¿Quién ganó y quien perdió en Paraguay?

¿Quién ganó y quien perdió en Paraguay?

2May23 0 Por Tramas

El nuevo presidente del Paraguay tiene escasos antecedentes políticos. La oposición lo descalificó como “el secretario de Cartez”, un ex –presidente, hoy procesado por corrupción, por Estados Unidos. Detrás de Peña, se mueven no solamente los intereses de los terratenientes sino también los de capitales de la economía informal.

Santiago Peña, el nuevo presidente del Paraguay, es un tecnócrata, que estudió en la Universidad de Columbia de Nueva York en Estados Unidos, y fue Ministro de Economía de Horacio Cartez. Tiene 44 años y pertenece a la nueva generación de dirigentes del Partido Colorado, con más lustre académico que sus predecesores. Sin embargo expresa la misma matriz de intereses económicos.

En la novela El Padrino, el hijo del mafioso Vito Corleone, va a estudiar a la Universidad y se convierte en un hombre mucho más culto y refinado  que sus progenitores, pero su destino, no el de ser un profesional independiente, sino el de ocuparse de los negocios de la familia.

La referencia viene a cuenta porque desde hace décadas la producción agropecuaria ha dejado de ser la única actividad rentable de los dueños del Paraguay. Se sumó el contrabando y después la producción y tráfico de drogas ilícitas. Paraguay es el primer productor de marihuana de la región, pero además un paso obligado para la cocaína que proviene de zonas andinas de Bolivia y Perú con destino a la Unión Europea.

Estos negocios tienen la particularidad que generan acumulación de capital en los territorios donde actúan, fortaleciendo grupos económicos que tienen una relativa autonomía de los Estados Unidos, y que pueden generarle dolores de cabeza. El gobierno yanqui ha tenido una mala experiencia con quienes controlan el comercio y la producción y comercio del opio y la heroína en Afganistán, y con quienes trafican otras drogas en países de Medio Oriente. Su preocupación con los narcos colombianos nunca fue el hecho que el consumo de drogas se extendiera en todos los estamentos generacionales y sociales de la población estadounidense, sino que la parte del león del negocio se acumulara en Colombia.

La intervención de Estados Unidos en la política del Paraguay con el procesamiento y detención del ex presidente Horacio Cartez, y la acusación contra el actual vicepresidente por corrupción, no responde  a cuestiones éticas, sino a tratar de recortar la autonomía de estos grupos mafiosos.

El triunfo de Sebastián Peña, ha sido una revancha de los grupos económicos vinculados al Partido Colorado y una derrota de cualquier opción de cambio popular. Pero también una derrota de la embajada de Estados Unidos que apostó al triunfo de la Concertación.

Por el momento las decisiones de política exterior del Partido Colorado, tranquilizan a Estados Unidos. Paraguay es un país productor de soja y carnes, que ha elegido negociar con Taiwán y no con China continental.  En América Latina ha estado al margen de toda iniciativa progresista y fue el congreso paraguayo el que vetó el ingreso de Venezuela al Mercosur. Pero méritos parecidos tenían países dictatoriales como Turquía y Arabia Saudita, y hoy han concertado  alianzas con Rusia y China.

En su campaña presidencial, Santiago Peña prometió crear más trabajo y “poner más dinero en los bolsillos de la gente”. Era impensable que prometiera más derechos, más justicia, más respeto a las  comunidades campesinas y originarias, y menos extractivismo. Lo del dinero, está por verse.