Unas PASO que no definen nada pero dicen demasiado
14Ago23Pasaron las primarias que dejaron internas definidas, candidatos fuera de juego y mucha tela para cortar. Aunque todo sigue en disputa.
Ya está. Pasaron las PASO. Con una campaña electoral poco épica (salvo algunas recorridas callejeras de Milei por algunas provincias) y bastante mediocre en calidad de debates, se cerró la rueda previa para definir ahora sí candidaturas firmes de cara a octubre. Los datos reflejan una realidad, en esta nota trataremos de darle un posible (no el único ni el más correcto necesariamente) análisis:
- 70% del padrón votó: es decir un 30% de las personas habilitada no fue a votar, eso es un montón. ¿Si toda la gente no fue a votar porque adhiere a posturas contrarias a la democracia burguesa representativa? Pareciera que no, sino manifestaciones como las que acabaron en el asesinato de Facundo Molares, deberían tener cientos de miles de personas apoyando. Más bien ese 30% es una muestra más del enojo y desinterés de una parte muy grande del pueblo con la clase política.
- 6% de votos en blanco y anulados: Si sumamos al 30% del punto anterior nos da un 36% de personas que no se sintieron interesadas/representadas por ninguna propuesta. Si bien hacer la sumatoria puede ser un poco arbitrario, ese 36% de rechazo total es “la candidatura más votada”.
- 30,21% sacó Milei: El desempeño del candidato ultraliberal y fascista (este cronista considera que es las dos cosas a la vez) es excelente. Volviendo a fallar todas las encuestas metió un batacazo arrasador; ganó 16 provincias, reafirmando que no es un fenómeno porteño ni citadino. Vale aclarar que ganó sin tener un partido detrás ni la capacidad de poner fiscales en todas las mesas. La composición de su voto al ser tan masivo y tan distribuido en todo el país merece tener la honestidad intelectual de no subestimarlo ni reducirlo a una única característica. Tan complejo que deberíamos dedicar varias notas en los próximos días para entenderlo a fondo, dejo quizás la que sea para mí una de las aristas más importantes de su voto: supo pararse en las pésimas condiciones materiales (que no significan salariales únicamente) en la que vive nuestra clase y sobre ello montó posibles soluciones que son irreales pero que causaron el efecto emocional que se proponía.
- 27,15% sacó el peronismo en su totalidad: fue la peor elección del peronismo en su historia, una derrota vergonzosa, únicamente matizada por la buena elección de Kicillof en Buenos Aires, la provincia más numerosa y pesada del país. Ganó solamente en 5 provincias y en muchas quedó en el tercer lugar. Una derrota de la que se tiene que hacer cargo toda la dirigencia peronista, empezando por el tándem CFK/Máximo, siguiendo por Massa y todo el resto de sus máximos referentes. Les quedan dos meses por delante siendo su principal candidato el ministro de economía que cabalga una inflación de tres cifras que arruina el bolsillo de las mayorías. A su vez es un movimiento político que lleva años en la deserción callejera y el encierro palaciego, por lo cual predecir su falta de tacto a la sensibilidad social no era algo descabellado. Los conduce una figura de relevancia intelectual como CFK, pero que decidió proscribirse sin estarlo de hecho y dejarle toda la conducción de gobierno a una neoliberal pro yanqui como Massa. Repetir ese camino hasta octubre no parece la mejor idea, aunque la capacidad de dar “golpes de timón” no parece ser la característica de este peronismo del siglo XXI, tanto por arriba como por abajo en una militancia acostumbrada a esperar jugadas maestras sin mucha rebelión en el ánimo ni en las decisiones.
- 28.25% de votos obtuvo Juntos por el Cambio: el frente de Macri y los radicales salieron segundos a nivel nacional, pero con dos datos claves; apenas sacaron un 1% más que el actual (des)gobierno y solo ganaron 2 provincias y la capital federal (el feudo que manejan hace 16 años). En líneas generales y aunque sus medios amigos lo quieran disfrazar, fue una pésima elección de JxC, perdió muchísimos votos y se vio sobrepasado por Milei en casi todo el país. Llegó a estas PASO con una interna sanguinaria entre Horacio “baldosita” Larreta y Pato “plomo” Bullrich. La ex montonera, ex menemista, ex ARI, ex aliancista, ex todo, le ganó con cierta holgura al alcalde Larreta (17% a 10% aprox), pero sacaron muchísimo menos de lo esperado y quedaron claramente a la sombra de un fenómeno como Milei que los corre por derecha y les grita casta cada dos minutos. Gozan de estructura y presencia nacional, cuentan con varios gobernadores, podemos suponer que se preparan en octubre para garantizarse un lugar en la hipotética segunda vuelta. Algo que ni Bullrich ni Massa tienen garantizado; quizás hoy pareciera que Milei sí, pero me animaría a dejar una duda abierta porque dos meses en este país equivalen a dos décadas.
