Argentina 2023: Cada vez mas lejos del empleo
6May23“a la intemperie de tales escarceos, lxs condenadxs de la tierra cruzan los puentes portando antorchas. Por ahora para iluminarse“.
“América Latina necesita resistir la dominación que ejerce el imperialismo estadounidense y la dependencia económica que se ha generado con China. Esa acción combinada es indispensable para apuntalar el desarrollo, mejorar los ingresos populares y reducir la desigualdad de la región. Son dos batallas de distinto tipo, pero que transitan por la misma construcción de un entramado regional autónomo”.
Claudio Katz
“Integración, soberanía y socialismo en América Latina”,
Mientras la guerra se cronifica en Eurasia sin que el Sur Global dimensione aún sus graves consecuencias, y se multiplican los negocios entre China y Brasil, el desfile de funcionarixs estadounidenses por nuestro país intentando consolidar el control de su “patio trasero” deja algunos mensajes intranquilizadores, como el de la Subsecretaria de Estado Wendy Sherman, cuando declaró que “la Argentina puede salir adelante si los ciudadanos soportan el dolor a corto plazo”. En ese contexto, el año en curso enfrenta a nuestra sociedad con una escuálida oferta electoral y un vacío total de propuestas que permitan imaginar un futuro más venturoso. En un escenario post “grieta”, en el que lxs dos rivales de mayor peso político renuncian a competir en las urnas, circunstancia a la que se acaba de sumar la renuncia del presidente a proponerse para un segundo mandato, hacen su juego ante la mirada tutelar de la vicepresidenta Sergio Massa, recostándose en la emergencia sobre los gordos de la CGT y los movimientos sociales oficialistas con la promesa de establecer un acuerdo de precios y salarios por 90 días para estabilizar la economía, y “Wado” de Pedro, privilegiando un diálogo con los gobernadores del norte, mientras que en el cuartel opositor el Ingeniero Macri aún no se juega abiertamente ni por Bullrich ni por Larreta, que parece correr con ventaja. Paralelamente, y como lobos esteparios, hacen la propia Scioli y Milei; el primero buscando la revancha del 2015, y el segundo creciendo incluso en el conurbano sin equipos ni programa, a base de encarnar mejor que nadie el hartazgo de muchxs compatriotas que aprovechan las corridas cambiarias para exigir la renuncia del plantel gubernamental. En las antípodas de su ideario, Grabois intenta emular la belicosa estética del economista anarco libertario. Y a la intemperie de tales escarceos, lxs condenadxs de la tierra cruzan los puentes portando antorchas. Por ahora para iluminarse.
Hacia una nueva crisis global
La crisis de 2008, recordada por el colapso de la compañía de servicios financieros globales Lehman Brothers, pegó muy fuerte en el mundo entero, particularmente en EEUU y Europa. En dicho escenario, los bancos se vieron obligados a bajar significativamente sus intereses a los efectos de reactivar la economía mediante el incremento del consumo. Dicho y hecho, imprimieron mucho dinero, y empresas y particulares comenzaron a gastarlo. Las primeras procurando expandirse, contratar más personal o hacer marketing. Así, muchas de ellas crecieron exponencialmente: De repente, todas buscaban invertir en los grandes negocios tecnológicos como Google, Facebook o Apple; otras más audaces se arriesgaron a apostar por experiencias incipientes como Tesla, y algunas hasta se lanzaron a explorar alternativas que no tenían nada detrás, como las criptomonedas.
En consecuencia, los bancos centrales comenzaron a advertir que la situación se les iba de las manos, y los precios comenzaban a subir alarmantemente. El remedio fue subir nuevamente los intereses, para evitar que la economía se recalentara. Esa medida mermó la solicitud de préstamos y, por ende, las inversiones.
La recuperación duró poco. En 2020, su verdugo sería la pandemia global, que paralizó la economía mundial. Casi de la noche a la mañana, solo continuaron produciendo las empresas encargadas de rubros esenciales para la vida de cada país. Millones de negocios sufrirían las consecuencias del confinamiento, con el turismo y la hotelería a la cabeza. Otra vez, los gobiernos apelaron a la maquinita de imprimir billetes para oxigenar nuevamente a la economía, anunciando importantes gastos públicos (la Unión Europea desarrolló un plan por 7.000.000.000 de euros, y EEUU otro por 550.000.000.000 de dólares) De tal forma que la economía se recuperó en tiempo récord. Esa sobreimpresión de divisas tarde o temprano habría de pagarse. Las políticas monetarias expansivas ya mencionadas, sumadas a los cuellos de botella en las cadenas de producción – el receso en minas y puertos, por ejemplo – contribuyeron a la escasez de insumos y al incremento consecuente de su costo, lo cual desencadenó una cadena de alza de precios en rubros interdependientes. Como si todo ello fuera poco, el avance hacia el Este de la OTAN provocó la reacción defensiva de la Federación Rusa, sumando el tercer factor de alarma. Las sanciones impuestas por Occidente a ese país le resultaron contraproducentes, en tanto dependía en gran medida del consumo de sus hidrocarburos. A ello se ha sumado que, en el marco de la guerra en Europa del Este, Ucrania haya debido dejar de exportar al resto del mundo su cuantiosa producción cerealera. De este modo, la inflación llegó a dispararse por encima del 10% en EEUU y por encima del 9% en la Eurozona. Tales índices no eran tan altos desde hacía cuatro décadas (!)
Ese cuadro de situación precipitó la decisión de numerosos países a volcarse hacia las energías renovables.
Recapitulando, a la búsqueda de alternativas al gas y petróleo ruso, y la solución de los cuellos de botella en las cadenas productivas, ahora se suma la subida de intereses bancarios más agresiva de la historia moderna. Por todo lo dicho hasta aquí, no resulta tan sencillo enfriar una economía desbocada, y en el horizonte asoma una nueva crisis. En efecto, las economías del Norte Global prevén implementar un frenazo recesivo, lo cual instala oscuros nubarrones en el horizonte del año en curso.
El panorama descripto encuentra a lxs argentinxs con un ministro de economía que hasta ahora ha evitado que el país explote, pero sin conseguir domar a la inflación, y con un candidato presidencial en alza que promete prenderle fuego al Banco Central.
Como para no decir: _ Houston… tenemos un problema.