Fuego en Animana, a 50 años del primer piquete

Fuego en Animana, a 50 años del primer piquete

26Jul22 0 Por Silvio Schachter

En julio de 1972, después de meses de no cobrar su salario, los trabajadores de la Bodega  Michel Torino, ante la falta de respuesta, deciden en asamblea tomar la bodega,  ocupar la delegación municipal y cortar la ruta, en lo que puede considerarse el primer piquete.  Acompañados por todos los habitantes, inician una pueblada que se conocería con el nombre de Animanazo.

“¿Cómo se puede asustar a un hombre que no solo carga con el hambre de su vientre sino también con el de sus pobres hijos? No se le puede atemorizar porque este hombre ha conocido un miedo superior a cualquier otro”. Viñas de ira – John Steimbeck 

Las puebladas de 1969-1972

El golpe de estado de 1966 que dio lugar a la dictadura autodenominada Revolución Argentina(1966-1973), tuvo en la figura  del ministro de economía de Juan Carlos Ongania,  Adalver Kriguer Vasena, el ejecutor del plan de corte liberal que vino a favorecer los intereses   de las principales corporaciones extranjeras  y a sus socios locales. Entre sus medidas se destacaron, la suspensión de los convenios colectivos de trabajo,la congelación  de los aumentos de los salarios por el término de 2 años, la sanción de una ley de hidrocarburos, que permitía la participación de las empresas privadas en el negocio del petróleo,  la sanción de la ley de alquileres que facilitaba los desalojos, y la ejecución de  obras públicas que dieron nacimiento a la llamada patria contratista. Krieguer Vasena había sido también ministro en el gobierno de Aramburu, y durante su gestión patrocino el ingreso del país al FMI del que después fue funcionario.

Entre los principales perjudicados estaban los trabajadores de la ciudad y el campo, y los pequeños productores rurales y  de la industria. Cayó abruptamente el nivel de vida, aumentaron los precios, se redujo el PBI, se devaluó la moneda, y se avanzó con la apropiación  por parte de los monopolios extranjeros en áreas claves de la economía. Como parte del mismo proyecto el  alineamiento  con EEUU, en el marco de la Guerra Fría, impuso la doctrina de Seguridad Nacional, se prohibió a los partidos y la actividad política en general , y desarrollo una línea represiva y oscurantista que abarco todos los aspectos de la vida social y cultural. La situación  desencadeno una multiplicidad de acciones de resistencia y rebeldía, que tuvieron como epicentro las puebladas que atravesaron casi  todas las llamadas porteñamente provincias del interior y a  las que después del Cordobazo (1969) se les incorporo el sufijo “azo”.  Entre ellas se destacaron los dos Rosariazos (1969, los Tucumanazos  (1969 y 70), el Viborazo cordobes (1970), el Choconazo (1969/70),  el Mendozazo (1972) y el Rocazo (1972)

Los partidos burgueses presionados y temerosos de que esta rebeldía desemboque en un Argentinazo plebeyo, apuraron el pacto de la Hora de los pueblos, para forzar a la dictadura de Lanusse a una salida electoral. El intento militar de perpetuarse camuflado en un modelo bipartidista, al que llamaron Gran Acuerdo Nacional ( GAN) fracaso y debió llamar a elecciones  que, celebradas en este contexto y  con  el triunfo de Campora,  dio inicio a la breve primavera del 73, que empezó su fin a partir de la Masacre de Ezeiza en junio.

El Animanazo

A partir de la década de los 50- 60, la industria vitivinícola, como en otros sectores del agronegocio, comenzó un proceso de concentración de la riqueza y de la propiedad de la tierra. Las fincas mantenían  desde el siglo XIX una estructura patronal de carácter familiar y funcionaban con una relación casi feudal con los trabajadores y sus familias, a quienes a cambio  se les cedía alguna pequeña parcela para su sustento, en ese periodo pasaron a convertirse en sociedades anónimas. La fuerza de trabajo se canalizo de más en más en la relación capital-salario, y de a poco las familias debieron dejar sus pequeñas parcelas en las fincas para pasar a dependen exclusivamente del sueldo.

La crisis generada por la dictadura  también afecto a la vitivinicultura, pues en esa época el grueso de la producción se destinaba al consumo interno que se redujo, aún no había llegado la época de la exportación del vino gourmet y la moda de los sommeliers. En el caso de la finca Aimana, se sumó una disputa entre los socios. Como siempre los principales afectados fueron los trabajadores; la sociedad dueña de la bodega dejo de pagar los salarios a partir de enero de 1972, situación que se mantuvo sin variantes ni perspectiva de solución durante seis mes. Los primeros tres meses  la empresa les pidió y consiguió la colaboración gratuita del personal y después se presentó en quiebra.

