“Todos los gobiernos constitucionales han generado políticas represivas que se llevaron la vida de pibxs jóvenes y empobrecidos”

“Todos los gobiernos constitucionales han generado políticas represivas que se llevaron la vida de pibxs jóvenes y empobrecidos”

27Ene22 0 Por Matías Gianfelice

Desde Tramas entrevistamos a Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga y una luchadora indiscutible contra la represión estatal. Nos deja su mirada y análisis al cumplirse 13 años de la desaparición forzada seguida de muerte de Luciano.

¿Cómo se puede definir el rol que juega la policía y/o Gendarmería  en los barrios obreros y pobres?

Me parece que estaría bien pensar en el rol del Estado (poder político, judicial, mediático) antes de profundizar en las acciones represivas de las distintas fuerzas de seguridad que operan a la largo y ancho de nuestro país. Sin duda las personas que integran las fuerzas represivas son responsables materiales de hechos de tortura, fusilamiento, represión, pero por encima de ellos operan personas poderosas que piensan, discuten, generan, implementan políticas públicas e imaginarios simbólicos que nos llevan como sociedad a internalizar y naturalizar situaciones altamente violentas y degradantes en la vida humana.
Desde hace mucho tiempo sobre las villas, barrios, y personas que habitan en ellos se ha generado e instalado una mirada violentamente discriminadora y criminalizante. Los barrios son caracterizados como zonas peligrosas y las personas que los habitan como potencialmente violentas. Les niñes, adolescentes y jóvenes son los más afectados por estas acciones criminales del Estado, son tratados como cosas, sus vidas son deshumanizadas y se llega a crear en ellos la figura de sujetxs peligrosxs que atentan contra la tranquilidad de barrios y personas ubicadas en sectores privilegiados de la sociedad. Una vez instalada esta mirada que estigmatiza la figura de niñes, adolescentes y jóvenes empobrecidos se avanza con medidas de control y disciplinamiento. El control violento se direcciona hacia los barrios discriminados y criminalizados y la violencia represiva (armado de causas, detenciones y requisas ilegales, tortura, fusilamiento, desapariciones forzadas) sobre los cuerpos cosificados y deshumanizados de jóvenes vidas.
Para las familias organizadas, las organizaciones sociales, los organismos, los medios comunitarios y alternativos, así como también para cualquier persona concientizada con esta realidad, la enorme tarea es seguir sensibilizando a una sociedad que no terminó de madurar la brutalidad de los crímenes cometidos por un Estado que empobrece y asesina las vidas humanas de quienes sufren sistemáticamente la desigualdad.

Todos los gobiernos constitucionales han generado políticas represivas que se llevaron la vida de pibxs jóvenes y empobrecidos. Mientras, el poder judicial, también responsable directo en estos hechos, empuja las causas judiciales a la impunidad dando lugar a la repetición de estos hechos. Los medios de comunicación hegemónicos son la base de operaciones de un sistema de impunidad que condena la vida de las víctimas a un proceso de invisibilización social, ya que no solo no informan estos hechos aberrantes, sino que además cuando deciden hablar de ellos mienten y tergiversan para que la verdad de los hechos no llegue a generar una crisis en lo que se supone un sistema democrático.

¿Qué conclusiones podemos sacar del sistema judicial en la gran mayoría de causas armadas o donde están involucrados por represión o asesinatos los miembros de las fuerzas represivas?

El poder judicial representa, en la mayoría de las causas denunciadas por represión Estatal, la figura fundamental que habilita la repetición sistemática de hechos de estas características, ya que no ejecuta investigaciones pertinentes que conduzcan a la verdad de los hechos y por ende la condena a todxs los reponsables (materiales, políticos y judiciales) sino todo lo contrario: las investigaciones iniciales e importantes en términos de adquisición de pruebas tienden a recorrer otros caminos que generan daños irreparables en las causas y procesos de impunidad que alejan a las familias y la sociedad de la posibilidad de obtener verdad y justicia. Por esto a algunas familias nos viene resultando muy complejo pedir Justicia: ¿A quién se la pedimos? Si a quienes dirigimos la denuncia son responsables de redireccionar las causas con la finalidad de borrar cualquier rastro que comprometa la responsabilidad del Estado en crímenes en donde se violan sistemáticamente los derechos humanos. El poder judicial es responsable de hechos de Represión Estatal, no paralizan las causas, ni las duermen: accionan en función de que las pruebas se pierdan, borren, eliminen. Inician procesos de investigación criminalizando a las familias victimas del proceso, hasta la misma víctima del hecho de armado de causa, tortura, fusilamiento, desaparición forzada puede caer en esta estrategia de criminalización y deshumanización por parte del poder judicial. Esto obliga a redoblar el esfuerzo de las familias que se organizan y luchan ya que además de exponer su verdad públicamente y en los lugares institucionales correspondientes deben emprender movimientos físicos, psíquicos y emocionales,  sacando fuerzas de reserva de donde ya no quedan, para poder luchar y deslegitimar maniobras distractoras que conduzcan a instalar otras supuestas “verdades” que les son útiles al poder para no verse manchados ante crímenes tan aberrantes.
El poder judicial debería ser independiente del político y obrar en función de llegar a la verdad y condenar las responsabilidades de estos crímenes brutales y horrorosos, pero la realidad viene demostrando que tal independencia no existe y que, a la hora de encubrir estos hechos, las relaciones entre estos estamentos de poder (judicial-politico) se profundiza y relaciona conformando una suerte de asociación delictiva que busca la impunidad para seguir garantizando el funcionamiento de un sistema de crueldad que mantiene en la “normalidad” acciones crueles y vejatorias de la dignidad humana.

