Precio de la carne: Sequía, récord de exportaciones y la tormenta perfecta

Precio de la carne: Sequía, récord de exportaciones y la tormenta perfecta

28May23 0 Por Guillermo Cieza

La carne vacuna es uno de los pocos alimentos cuyo precio en el mostrador está, hace más de un año, por debajo de la inflación. Los motivos de los bajos precios tienen que ver con una alta oferta que es absorbida, pero debilmente disputada, por el incremento de las exportaciones y el aumento del consumo interno. Todos los indicadores pronostican que a partir de setiembre u octubre habrá una abrupta suba de los precios de la carne que puede prolongarse por lo menos por un año.

El gobierno y la oposición macrista suelen echarse mutuamente las culpas por las subas o bajas de los precios de la carne, cuando en realidad estos saltos son resultados de modelos productivos que ambos comparten y de un cambio climático que no combaten. Así sucede, por ejemplo, que con un gobierno que es denunciado por frenar las exportaciones de carne, se baten récords históricos de exportaciones de ese producto. Y que ese mismo gobierno que se manifiesta preocupado por aumentar el stock vacuno, va a terminar su mandato con una reducción del stocks.

Cuando sacamos de foco las chicanas políticas, podemos advertir que en un país donde el stocks vacuno se ha mantenido estable en los últimos 50 años, pero la población se ha duplicado y las exportaciones están en sus topes históricos, el precio de la carne se ha valorizado, y que cada período de fuerte incremento de las exportaciones está acompañado por una disminución de stocks. Hay que agregar que cada vez más influyen los factores climáticos, porque los fenómenos extremos de lluvias o inundaciones, olas de calor o polares se hacen más frecuentes.

La vaca China

Las exportaciones de carne vacuna refrigerada y congelada durante 2022 fue de 632.000 toneladas, por un valor de 3.454 millones de dólares. En esas ventas al exterior, el papel que jugaba Gran Bretaña en el siglo pasado lo ha ocupado China. Las exportaciones a ese país representan el 76,4 % del total.  

Esa relación comercial fue gestionada e iniciada con la gestión kirchnerista, continuada por el macrismo y después por el albertismo. La demanda de ese país pone un piso de precio a la vaca de conserva y manufactura, y a los cortes baratos; que permite elevar los valores de todas las categorías y cortes.  Pero además ocurre que, con destino a China, no solo se van vacas viejas, que normalmente son expulsadas de los campos antes que empiece el invierno. Para advertir esta situación basta observar los números de los embarques que suben ostensiblemente en primavera y hacia fin de año, una temporada en que se venden muy pocas vacas viejas. También a China van vacas, vaquillonas y novillos de menor calidad, cuya compra es disputada con los matarifes abastecedores del mercado interno. Si algo debemos agradecer a los chinos es que carne de poca calidad, ya no se consigue en las carnicerías.

El crecimiento de las exportaciones solo puede hacerse a expensas de una disminución del volumen que se destina al mercado interno, o en el marco de un proceso de liquidación de vientres y reducción de stocks. Tenemos como antecedente lo ocurrido entre 2006 y 2010 donde un gran incremento de las exportaciones, se pagó con una sustancial reducción de los stocks bovinos. Quien propone aumentar en el mismo momento el número de vacas y de exportaciones de carne, está macaneando, salvo que decida decretar que las y los argentinos no coman carne.

Consumo interno

La Argentina ha venido reduciendo el consumo de carne vacuna por persona desde hace años. Esta reducción se hace en todas las familias, pero también según sus ingresos. En aquellos hogares donde los sueldos o las jubilaciones no alcanzan, la carne vacuna ha sido reemplazada cada vez con más frecuencia por el pollo o el cerdo que son más baratos. En un país donde se consumían 60 kg y hasta 80 kgs anuales por persona de carne vacuna, las cifras se redujeron a 40 kgs entre 2016 y 2018. Sin embargo, en este último año y con motivo precisamente de que el valor de la carne está por debajo de la inflación, ha aumentado el consumo hasta 50 kgs.

Sequía y aumento de la oferta

El efecto de tres sequías consecutivas está provocando un aumento de la oferta con el costo de una nueva reducción  del stocks ganaderos. Los productores se desprenden de vacas en condiciones de ser madres y no reponen con vaquillonas. Este panorama tiene este año, dos agravantes.

El primero de ellos es que por la gravedad de la última sequía se interrumpieron procesos de invernada a pasto y los terneros fueron a parar a los corrales de engorde. Esta decisión le pone un plazo para que ingresen al mercado, porque es poco frecuente que esta categoría de animales sean confinados más de 100 días. En consecuencia, los terneros que ingresaron al corral entre marzo y mayo estarán para ser faenados en junio, julio y agosto. El problema es qué sucederá en los meses de setiembre y octubre cuando se empiecen a vaciar los corrales de engorde y en el mercado empiecen a faltar animales jóvenes de consumo. El segundo agravante es que los terneros nacidos este año, serán muchos menos que en los años anteriores, porque hay menos vientres y por efectos de la sequía y las grandes olas de calor, que afectaron las preñeces de las vacas.

Estas circunstancias provocarán una tormenta perfecta de aumentos de precio de la carne, que se iniciará en setiembre o octubre de este año y se prolongará por lo menos durante un año. Esto ocurrirá salvo que, por algún motivo, se produzca una interrupción de los envíos a China.

En conclusión:  Quien quiera comerse un asado con la familia o amigxs que aproveche ahora, porque para fin de año, gane quien gane las elecciones,  se va a poner muy difícil.