Athena, cuando el cine anticipa la realidad

Athena, cuando el cine anticipa la realidad

11Jul23 2 Por Silvio Schachter

El 27 de junio, en el suburbio parisino de Nanterre, fue asesinado por la policía Nahel Merzouk,  un adolescente de 17 años. El crimen ha incendiado Francia, provocó protestas y disturbios generalizados que duraron varios días. La Haine(1995), Los Miserables (2019) y Athena (2022), anticiparon con realizaciones tan contundentes como premonitorias, esta explosión de rebeldía

La Haine (El Odio), dirigida por Mathieu Kassovitz y estrenada en 1995,  narra la vida de tres jóvenes desheredados de la sociedad en un suburbio de París a mediados de la década de los 90. La paliza que recibe el joven Abdel en una comisaría, que lo deja en estado de coma provoca la ira de la población más joven que se rebela y establece una guerra urbana contra las fuerzas de seguridad del Estado.

 Les Miserables,  premiada en Cannes,  fue dirigida por Ladj Ly, descendiente de malineses  y coautor del guión de Athena. La película se desarrolla en la  comunidad de Montfermeil en París. El escenario  es el mismo barrio en el que se desarrolla la novela ‘Los Miserables’ de Víctor Hugo y de allí el nombre del film. Las condiciones de vida no han mejorado mucho desde la época de la novela, ambientada en la Revolución Francesa y las semillas de la agitación seguirán echando raíces mientras sea así.

Athena, fue dirigida por  Romain Gavras,  el hijo del gran realizador de origen griego Costa Gavras,  autor de la obra maestra  “Z”, de La confesión, Estado de sitio,  Missing  y las  más recientes,  El Capital y Amen. Un reconocimiento a la influencia de su padre  es tal vez  el  nombre Athena, que el guión le asigna al barrio donde se desarrollan los acontecimientos, pues  invoca la figura de la diosa griega  de la guerra y la justicia.

Cuando la policía mata  a un joven  francés de familia musulmana. Amigos y familiares exigen saber quiénes  son los policías que lo  mataron y se amotinarán hasta que se cumpla su demanda. La película está rodada al estilo de un film de guerra, con escenas claustrofóbicas de una lucha continua e intensa, que se libra  dentro y fuera de edificios de apartamentos de gran altura en cualquiera de las “banlieues” como se llama a estos barrios periféricos de Paris, Lyon o Marsella.

La intensidad del relato es abrumadora. Las actuaciones transmiten una tensión atrapante, con imágenes que se desarrollan a ritmo  enloquecido, los rostros y las miradas  de los personajes principales, los hermanos y amigos de la víctima, transmiten una  combinación de rabia y odio   electrizante ante el abuso y la barbarie policial, que captura al espectador. La sensación de impotencia dentro de un camino sin salida donde la violencia genera más violencia es tan poderosa como frustrante. El relato de una actualidad indiscutible, tiene un final que evoca a una tragedia griega clásica. No explora sobre causas y efectos explota sobre ellos.

La fotografía es  una suma de planos secuencia que le otorgan al film un ritmo de documental, es una oleada de calles estrechas y pasillos, que pasa de las tomas colectivas al seguimiento corto de los protagonistas. Mientras esto ocurre  los fuegos artificiales explotan constantemente a su alrededor.

La  banda de sonido de  Gener8ion, Benoit Heitz, más conocido como Surkin, es una sucesión de partituras brillantes, una combinación de coros y música electrónica  que sostiene cada escena, donde cada pista es una pieza musical completa con su propia historia que contar. Sin duda, es la banda de música  cinematográfica  más impresionante que escuche en mucho tiempo.

La cinematografía  que da cuenta de la situación en estos hábitats  de pobreza y violencia, tiene registros calificados en manos de otros notables directores como el inglés  Ken Loach o los belgas hermanos Dardenne. En América Latina abordaron esta realidad entre otras películas, la multipremiada Ciudad de Dios del realizador  Fernando Meirelles y el film Elefante Blanco de  Pablo Trapero. 

