses muchas veces contradictorios. Negar la Plaza del viernes 10 es de una ceguera política absurda, misma ceguera le cabe a la coalición gobernante y a los medios (de ambos lados de la grieta) negando la Plaza del sábado 11: ningún medio masivo cuenta hoy sobre una movilización política multitudinaria con consignas claras, aunque usaron la tinta con notas totalmente necesarias para la realidad popular.
Pero volvamos a la Plaza de ayer, si bien hacen falta varias millones de personas desbordando plazas y calles de todo el país para darle un golpe definitivo al ajuste, la movilización contra el FMI del sábado 11 se demuestra como un mojón. Han pasado 20 años del 2001, del estallido que tiene raíces socioeconómicas y políticas en el modelo que se empezó a imponer con sangre en 1976; han pasado 20 años y aunque se edulcore la historia para hacer una kermesse no han derrotado la memoria popular. Este 2021 volvemos a tener niveles de pobreza, de explotación laboral, de miseria estructural que igualan o superan a los de los 90 o el 2001. Las banderas de ayer (comisiones internas de hospitales, banderines de fábricas recuperadas, asambleas de trabajadorxs despedidxs en plena pandemia, grupos de familiares y amigxs de asesinados por la policía, conducciones sindicales combativas, merenderos populares, docentes universitarios, etc) evidencian lo que ya sabemos, no dejan de aparecer pequeñas luchas fabriles, socioambientales, de género, tomas de tierras, estudiantiles, etc que arman ya no un baño, sino un piletazo de realidad: vivimos cada vez más indignamente, en condiciones deplorables por más festivales que organicen.
Va quedando claro en enormes sectores de nuestra clase trabajadora que a los relatos se los lleva el viento… o el ajuste. Se va tamizando la paciencia y será hora que nuestro pueblo teja otras historias de emancipación.
Foto destacada: Izquierda Diario