Rebeldías del Norte profundo: la docencia misionera lucha contra el ajuste y la represión

Rebeldías del Norte profundo: la docencia misionera lucha contra el ajuste y la represión

14Jun23 1 Por Jorge Romero

La Provincia de las Cataratas, que se vende al país y al mundo como Provincia Start Up y se jacta de tener a la educación al tope de la agenda, asiste a una enorme protesta de los trabajadores de la educación, que desnudan con su lucha la situación calamitosa y doliente de la educación misionera.

Gobernada por Oscar Herrera Ahuad del Frente Renovador de la Concordia, espacio que maneja los destinos de la provincia hace más de 20 años y conducido por el presidente de la Legislatura Carlos Rovira, hunde con su política salarial al conjunto de las y los trabajadores misioneros, en particular a los de la educación. “Gobernabilidad con gobernabilidad se paga” es el eslogan del espacio, para hacer referencia a su paladar no demasiado exigente con los vientos nacionales, cuando de hacer buenos negocios se trata.

Cuatro años más gobernará la provincia, tras la flamante reelección del espacio con la fórmula encabezada por el ex gobernador Hugo Passalacqua que volverá a conducir los destinos de la tierra colorada por las sendas del ajuste.

El último 7 de mayo, día de los comicios, fue una muestra cabal de la situación educativa: bajo un copioso temporal, llovía más adentro de las escuelas que fuera, al punto tal que debieron suspenderse y trasladarse algunas urnas a otros sectores para garantizar el acto eleccionario.

Así como la mayoría de las provincias del país, el conflicto recrudece por una pauta salarial que ha quedado muy por debajo de la inflación, con un salario inicial (Maestra/o de grado de Jornada Simple sin antigüedad/sin zona) de apenas $130 mil (que se elevará a $145 mil este mes), bajo el esquema de garantía nacional. Por estos momentos, más del 80% de la docencia está por debajo de la línea de pobreza, percibiendo un salario inferior a $203 mil, con un achatamiento de la antigüedad de 0 a 15 años.

A todo ello se suman reclamos como ser, mejoras en infraestructura (escuelas que se caen a pedazos, letrinas en vez de baños, etc.), aumento de las partidas para comedor (hoy de $60 per cápita), movilidad jubilatoria simultánea, mejoras en la obra social, porteros y cocineras para todas las escuelas, el fin de la corrupción y la lógica prebendista que anida en la educación provincial; el rechazo a la Reforma Educativa vía modificación del Régimen Académico Marco que flexibiliza las condiciones de aprendizaje y abre la puerta a formas laborales de precarización, entre otros.

La expresión que condensa los reclamos de la docencia misionera es el FTEL (Frente de Trabajadores de la Educación en Lucha), nacido al calor del conflicto en el 2020 cuando fueron al encuentro sindicatos de larga trayectoria de lucha, como UDNAM, UTEM-CTA, ATE, agrupaciones como la Corriente Nacional Conti Santoro y Tribuna Docente, junto a los Autoconvocados que desbordaron a la UDPM (la entidad de base de CTERA). Este espacio de lucha viene construyendo una fuerza cada vez más importante, con dos avances significativos: haberse convertido en un polo de referencia que es capaz de romper los acuerdos a la baja de la Mesa Intersindical de los sindicatos traidores que funcionan como escribanía del poder (UDPM-CTERA, UDA, SADOP, AMET, SEMAB-CEA, SIDEPP), sino también ha allanado el camino a la construcción de una lógica que prioriza fomentar el activismo, a través de la democracia directa y asamblearia, con formas más horizontales y abiertas de participación y lucha.

En este marco de lucha que ya lleva más de dos meses se han realizado un sinfín de acciones: paros con asambleas, marchas, acampes, interpelación a organismos públicos (como la Cámara de Representantes, el Consejo General de Educación y el Ministerio de Educación), cortes de ruta, entre otras. El gobierno ha cerrado a capa y espada su espurio acuerdo con los sindicatos entregadores, y redoblado la apuesta en materia represiva: cada acción de protesta cuenta con un despliegue inusitado de tropas que ejecutan con saña la represión (como las sufridas en el Consejo o sobre la Ruta Nacional 105 en Fachinal), sumado al accionar de patotas paraestatales (como sucedió en el corte en Puerto Iguazú donde una patota de la UTA más los taxistas y las cámaras empresariales de la ciudad de las Cataratas, con la anuencia del intendente local Claudio Filippa y el Ministro de Gobierno Marcelo Pérez amedrentaron a los trabajadores en lucha).

El asedio y acoso policial es constante. Asimismo, la judicialización es una espada que blanden con un tenor cada vez mayor, apelando a figuras de identificación, allanamiento, incautación y procesamiento. Por estas horas se produjo el desalojo por parte de la Policía contra los trabajadores del FTEL en el Ministerio de Educación, junto a una denuncia penal que habría Miguel Sedoff, ministro a cargo de la cartera educativa a los trabajadores que aguardábamos la respuesta a los pedidos de mesa de diálogo en la planta baja del edificio. Patearon, empujaron, con saña, con impunidad. Quieren imponer el miedo y la desesperación, y con ello la pasividad.

Todo esto no es casualidad. Las distintas expresiones políticas buscan preparar las condiciones para ejecutar un ajuste descomunal y castigar duramente a la docencia y los trabajadores en general como medidas ejemplificadoras para disciplinar la lucha social de cara a un proceso de avanzada del capital sobre el trabajo.

Nos quieren fuera de las calles, en silencio y soportando con resignación el embate de esta terrible ofensiva que se prepara y que apunta a nuestras conquistas salariales y laborales históricas más importantes.

Las luchas que hoy recorren a lo largo y ancho del país son la muestra cabal de que la clase trabajadora, y en particular la docencia no va a ser variable de ajuste. Las estructuras sindicales carcomidas funcionales al poder se van desgajando, y un inmenso mar de rebeldía desborda esos cauces estrechos para comenzar a discutir nuevas formas de organización y con ello el camino hacia una educación más justa, hacia  una sociedad más justa.

Jorge Romero

FTEL (Frente de Trabajadores de la Educación en Lucha)