- 5,9% de votos obtuvo Grabois en la interna del peronismo: si bien se sabía que Massa ganaba seguro y que era una interna más testimonial que otra cosa, Grabois pudo recorrer el país y ganarse un lugar en los medios ya no como dirigente social sino como referente político y candidato a presidente. Pudo exponer su programa y acumular una para nada despreciable 6%. Su gesto de ir rápido al bunker de Massa y agitar una carpeta con su programa, que Massa jamás va a leer ni va a tener en cuenta, dejan la duda de cuanto servirá el acumulado dentro de un frente que lleva años girando cada vez más a la derecha y limando cualquier arista “disruptiva” que pudiera tener. Uno supone que su espacio militará a fondo a Massa para frenar al “monstruo Milei”, lo cual tiene lógica. Quizás el interrogante más interesante es que van a hacer el día siguiente (ya sea en octubre o en noviembre) que esta elección se termine.
- 2,7% de votos sacó el FITU: a pesar del esfuerzo narrativo que ya se ve y se verá, la izquierda trotskista en la Argentina (sumando el 0,4% de Castañeira) hizo una muy mala elección. Retrocedió en volumen electoral, pero sobre todo (y es lo que más le preocupa a este cronista) retrocedió en el contenido político que pueda volver al FITU una herramienta de cambio revolucionario para nuestro pueblo. Una mirada pueda ser que el exceso de electoralismo y de la autoconstrucción por separado de cada partido que lo integra, explica como no logra masificar su presencia en las urnas. Será importante para todas las izquierdas del país (no solo la trotskista) hacer una seria autocrítica y revisar por quá se acentúa la condición de expresión política marginal y por qué no logra ilusionar, convencer, entusiasmar a las millones de personas que se necesitan para hacer una revolución.
- 5% aumentó al participación entre PASO y primera vuelta en 2019: Teniendo en cuenta que en la primera vuelta del 2019 votó el 81,3% del padrón y que ayer lo hizo el 69,62%; hay en posible disputa un mínimo de 12% de votos que podrían estar en octubre (y llegar a un 30% si todo el padrón fuera a votar). Es mucha cantidad para suponer que ya está todo definido, lo que hagan las tres principales fuerzas en estos dos meses será clave para ver que pasa con esos votos y quien tiene la capacidad de captar la mayoría.
- X% discutible y a pura especulación: ¿Todos los votos de Larreta son genuinos y van a ir a Bullrich? ¿Toda la gente que votó a Milei repite en primera vuelta? ¿El factor miedo por un triunfo de una expresión tan radicalizada por derecha, le sumará votos a Massa? ¿Kicillof retiene la provincia si sigue pegado a Massa o debe hacer la suya? ¿El voto cordobés puede definir todo como en 2015 si se vuelca masivamente a Milei? ¿Milei tendrá capacidad organizativa para sostener estos votos en las provincias ante el avance que harán las dos coaliciones con estructura nacional detrás? ¿Los grupos de poder económico en el país inclinarán la balanza de manera fuerte para alguna candidatura? ¿Los medios harán operaciones para voltear o encumbrar una lista? ¿El peronismo con un ministro de economía hambreador como Massa puede caer aun más bajo? ¿CFK se meterá de lleno en la campaña o seguirá recluida como las últimas tres semanas? ¿Qué rol jugará la embajada de EE.UU. y el FMI en estos meses?
Pasaron las PASO y ningún cargo ejecutivo o legislativo quedó definido, sin embargo se puede cortar mucha tela con la jornada de ayer. Eligimos cerrar la nota con una pregunta que nos parece la más importante: ¿Cómo y de qué tipo tiene que ser la respuesta organizativa que nos tenemos que dar como clase trabajadora ante el panorama sombrío que se avecina el 10 de diciembre, gane quien gane?
excelente análisis basado en datos muy valiosos