Incendios en Corrientes: El cambio climático empieza a pasarnos la factura

Incendios en Corrientes: El cambio climático empieza a pasarnos la factura

17Feb22 0 Por Tramas

Los efectos del cambio climático llegaron para quedarse. Los gobiernos pueden usar la táctica del avestruz de esconder la cabeza para que no lo vean, pero los récords de temperaturas, las prolongadas sequías e inundaciones, los incendios, son cada vez más frecuentes y sus consecuencias cada vez más evidentes.



Es indiscutible que el gobierno de Alberto Fernández ha mantenido la misma línea del gobierno anterior en relación a decisiones políticas para enfrentar el cambio climático. Declaraciones que manifiestan preocupación, algunos gestos muy publicitados, como fue la promoción de los parques eólicos y ahora es el hidrógeno verde, pero por otro lado, una sostenida apuesta al incremento del extractivismo para exportación. Actividades de reconocido impacto ambiental como el fracking, la megaminería cielo abierto y el modelo agropecuario industrial, son priorizadas para obtener divisas que se irán al exterior. En tiempos de Macri esas divisas engrosaron la fuga de capitales, en tiempos de Fernández aportarán a pagar deudas externas que, en buena parte, son el resultado de una estafa.
Lo que no se dice, pero resulta cada vez más evidente, es que el cambio climático, empieza a pasarnos la factura.
Se proyecta una cosecha de 48,5 millones de toneladas de soja y 57,6 millones de toneladas de maíz, pero por culpa de la sequía esas estimaciones se deben recortar. Cuando todavía no se han cosechado estos granos, para la soja hoy se estiman 40,5 millones de toneladas y para el maíz, 51 millones. Ya la soja perdió un 20% y el maíz más de un 10%.
Se proyecta ampliar stock ganadero nacional y en una de las principales regiones dedicadas a esa actividad, Corrientes, se quemaron 519.000 Ha. La catástrofe abarca al 6% de la superficie provincial.
Lo que ya se llevó el fuego son 123.899 Ha de esteros y otros bañados, 123.567 Ha de malezales, 41.037 Ha de vegetación de valles aluviales, 22.509 hectáreas de bosques nativos y 12.536 bosques cultivados. Esta situación se puede agravar. Según un informe del INTA Corrientes “Tanto los focos de calor como las superficies afectadas por las quemas presentan una tendencia lineal y positiva, lo que hace suponer que, de no revertirse las tendencias meteorológicas actuales, el área quemada puede seguir incrementándose. La evidencia satelital indica que hay un incremento continuo de la superficie total afectada por las quemas desde el inicio del año 2022, a razón de un promedio de casi 20 mil hectáreas por día”.
A la hora de encontrar responsables del desastre correntino se cuela la grieta política y el Ministro de Medio Ambiente, Juán Cabandié, culpa a productores por la quema de pastizales. Los ruralistas culpan al Ministro, denunciando que el gobierno nacional no hace nada por contener los incendios. El debate se deriva y se discute de impuestos, de prácticas irresponsables y de la proliferación de incendios en todo el país.
La gran novedad es que los efectos negativos del cambio climático ya están presentes, y ni el gobierno, ni la oposición de derecha, pueden argumentar que han aportado a enfrentar este desajuste promovido por la actividad humana y el sistema imperante. El cambio climático excede nuestras fronteras, pero exige que asumamos la responsabilidad de enfrentarlo en el territorio nacional.
En Brasil, por lluvias torrenciales en la región de Río de Janeiro, ya se han reportado 94 muertos, y ese número podría aumentar, porque hay cientos de desaparecidos.
Quien quiera encontrar excusas podrá hallarlas. Podrá decir que las pérdidas de las cosechas fueron por culpa de la sequía, o que los campos se quemaron porque hacía mucho calor, o que en Brasil suceden estas cosas porque gobierna Jair Bolsonaro. Se podrá utilizar las catástrofes para llevar agua a distintos molinos políticos. Lo seguro es que si no enfrentamos el problema, el tiempo va a seguir loco. Y este loco nos ha empezado a pasar la factura.

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