La seca

La seca

20Nov22 0 Por Guillermo Cieza

Para un gobierno urgido de dólares, la sequía que afecta a la producción de los principales granos de exportación es una pésima noticia.



El cambio climático se ha expresado con el fenómeno inusual de tres episodios Niña consecutivas. Esta alteración climática que se genera en el Pacífico ecuatorial genera lluvias torrenciales en el extremo norte de Sudamérica, que hoy están padeciendo Colombia y Venezuela. En países situados al sur del continente promueve la falta de precipitaciones.
La sequía en la Argentina ya se llevó un 40% de la producción estimada de trigo. La pérdida está estimada en 8 millones de toneladas y la producción total sólo alcanzaría a 15 millones de toneladas. Esto significaría una pérdida por exportaciones de 1.525 millones de dólares.
Las escasas precipitaciones y las heladas tardías también han afectando a las siembras de maíz y soja. Todavía queda la esperanza de las siembras tardías de granos gruesos, conocidas como “de segunda”, que habitualmente son menos productivas.. Pero el pronóstico metereológico que anuncia que la Niña se mantendrá hasta fines de enero, siguen siendo pesimistas. Un cultivo como la soja necesita para todo su ciclo productivo un mínimo de 300 mm para producir y alrededor de 500 mm para expresar todo su potencial. Sembradas con escasas reservas de humedad y con lluvias que no alcanzan los 100 mm mensuales, las expectativas de rendimiento son muy reducidas. El desastre climático generará menos ingresos de divisas al país, pero además provocará quebrantos en miles de productores agrícolas que integrados al modelo de agricultura industrial tienen gastos muy importantes en insumos (herbicidas, fertilizantes y semillas) que deberán afrontar aunque su cosecha no sea satisfactoria. Desde el punto de vista impositivo a productores a quienes no le cobraron hace un año por las “ganancias inesperadas”, producidas por el incremento de precios provocado por la guerra de Ucrania, no habrá posibilidad alguna de cobrarles en años de quebranto. Por el contrario, presionarán para que se les bajen las retenciones.
Con respecto a la producción ganadera el gobierno está disfrutando ahora que, por cuestiones climáticas, el precio de la carne se está estabilizando. La sequía provocó que muchos campos redujeran sus planteles, y la hacienda se acumuló en los corrales de engorde o fue mandada a faena antes de tiempo. La sobreabundancia de la oferta ha permitido estabilizar el precio de la carne que no ha tenido aumentos importantes en últimos seis meses. Sin embargo, estas ventas anticipadas y la disminución de preñeces por falta de pasto en esta primavera, generarán un faltante a mediano plazo que puede elevar explosivamente los precios el año próximo, en tiempos electorales.
La prolongada sequía no es una maldición de la naturaleza, sino una manifestación del cambio climático caracterizado por la repetición y agudización de fenómenos extremos. Quienes siguen adhiriendo al modelo agropecuario industrial, la están pasando mucho peor que quienes han adoptado una perspectiva agroecológica. Basta comparar campos vecinos enrolados en distintos modelos productivos.
Esta vez la resticción de divisas afectará al actual gobierno, pero en este punto no hay grietas con la oposición de derecha. Siguen insistiendo con un modelo productivo que cada vez se muestra mas obsoleto, dañino y carente de futuro. Y siempre el pueblo paga los platos rotos.