La bodega tenía 80 trabajadores, la principal y casi única fuente ingresos para un pueblo que contaba con 500 habitantes. Ante la situación desesperante  generada por el prolongado incumplimiento patronal, el 18 de julio el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (SOEVA) llamó a una asamblea a la que se sumó todo el pueblo. Allí decidieron  tomar preventivamente las instalaciones de la bodega mientras reclamaban por su expropiación, ocupar temporalmente la  municipalidad y hacer una olla popular que daría alimento a una población hambreada por el lockout  patronal.  El día 19 la asamblea popular decide nombrar intendente provisional al delegado de SOEVA de Animana, Inocencio Ramirez  y decide cortar la ruta 40, en lo que podría considerarse como el primer piquete, cobrando un impuesto de paso para un fondo que permitía sostener la olla. Comenzaba el Animanazo, que se inscribiría, junto a las otras  puebladas, entre las más memorables rebeldías populares de nuestra historia.

El 31 de julio la empresa empezó a pagar parte de los salarios comprometiéndose ante el sindicato a completar lo adeudado. Pero el  6 de agosto la policía detiene a Ramirez, al  delegado gremial de Cafayate, Pablo Rios, acusados de usurpación de propiedad privada, la asamblea decide  marchar a Cafayate, a lo largo de los 15 km de distancia se fueron incorporando  otros trabajadores, que al  llegar a la plaza exigieron y consiguieron la libertad de sus compañeros.

 El fuego de  Animana, su legado

Ese mismo año el poeta mendocino,  uno de los  fundadores  del influyente Nuevo Cancionero Latinoamericano, Armando Tejada Gomez, escribe la letra del tema, al que Cesar Isella le puso música,en un homenaje al pueblo de Aimana, Fuego en Aimana, que  luego se  conoció en todo  el mundo a través de la maravillosa voz de Mercedes Sosa.

“Sepan lo que no han sabido/que no estoy de sólo estar,/que estoy parado en el grito/Bagualero del Pujay./Ayer nomás ardió el pueblo/por la tierra y por el pan,y la fogata en el valle/no estaba por sólo estar…”

La revancha de los empresarios bodegueros y la policía, llego con la dictadura cívico militar de 1976, el mismo día del golpe, el 24 de marzo, fueron detenidos los tres referentes del Animanazo, Pablo Salomón Rios, Inocencio Ramírez y Nital Díaz. Estuvieron encarcelados y mantenidos vendados durante 23 días, donde fue brutalmente golpeados y Rios torturado.

Recién en 2012, 38 años después, fueron detenidos los responsables de estos actos, los ex policías Felipe Cuacota y Jacinto Ramón Vivas, que en 2013 fueron condenados a 7 y 5 años de prisión respectivamente.

Estos testimonios pueden verse en el documental homenaje Donde hubo fuego  que realizaron en 2016 Santiago Álvarez, Carlos Muller y Ricardo Bima, https://vimeo.com/453353318

Pasadas dos décadas y media del Animanazo, en 1997, también en Salta, pero en el norte de la provincia y retomando esta experiencia, los pueblos de Gral Mosconi y Tartagal, vuelven a cortar las rutas, convirtiéndose junto a las movilizaciones en las localidades neuquinas de Cutral Co y Plaza Huincul en las  referencias iniciales de la constitución del movimiento piquetero, constituyendo un acto fundacional de un nuevo  sujeto social y político  

Pero hoy en un contexto diferente, hegemonizado por la cultura y la ideas de la derecha, ese sujeto expulsado del sistema productivo por el avance  de la robotización, la tercerización, la deslocalización fabril y las practicas expulsivas del agronegocio y el extractivismo,  el trabajador desocupado es empujado a  la economía informal, desprovisto de todos sus derechos sociales y a diferencia de las puebladas como las  Animana o Gral Mosconi, es víctima de la insolidaridad de una sociedad atravesada por el individualismo,  es estigmatizado y peor aún, criminalizado por rebelarse ante la injusticia.

Pero el  fuego se reavivara: como finaliza el   poema-canción de Tejada Gomez  “Dejenme estar, de solo estar viendo el sol volver, yo quiero ver en mi pais el amanecer”

Silvio Schachter