Colombia: Petro, Presidente

Colombia: Petro, Presidente

6Ago22 0 Por Carlos Munevar

En febrero de 2019, Iván Duque que apenas comenzaba su mandato presidencial aseguraba que a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela “le quedaban pocas horas”. Hoy, sí podemos decir con precisión que al nefasto gobierno de Duque le quedan un poco más de 48 horas, pero peor aún con sus actuaciones de los últimos meses su salida de la Casa de Nariño se hace cada vez más vergonzosa y grotesca.

Pretende el apocado mandatario, apoyado en el manejo que tiene de la institucionalidad, manipular cifras, datos y logros para querer tapar el Sol con un dedo, incluso se da el lujo de hacer el lanzamiento de su libro titulado “Es con hechos”, donde pretende demostrar el éxito de su gobierno, ese en el que su economía naranja se convirtió en el carruaje fantástico en donde los siete enanitos se lanzaron a un precipicio llevándose al país con ellos.

Esto, en referencia a uno de los episodios mas vergonzosos, entre otros, que tuvo como escenario la sede de la UNESCO en Paris en 2018, en una parte de su intervención ante el auditorio, el presidente hizo referencia a las políticas correctas que son importantes en el proyecto de ley sobre economía naranja que presentará al Congreso y empieza por ‘i’: “Y nos remontamos a lo que llamamos las siete íes. ¿Y por qué siete? Porque siete es un número importante para la cultura. Tenemos las siete notas musicales, las siete artes, los siete enanitos. Mejor dicho, hay muchas cosas que empiezan por siete”. Esa fue su marca personal, el meme, las salidas en falso, el desastre.

Y es que fue un desastre en todos los sentidos, iniciando por su mismo perfil de mandatario que nunca logro conectar con el país, con su gente y sus problemáticas, por el contrario, cada vez quedó más en evidencia que su llegada a la presidencia fue una apuesta fallida del uribismo en prolongarse en el poder. Duque nunca logró salirse de debajo de las faldas de Uribe Vélez, en parte a eso se debe su garrafal fracaso, su figura siempre fue difusa, anodina, un caricato que terminó siendo protagonista de infinidad de memes por su falta de carácter y criterio propio, desde sus inicios tuvo salidas en falso que lo encasillaron como un personaje pueril casi infantilizado y sin la estatura política para darle continuidad al proyecto uribista y menos para darle solución a los problemas que el país tuvo que enfrentar en estos cuatro años.

El gobierno entrante de Gustavo Petro recibe un país devastado por la violencia, las cifras del Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades de INDEPAZ son horrorosas, el gobierno de Duque fue una orgía de muerte y barbarie. 957 líderes, lideresas y defensores de derechos humanos asesinados, 261 firmantes del acuerdo de paz asesinados, 313 masacres con un total de 1192 víctimas, entre otros datos del informe, en el que también se detallan los hechos de violencia en el marco del paro nacional,  hablan de un proceso de exterminio a gran escala de sectores sociales que se volvieron una piedra en el zapato para los negocios de narcotraficantes, bandas delincuenciales y sectores de la fuerza pública que trabajan en llave con poderosos clanes políticos y empresariales muy afines al partido de gobierno y a Iván Duque.

La respuesta del Estado siempre fue mínima, siendo la impunidad el común denominador y lo más vergonzoso, la participación directa o indirecta de la fuerza pública. El gobierno saliente tuvo la desfachatez de apostarle al desmonte de los acuerdos de La Habana, mientras en el exterior, el mitómano mandatario, presumía sobre los asombrosos avances en materia de paz en su gobierno, la realidad interna era otra, incluso hallazgos de la Contraloría General de la Nación hablan de la pérdida de 250 mil millones de pesos destinados a proyectos ubicados en municipios priorizados para el posconflicto.