En “¿Quién mató a mí hermano?” vos hablás ante legisladores de CABA exigiendo respuestas luego de sufrir un atentado ¿Los partidos políticos, dirigentes y funcionarios se la juegan en este tipo de causas?

En esa parte de la película ¿Quién mato a mi hermano? yo estoy participando por tercera vez en una de las audiencias de la comisión de derechos humanos en el anexo al Congreso. Ahí me encargo de aclarar esto porque me parece significativo que una familiar tenga que repetir por tercera vez hechos acontecidos en una causa de desaparición forzada. Consideré  en ese momento y lo sigo pensando aun, que mis palabras y la de cualquier otra madre, hermana, abuela que denuncia Represión Estatal deberían ser escuchadas para generar acciones concretas desde cada ámbito institucional que corresponda, esto no fue así en nuestro caso, nuestra palabra no fue escuchada en la primera ni en la segunda audiencia por aquellas personas con poder de decisión y esto llevó a que en una tercera participación en esas audiencias me encontrara denunciando un acto de intimidación que llegó después de una condena a un policía por hechos de tortura (Luciano sufrió torturas en el ex destacamento policial de Lomas del mirador el 22/09/2008, por esto existe solo un policía condenado con sentencia firme, Julio Diego Torales. Este hecho ocurrió unos meses antes de su Desaparición Forzada).

No todos los funcionarios deciden no escuchar, o ser parte de la lógica de la impunidad, por supuesto que hay nombres y apellidos que se salen de esta norma pero lamentablemente el sistema está diseñado para revictimizar a las víctimas del proceso, y cuando esto ocurre queda en evidencia que no se tiene en cuanta esas primeras palabras, que no se acciona rápida y eficazmente en función de que los actos violentos cesen, sino todo lo contrario. No hay escucha, no aparecen acciones interinstitucionales que garanticen derechos y cierta tranquilidad en la vida de las familias afectadas (que en su gran mayoría son personas empobrecidas y muy dañadas), esto hace que muchas de nosotras tengamos que repetir una y otra vez hechos horrorosos con el afán de sensibilizar y poder lograr un mínimo acompañamiento que nos saque del estado de aislamiento en el cual quisieran que nos mantengamos por siempre, aquellos que son responsables de estos crímenes. Romper con el estado de aislamiento es lo saludable para las familias que luchamos organizadas contra un sistema represivo, encontramos acompañamiento en algunxs funcionarixs pero esto no alcanza y lo correcto es que exista un Estado comprometido con esta problemática, que articule políticas públicas que saquen del aislamiento a las familias que padecen estas situaciones y que su transitar en el ámbito de lo judicial, que es cruel y violento, sea atravesado con el acompañamiento de instituciones estatales comprometidas, sensibilizadas y en pie de lucha contra la impunidad.

En los últimos meses hubo casos de gatillo fácil en CABA y en Miramar que generaron una difusión mediática y un enojo de la opinión pública bastante extendido ¿Considerás que hay avances en la conciencia de nuestro pueblo sobre el accionar de las fuerzas represivas?

Considero que sí hubo avances en cuanto a la sensibilización social con relación a hechos de Represión Estatal y eso tuvo que ver con la organización y lucha de las familias. Es necesario resaltar la figura de madres, hermanas, abuelas en estos procesos de visibilización y denuncia, las mujeres seguimos generando espacios de participación y ponemos el cuerpo en las calles para poder lograr un Nunca Mas.
Somos nosotras las que marchamos con las fotos en mano de niñes, adolescentes y jóvenes torturadxs, asesinadxs o desaparecidxs por el aparato represivo del Estado, así como lo hicieron en otros momentos históricos las madres, abuelas y hermanes denunciando las muertes y desapariciones forzadas durante el genocidio que ocurriera en nuestro país en la década del 70.

A la bronca y el dolor que provocan estos hechos se le suman los procesos de impunidad en cada una de las causas judiciales, es por eso que en la organización y la lucha encontramos una forma de resignificar tanto horror padecido. Las familias organizadas buscamos acompañarnos para salir del estado de aislamiento y silenciamiento que nos quieren imponer y así vamos logrando pasito a pasito que se entienda por qué hablamos de represión estatal en democracia, por qué denunciamos al Estado y por qué fuimos entendiendo que la impunidad mata y lo seguirá haciendo, siendo las únicas víctimas seres humanos de zonas empobrecidas fuertemente discriminadxs y criminalizadxs.