Norita

Norita

22Mar22 0 Por Guillermo Cieza

Hoy Norita Cortiñas cumple 92 años. Hablar de sus luchas, de sus ejemplos, de sus presencias, de sus posicionamientos políticos y vitales nos llevaría varias páginas, por lo que me voy a limitar a mencionar, dos aspectos de su vida, que siempre me han llamado la atención de su personalidad.

Norita nos demostró que la vejez no conduce a una declinación irremediable. Como sucede con las arruga de la piel, la vejez hace más visibles los rasgos de cada persona. Pero la edad no determina que nos pongamos más necios, menos curiosos, más ermitaños, menos alegres. Un viejo o una vieja de mierda es la continuidad lógica de una persona que tuvo esos olorosos atributos, desde que fue joven. Quienes hace mucho tiempo conocemos a Norita, con el transcurrir de los años fuimos conociendo una mejor versión de su persona. Cada vez más sabia, más curiosa, más profunda. Norita ha sabido escapar al mandato del capitalismo contra los mayores de recluirse en los recuerdos y no molestar el tránsito y ha recuperado la valoración de los pueblos originarios que vinculaban la experiencia con la sabiduría.
Norita nos enseñó también que se puede ser de izquierda y no ser dógmático. Que se puede ser de izquierda y no ser sectario. Que se puede ser de izquierda y preocuparse siempre por empatizar con las y los otros, hablar sencillo yendo al hueso. Que se puede revalorizar como más importante lo que nos une y no lo que nos diferencia. Que se puede ser de izquierda y tener memoria histórica. He conocido pocos dirigentes de izquierda con esa talla. El más parecido a Norita que conocí fue Hugo Chávez. En Argentina estas virtudes políticas están poco presentes. Sobresaliendo por varios cuerpos en su espacio político, Myriam Bregman tiene algunos rasgos de ese perfil político.
Sobre cómo vivió nuestra izquierda las posturas políticas de Norita tengo una anécdota ilustrativa. En el año 2005 cuando después de muchas luchas el FPDS consiguió que se llevara a juicio a los responsables materiales del asesinato de Dario Santilán y Máximiliano Kosteki, se impulsó una Comisión Independiente por Juicio y Castigo a los Asesinos del Puente Pueyrredón, que estaba integrada por Alberto Santillán, Vanina Kosteki, Nora Cortiñas, Laura Guinzberg de APEMIA, CORREPI, Asociación Ex Detenidos Desaparecidos, HIJOS, Graciela Daleo de AEDD, Alfredo Grande,etc. Pero ocurrió que, cuando propusimos a Norita, un compañero que representaba a un partido de izquierda, que también estaba involucrado en esa iniciativa, la cuestionó calificándola como “reformista”. La anécdota termina allí, Norita integró la comisión y esa historia no trascendió. Lo que sí me parece interesante es analizar el recorrido de muchos dirigentes y dirigentas políticas, sociales y de derechos humanos que en distintos momentos de su vida, se presentaron como más radicales, más combativos, más vociferantes, que Norita. Mientras muchos y muchas se fueron al pasto, Norita siguió su marcha, tan humilde como fresca, tan sensata y profunda, como insobornable.
Aprovechó esta fecha, para volver a insistir en lo que ya escribí hace un tiempo. Si como izquierda nos pareciéramos a ella, tendríamos grandes posibilidades revolucionarias.
En el día de su cumpleaños, sólo queda agradecerle y abrazarla por su lúcidos noventa y dos años, por su coherencia revolucionaria y su compromiso con el futuro.

Foto. Pagina12