Honduras: ¿Qué hacer con las pandillas?

Honduras: ¿Qué hacer con las pandillas?

24Jul22 0 Por Tramas

La polémica sobre cuál debe ser la posición gubernamental contra las maras o pandillas se ha intensificado en Honduras a partir de la muerte de un barra brava, en un presunto enfrentamiento entre pandilleros y miembros de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP). En la región es muy conocida la posición adoptada por el Presidente de El Salvador de mano dura con las bandas y no faltan quienes propongan imitarlo.


Mara significa grupo de amigos y la Mara Salvatrucha- MS13, nació en los Angeles en los años 80 a partir de emigrantes salvadoreños que se agruparon como una forma de mantener su identidad y protegerse. Como suele ocurrir con otras asociaciones de jóvenes pobres y marginados, la introducción del comercio de drogas modificó sus objetivos originales y sus prácticas que pasaron de la autodefensa a la delincuencia. La Mara Salvatrucha hoy es la principal pandilla implantada en Honduras y también en El Salvador y Guatemala. Para quien le interese conocer un poco más sobre esta banda, recomendamos la película “Sin Nombre”, que está en la Plataforma Netflix. En territorio hondureño también existen otras pandillas que le disputan el control territorial a la Salvatrucha.


El gobierno de Juan Orlando Hernández había militarizado la seguridad pública, lo que fue criticado por la actual presidenta Xiomara Castro, que propuso la creación de una policía comunitaria. La cuestión de las pandillas es un problema complejo porque tienen un fuerte atractivo para niños y jóvenes en condición de abandono, que encuentran en estas “familias” un lugar de contención.
Hay algunas experiencias de intentos de abordar esas complejidades. La más interesante se desarrolló en el gobierno bolivariano de Venezuela que creó por un lado, en 2009, la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES) encargada de la formación humanística y profesional de funcionarios de seguridad, entre ellos la Policía Nacional Bolivariana, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, bomberos, protección civil, paramédicos, custodios, etc.​ Y por otro, en 2013, el Movimiento por la Paz y la Vida, con el propósito de apoyar e impulsar la convivencia pacífica y solidaria; con el fin de crear territorios libres de violencia, a través del desarrollo de actividades deportivas, culturales, educativas, sociales, religiosas y productivas.
Su contracara es el modelo implementado por el Presidente Nayib Bukele en El Salvador, que impuso a la Asamblea Legislativa un Plan de Control Territorial, del que muy poco se conoce, pero que se presenta como de tolerancia cero para las actividades de las pandillas. De hecho durante los primeros meses de aplicación el plan pareció exitoso, porque bajaron el número de homicidios. Por la investigación de algunos periodistas se ha filtrado que en realidad el Plan de Control Territorial, fue una negociación realizada con líderes de las pandillas detenidos en cárceles de máxima seguridad donde se acordó entre otras cosas algunas liberaciones, como la de Elmer Canales Rivera, alias Crook, lÍder de la Mara Salvatrucha, con la condición de reducir el número de asesinatos y promover en sus organizaciones el apoyo electoral al Presidente. Pero esta negociación duró poco y el presidente Bukele se lanzó a hacer arrestos masivos, más de 30.000, en cinco días. La respuesta de la Mara Salvatrucha no se hizo esperar. El último fin de semana de marzo lanzaron una cacería humana al azar, con un saldo de 87 asesinados. La política de mano dura no ha contribuido a pacificar a El Salvador, por el contrario ha aumentado la violencia. Sin embargo, la cobertura mediática de estos hechos, que exalta los éxitos del gobierno, contribuyen a crear la falsa imagen de que en Salvador han encontrado el remedio para enfrentar la delincuencia.
A los admiradores de la receta de Bukele parece haberse sumado la Subsecretaría de Seguridad de Honduras, Julissa Villanueva, que elogiando la política represiva en el país vecino tuiteó: ” ¿Cómo contrarrestar la violencia en Honduras? Cómo lograrlo en un país que se transformó en un NarcoEstado? El respeto a ddhh es fundamental. ¿Qué podemos aprender de los hermanos salvadoreños? Revisemos el Plan Control Territorial y Adaptemos”.

Seguramente en pueblos cansados de los chantajes y los hechos delictivos de las pandillas, existe consenso para la aplicación de políticas como las que promueve Bukele, pero un gobierno popular, como el de Honduras no debería limitarse a leer encuestas.
Cuando se corren los límites de los derechos humanos, como es el caso de las detenciones masivas, van presos muchos inocentes. Se condena por la apariencia o por el lugar en que viven. Cuando se aplican leyes de excepción no toda la sociedad las padece por igual. Quienes viven marginados son los que tienen más que perder.
El gobierno de Xiomara Castro, desde el momento mismo en que asumió, ha enfrentado numerosas presiones y ha podido mantener los compromisos asumidos en su plataforma electoral. Seguramente la cuestión de las pandillas es un gravísimo problema, que genera grandes preocupaciones en las comunidades. Es de esperar, que no se pierda en esta encrucijada.

Tramas.

Fotos: Blend Up

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