“Yo soy nieto de genocidas”
11Sep23Nicolás Ruarte narra su historia de como se enteró desde pequeño que sus abuelos maternos y paternos fueron militares genocidas.

Nicolás Ruarte. Foto Infobae
Días pasados la candidata a vicepresidenta de la Nación por La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, convocó a un acto en la Legislatura porteña para reivindicar los crímenes cometidos en la dictadura y negando el genocidio, convocando a realizar un “homenaje a las víctimas del terrorismo”
Para hablar sobre ese tema y su experiencia personal entrevistamos a Nicolás Ruarte, nieto de un militar genocida condenado por crímenes en los años de la dictadura cívico-militar eclesiástica, Luis Jorge Arias Duval y de Orlando Miguel Arcángel Ruarte, quien estuvo con prisión domiciliaria y no pudo ser juzgado. Nicolás es integrante del colectivo Historias Desobedientes. Es uno de los autores de Escritos desobedientes. Historias de hijas, hijos y familiares de genocidas por la memoria, la verdad y la justicia.
Escuchar su historia, cómo fue su infancia en una familia de militares, cómo decidió ahondar en el conocimiento de los crímenes cometidos por sus abuelos y otros genocidas es lo que cuenta en esta entrevista.
Como familiar de genocidas, ¿querés contar cómo es tu historia teniendo en cuenta que estás en la vereda de enfrente de la candidata a Vice presidenta por la Libertad Avanza, Victoria Villarruel?
Yo soy nieto de genocidas. Vengo de una familia de mucha tradición militar, tengo varios familiares implicados en el genocidio, en la represión del Estado, de parte del Ejército y de parte de la Marina y formo parte de historias desobedientes desde el 2017.
Lo que me trae Victoria Villarruel y todo este resurgimiento del negacionismo por un lado es un dejavú de todos los mismos puntos de vista que uno escuchaba dentro de la familia militar y, por otro lado, es un desafío a la militancia y a la democracia de que esta gente ahora parece que resurgieron o que hay más o que la sociedad se derechizó.
Para mí no es que la sociedad se derechizó, que de pronto aparecen estos personajes, sino que siempre estuvieron. Pero mucho tiempo estuvieron escondidos porque el discurso político no la habilitaba para este tipo de sucesos y este tipo de opiniones eran censuradas o al menos eran dejadas de lado rápidamente y mucha gente no las hacía públicamente. Sí las seguían haciendo adentro de sus casas y sus opiniones personales porque yo las he escuchado muchas veces en mi vida.
¿Cuántos años tenés? ¿A partir de cuándo fuiste tomando conciencia de estas historias en tu familia?
Tengo 33 años y empecé a tomar conciencia, el puntapié inicial, fue cuando cayó preso mi abuelo materno. El fue preso cuando yo tenía trece años, cuando estaba por cumplir catorce años, cuando se reactivaron las causas a raíz de la derogación de las leyes de obediencia debida y antes de eso no sabía casi nada de la dictadura, la había visto en el colegio como una línea de tiempo. Acá hubo un gobierno militar, acabó otro gobierno, sin adentrar en ningún detalle más.
Me empecé a enterar muy de a poco, un proceso de muchos años, a tratar por un lado escuchar las opiniones de mi familia y lo que decían al respecto y por otro lado empezar a averiguar por mi cuenta o por las cosas que alguien contaba; una profesora del secundario o gente de la vida con la que uno se cruzaba, o sea, fue un proceso largo, de muchos años.
¿Quién era tu abuelo materno?
Mi abuelo materno era Luis Jorge Arias Duval que fue parte del Batallón 601 de Inteligencia. Fue jefe de una central de reunión del Batallón. Fue condenado por la causa de contraofensiva Montoneros con la cual se enjuició también a (Cristino) Nicolaides y varios militares más por la desaparición de ocho militantes y de Silvia Tolchinsky, que es la única sobreviviente de la causa.

Juicio Contraofensiva montonera. Foto: Luis Angió
¿En ese momento vos convivías con tu familia, como lo tomaron ellos?