La pregunta que no tiene una respuesta simple es, si estas imágenes y relatos sobre la violencia realmente existente  en estos barrios no contribuyen también a profundizar la visión de condena y estigmatización de sus habitantes.

De Les Grands Ensembles a Fuerte Apache.

Entre los años 50 y 60, después de la destrucción producida por la guerra, la urgencia  por dotar de viviendas a las familias de trabajadores, encontró en el paradigma de la vivienda colectiva pensada por el modernismo  la respuesta urbanística, miles de conjuntos habitacionales de 500 a 1000 unidades se materializaron  en forma de torres y tiras. Les Grandes Ensembles  urbanizaron  la periferia de las principales ciudades de Francia y gran parte de Europa.

Cuando en los 80 Margaret Thatcher declaraba “la sociedad no existe”  se cerraba el ciclo del llamado Estado de Bienestar y el neoliberalismo del capitalismo tardío arrasaba con los empleos dando lugar a la desocupación crónica.  Se inicia entonces  un proceso de degradación social y material en estos conjuntos, que poco a poco fueron transformándose en verdaderos guetos. Allí nació una  generación de jóvenes hijos de inmigrantes  que aunque son franceses,  nunca terminaron de  ser integrados,   jóvenes que son marginados y  victimizados por el doble efecto de la represión  policial y la delincuencia criminal. En el actual mundo excluyente de la globalización capitalista  no hay lugar para ellos. El racismo y la xenofobia  de una  derecha que crece  desde el odio, alimenta el consenso para  que esta política de discriminación y violencia siga su curso ascendente. En 2018 fueron los Chalecos Amarillos, “son actos de los que no son nada” dijo Macron en ese entonces. A principios de este año se produjeron  las movilizaciones de millones de franceses contra  la reforma jubilatoria y  ahora las calles nuevamente fueron ocupadas por la  respuesta  indignada  ante la barbarie represiva del Estado.

Este cuadro, no existe solo en Francia, se reproduce, con sus particularidades, en los complejos de los suburbios  de las grandes ciudades de Inglaterra, Italia, Alemania y otros países europeos.  La   violencia racista y clasista de la policía se multiplica sin límites. Además del  crimen de Nahel Merzouk, dos casos de gran repercusión  grafican este accionar. El año pasado  Chris Kaba, un afrodescendiente  desarmado que murió por disparos de la policía en el sur de Londres, desato una ola de  protestas antirracistas en el  Reino Unido y en  2020 la muerte de George Floyd,  en la ciudad de Minneapolis causó una ola de indignación en Estados Unidos después de que se publicara un video en el que se ve a un policía blanco arrodillado sobre su cuello durante varios minutos produciendo su muerte por asfixia.

El modelo que dio nacimiento a  Les Grandes Ensembles se utilizó  como referencia en varios países de América Latina, como un camino   para paliar  la crisis del creciente déficit habitacional. En Argentina, las motivaciones fueron diferentes y variadas de acuerdo a los destinatarios y el contexto social, económico y político en que se realizaron. Son emblemáticos de ese periodo los complejos habitacionales  Lugano I y II,  realizado a fines de los años 60, un conjunto de bloques y torres de 14 pisos para 40.000 habitantes ubicado en suroeste de la ciudad; el conjunto Soldati  de 1972, con 1.400 viviendas y el barrio  llamado Ejército de los Andes en Ciudadela, de 2.400 viviendas  pensado para 22.000 habitantes  que luego  se triplicaron y al cual  la lectura cargada de prejuicios rebautizó como Fuerte  Apache. El deterioro de estos conjuntos llevó a que fueran declarados en emergencia habitacional con un plan incierto de mejoras. A diferencia de Europa, estos enormes  barrios coexisten desde su origen con el hábitat precarizado de  cientos de villas y asentamientos donde viven millones de personas. Su escala gigantesca que alimenta la anomia y la despersonalización, sus fallidos resultados tanto físicos como sociales han sido sometidos a fuerte crítica, por lo cual no han vuelto a repetirse.