China vs. Estados Unidos: ¿Una nueva guerra?

China vs. Estados Unidos: ¿Una nueva guerra?

3Ago22 0 Por Guillermo Cieza

La visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana, a Taiwan plantea una nueva provocación de Estados Unidos a China. Las autoridades de ese país mantienen un conflicto de larga data con este territorio al que consideran una provincia separatista. El gobierno chino de ha anunciado que realizará “acciones militares selectivas” como respuesta a esta intromisión.


Este nuevo incidente diplomático que puede derivar en otro foco de conflicto militar, no puede entenderse si no se repasa brevemente la historia de los dos países enfrentados. Cuando el mundo celebraba la derrota de Donald Trump, no faltaron los memoriosos que recordaron que el Partido Demócrata, triunfador de la contienda electoral, tenía antecedentes de involucrarse en conflictos bélicos mucho más nutridos que las administraciones republicanas. El pronóstico de que con Joe Biden vendría la guerra se cumplió, y es evidente que el gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible para que estallara el conflicto armado en Ucrania, y hoy sigue haciéndolo para que la guerra se prolongue.
Sin embargo, esta promoción de los conflictos bélicos excede los antecedentes guerreristas de los demócratas y su fluida relación con el complejo militar-industrial. Los estrategas estadounidenses advierten que están perdiendo con China la batalla por la hegemonía en el mundo y que el tiempo les juega en contra, al punto que esa derrota puede ser irreversible. Considerando que aún tienen supremacía militar, plantean acelerar los enfrentamiento en escenarios bélicos. La provocación a Rusia, que es una potencia económica de segundo orden, tenía como objetivo subordinar a Europa y debilitar a un aliado de China con el que comparte miles de kilómetros de frontera. Si el primer objetivo se cumplió, el segundo por ahora es un fracaso. La economía rusa no parece haberse debilitado y en el plano militar el gobierno de Putin ha controlado la región del Donbass y el estratégico Mar de Azov.
La provocación norteamericana del apoyo al régimen de Taiwan estaría abriendo un segundo foco de conflicto, donde se pretende que se involucren directamente las autoridades chinas. La isla de Taiwan ha pertenecido históricamente a China, no tiene representación como país en las Naciones Unidas, y mantiene con las autoridades continentales un prolongado conflicto. El líder chino había pedido al gobierno de Estados Unidos que no intervenga en la disputa con Taiwan, pero no fue escuchado por la gestión de Joe Biden. El gobierno de Xi Jinping, ha venido haciendo desde hace años la lectura de que los tiempos de paz son los más favorables para concretar su liderazgo mundial. Desde esa lectura, China ha evitado involucrarse en conflictos bélicos y durante décadas dedicó una parte muy pequeña de su presupuesto a reforzar su poderío militar. En los últimos años y concientes de que la paz mundial no dependía exclusivamente de sus intenciones ha empezado a modernizar su ejército. Los movimientos de Estados Unidos en la cercanía de sus fronteras son preocupantes. Ha trabajado para involucrar a Japón, Corea del Sur, Australia y otros países vecinos en un eventual conflicto bélico, pretendiendo repetir la alianza europea.
El tercer foco de conflicto puede estallar en la frontera entre Serbia y Kosovo. Las dos partes en pugna provienen de la vieja Yugoeslavia, un país que hicieron estallar en pedazos las políticas de Estados Unidos y la OTAN, agitando diferencias religiosas y regionales. Hoy está fragmentado en distintas naciones independientes: Bosnia, Croacia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Eslovenia. La provincia de Kosovo pertenecía a Serbia, y también intentó independizarse unilateralmente, lo que ha conseguido a medias. Estuvo bajo tutela internacional desde 1999, tras el bombardeo a Serbia. En ese territorio está presente la Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (KFOR) de la OTAN. Convertido en un territorio bajo la tutela de la OTAN, no resulta extraño que sea utilizado para generar conflictos a un país vecino como Serbia, que se ha resistido a aplicar sanciones contra Rusia. La provocación en este caso es la prohibición del uso de documentación y matrículas serbias en territorio kosovar. Esta prohibición afecta al tránsito fronterizo, pero sobre todo a los serbios que siguen viviendo en ese territorio.
La promoción de conflictos que pueden derivar en enfrentamientos bélicos, ha sido alentada por la gestión presidencial de Joe Biden, que transita una situación particular. Tiene muy bajos niveles de aprobación, alrededor del 35%, y deberá enfrentar, en menos cuatro meses, una elección de medio término que le puede hacer perder el control del Congreso. Para agravar sus males es Presidente de un país muy polarizado internamente, con grandes tensiones raciales y sociales. Una encuesta de Zogby Analytics de 2021, encontró que alrededor de 46% de los votantes pensaba que Estados Unidos tendría otra guerra civil.