Agentina goléo y está en la final

Agentina goléo y está en la final

13Dic22 0 Por Matías Gianfelice

Le ganó la semifinal 3 a 0 con mucha autoridad. Messi la rompió e hizo un gol. Julián Álvarez metió lso otros dos y fue la figura de la cancha.

Una semifinal durísima como era de esperarse. Croacia salió con el mismo esquema y nombres que los trajo hasta acá y que lo transformó en la subcampeona del mundo. Scaloni volvió a mover el equipo, repuso la línea de 4 y puso a Paredes entre los 11 titulares, para formar una línea de 4 en el medio. Ahí se anunciaba en la previa que estaba la clave: ganar la batalla de la mitad de la cancha, sacarle a esa sinfonía dirigida por Modric el dominio de la pelota y del juego. Así se presentaba este duelo.

Los primeros 20 minutos dieron cuenta que la preocupación previa por el medio de Croacia era justificado, ya que Modric y compañía hacían circular la pelota, y la Argentina, por primera vez en esta copa, corría detrás del balón, cediendo campo y protagonismo. Sin embargo la selección se empezó a acomodar a partir de Enzo Fernández, por la buena presión de Molina, De Paul y Tagliafico en el medio y por un 9 que corre a niveles maratonistas: Julián Álvarez. Croacia tuvo su buen comienzo, pero no pudo o no supo generar ni una sola jugada de gol. Desde que la Argentina empezó a disputarle el juego en la mitad, Enzo empezó a leer que la clave pasaba por sus pies y por jugar 10 metros más adelante. Así Argentina tuvo en su primer tiro desde afuera con el propio Enzo y empezó a dar señales de poder lastimar; ya que Croacia mostró huecos en el fondo que no siempre suele tener.

Más allá de esto Croacia aprovechó que Argentina cedía un poco de terreno y se adelantó, movimiento clave para que a los 34 minutos, después de una buena recuperación en el medio, Enzo metiera un gran pelotazo para que Julián quede mano a mano con el arquero croata y este le cometiera penal (para este cronista el penal es discutible). El capitán argentino (que se venía tocando el posterior de su pierna derecha desde hacía 10 minutos) se hizo cargo de la pelota y metió el penal con un fuerte disparo a la izquierda del arquero. Posterior a ese minuto todo el equipo levantó su nivel y durante toda esa parte final del primer tiempo borró a Croacia de la cancha. Tan así que a los 39 y de una contra, Julián corrió media cancha con la pelota dominada y cuando todxs le pedíamos que metiera el paso para Molina, se la llevó a lo Matador Kempes y de prepo metió el 2 a 0. La selección siguió y en la cabeza de Mac Allister casi tuvo el 3 a 0. Sonaba a que la selección perdió la chance de liquidar a su rival.

El segundo tiempo empezó con Croacia modificando su esquema y con la selección igual. Los minutos fueron pasando y se vieron señales de un equipo cada vez más sólido y fuerte de la cabeza: De Paul, Messi, el enorme Julián, un buen Paredes y hasta Mac Allister (de flojo primer tiempo) presionaban, corrían, recuperaban y se mostraban al acecho de un tercer gol que clamaba la paz perdida en el final de los cuartos contra Holanda. Y más allá de algunas modificaciones (a los 61 minutos Scaloni volvió a la línea de 5, sacando a Paredes y metiendo a Lisandro Martinez), el partido siguió igual. Julián se recibió de león más que de araña, con Tagliafico pasando una y otra vez y jugando su mejor partido en el mundial, con Otamendi firme atrás. Pero faltaba lo mejor. Y lo mejor en el fútbol mundial desde hace 17 años tiene una sola forma de decirse: Leo Messi. A los 69 minutos el capitán, en su versión más madura y cerebral de todas, tomó la pelota en la mitad de la cancha, tirado contra la raya derecha y encaró, como encaraba a los 19 años y se llevó a su marcador contra el área, frenó, amagó, giró genialmente con su cuerpo y volvió a encarar para meterse con pelota dominada, y casi en el epílogo de la cancha, metió un pase gol hermoso (eso no fue un centro ni un “la meto sin mirar y que pase cualquier cosa”) y el enorme Julián solo tuvo que poner firme su pie derecho para meter el 3 a 0 y cerrar la semifinal.

Lo que vino después fue fin de fiesta antes de la batalla final. Antes de jugarse la vida en el partido más importante de todos. Entró Dybala, Palacios, salieron De Paul y Julián, descanso para dos guerreros incansables. Pudo haber un cuarto gol, las tribunas llenas de argentinxs se volvieron fiesta y hasta el genio de Modric salió en Croacia y casi todo el estadio aplaudió al maestro croata a modo de homenaje.

El domingo se viene una final del mundo, otra vez con Argentina presente. Quedo una batalla más, la más difícil de todas. Incluso puede llegar a ser contra el vigente campeón. A pelear por la corona. Se nos vienen 5 días de puro emoción y alegría, vayamos a disfrutarlos. Este pueblo se lo merece. El fútbol sigue siendo algo pasionalmente inigualable.