En materia económica, Duque le entrega a Petro un país con una profunda crisis en todos los aspectos. Según cifras del DANE, cerca de 20 millones de colombianos subsisten con US$ 89 al mes, en pesos colombianos $390.000, que no alcanza a ser la tercera parte del salario mínimo, además aquellos que no pueden cubrir sus necesidades básicas y se encuentran en pobreza extrema son alrededor de 6.1 millones y los que ganan mas de 10 millones de pesos, es decir unos 2300 USD, no alcanzan a ser el 1% de la población total del país.

Las cifras de pobreza, inflación, desempleo, aumentaron entre 3 y 6 puntos porcentuales, la pobreza extrema se duplicó, pasó del 7.4% al 14.9%; la deuda externa se elevó en 10 puntos porcentuales, pasó del 39.6% al 49.4%; el valor del dólar alcanzó topes históricos y para redondear la catástrofe el déficit fiscal de los cuatro años del gobierno Duque alcanzó los 65 billones de pesos superando con creces la sumatoria de los 20 años de los gobiernos de Santos, Uribe y Pastrana que corresponde a 42.3 billones de pesos.

De lo que se podría concluir que es el período en donde peor se han manejado las finanzas del Estado, ha sido un gobierno de derroche, corrupción, y acumulación mezquina de riqueza, Duque y sus amigos “saquearon” al Estado colombiano mientras el pueblo muere de hambre y desnutrición. 

Para colmo de males, el ejército y la policía, instituciones que históricamente fueron instauradas por el establecimiento en la psique de muchos colombianos como símbolos de heroísmo, servicio y honor, – aunque las cifras y datos de la comisión de la verdad diga otra cosa – vienen sufriendo un desprestigio sin paralelo, bombardeos a niños, violaciones, homicidios de manifestantes, desapariciones, falsos positivos, lesiones oculares, interceptaciones ilegales, montajes judiciales, uso excesivo de la fuerza, nexos con grupos al margen de la ley y otra serie de situaciones y hechos gravísimos tienen en el ojo del huracán a sus miembros, las  doctrinas del enemigo interno y la revolución molecular disipada adelantadas por el uribismo hicieron carrera en la fuerza pública que ha actuado en contra de la población civil con sevicia y ferocidad, violando la constitución nacional, los derechos humanos y convirtiendo en carne de cañón al ciudadano de a pie.

Tendrá Gustavo Petro la difícil tarea de superar el bacanal del gobierno de Duque, un periodo que quedará en la historia como el escenario en donde el periodismo independiente y alternativo fue perseguido, los opinadores e influenciadores de las redes sociales fueron perfilados, el presidente tuvo la máxima exposición mediática frente a los medios con su programa de televisión “Prevención y acción” y además se gastaron mas de 46 mil millones en pautas oficiales, condecoraciones a granel y en sus últimos días repartija de notarias entre sus amigos.

Pero este país es de extremos y de irracionalidades, para un sector de colombianos estas cifras son parte de una conspiración adelantada por el Pacto histórico para desacreditar a Duque e incluso le endilgan a Petro parte de la culpa del desastre, es lo lógico tras décadas de adoctrinamiento fascistoide.

Lo cierto es que este 7 de agosto Gustavo Petro se posesionará como nuevo presidente de Colombia, con un reto inmenso en sus manos, junto con el Pacto Histórico deberá realizar los acuerdos pertinentes para tener gobernabilidad sin traicionar a su electorado y de esa manera adelantar las reformas y acciones necesarias para iniciar una transición hacia una Colombia diferente.

Ya adelanta una agenda interesante en donde en los ministerios y algunos pronunciamientos realizados marca una profunda diferencia con los gobernantes del período uribista, a pesar de la mala energía y el deseo manifiesto de parte del periodismo de ver fracasar a Petro, gran parte de la sociedad colombiana tiene la esperanza de un cambio.  

Por lo menos el próximo domingo, como anécdota, Petro no usará sombrilla en caso de lluvia, si el pueblo se moja el presidente también lo hará, fue la frase del mandatario que podría convertirse en un hecho premonitorio, si a Petro le va bien en su mandato al pueblo le irá bien; si fracasa, las fuerzas retardatarias estarán prestas a cobrar muy caro el precio.

Carlos Munevar

Imagen destacada: El País