Me independicé de casa de mis padres más o menos a los 19 o 20 años en cuanto pude. La relación con mi familia fue difícil por momentos, por otros momentos no. Obviamente yo no es que tenía catorce años y empecé una revolución dentro de mi casa. Recién me pude unir a Historias desobedientes cuando tenía 27 años. Entonces desde los catorce hasta una edad adulta en la que uno puede realmente afianzar estas banderas y estas posturas y decir voy a salir a militar esto, fue un proceso de largos años.
En un principio, al menos cuando era adolescente y cuando era chico, lo que más hacía era escuchar los argumentos de mi abuelo, de mi familia, lo que se discutía en la mesa familiar, que se discutía esto porque obviamente la realidad iba impactando en la causa de mi abuelo, se iban enterando cosas, se iba viendo resoluciones, se iba haciendo cada vez más inminente que lo iban efectivamente a condenar. Entonces toda esa situación, todo lo que duró la causa fue muy estresante y un proceso de mucho tiempo y de ir y volver. Y personalmente un proceso muy de no entender muchas veces, muy de tratar de averiguar desde la pura curiosidad, no desde una postura política, porque a los catorce o quince años no podés tener una postura política definida.
Esta pregunta es muy íntima, si queres la respondes o no. En ese momento tu familia empieza a conocer y sale a la luz el juicio a tu abuelo. ¿ cómo les cae a ellos, lo aceptan, lo entienden, sabían lo que había pasado y dicen bueno, está bien condenado, o no? ¿ O como Villarroel, son todos negacionistas?
No puedo definir a mis propios familiares. Primero porque hace muchos años que yo no tengo un trato seguido con toda esta parte de la familia. Solo tengo trato con mis padres y mi hermano. No quiero poner en palabras de alguien cosas que es un proceso a veces muy largo y doloroso para uno. Muchos años intenté, desde que me independicé hasta que empecé a militar políticamente esto, a mis veintiuno o veintidós años, fueron muchos años donde yo creí que podía callar esto, que podía hacerme el boludo por así decir y seguir con mi vida e ignorar este tema y me terminaba dando cuenta que no, que era imposible, era imposible porque te pesa y aparte porque yo sentía que tenía que hacer algo al respecto, que no podía quedarme callado.
Vos tenes otro familiar, tu abuelo paterno, que vos llevas su apellido, Orlando Miguel Arcángel Ruarte, que hasta su muerte estuvo en prisión domiciliaria, y no fue juzgado por no poder afrontar el juicio. .
A mí un poco no me pesó nunca el apellido. En ese sentido tengo compañeros que dudan de cambiarse el nombre. Yo creo que mi apellido también es anterior a lo que hayan hecho mis abuelos y viene de más tiempo y en todo caso, mi misión o mi idea de esta militancia es transformar ese apellido en otra cosa, que si lo buscan al apellido sea conocido por otra cosa que los crímenes atroces.
Respecto a lo que sucedió con Victoria Villarroel, el acto que convocó, ¿cuál es tu opinión, el porqué de salir ahora y hacer toda esta propaganda?
Yo creo que claramente para mí fue una provocación, principalmente porque se sienten envalentonados y empoderados por esto de haber ganado las elecciones, sentir que hay una gran parte de la sociedad, que los apoya, que es multifacético. No creo que toda la sociedad esté a favor del genocidio. Es una circunstancia de un voto bronca y de otros factores más complejos pero que esta persona aprovecha desde mi punto de vista, porque ella tiene una sed de venganza con este asunto, al menos lo que yo siento de parte de ella y de parte de algunos recuerdos míos de ciertos familiares. Es este tema de que ellos se sintieron atacados cuando fueron los juicios, sintieron que fue una ofensa a los militares más fervientemente militares, creen que lo que hicieron estuvo bien. Ellos no están arrepentidos, creen que lo que se hizo fue necesario, entonces al enjuiciarlos por esos actos se sienten atacados. Creen que lo del kirchnerismo fue una venganza montonera y ahora a mi parecer al menos, Victoria Villarroel encarna eso, una especie de venganza contra los que son sus enemigos.
¿Ni siquiera es una expresión de algún sector de la sociedad que ha impulsado la teoría de los dos demonios?
Yo creo que es más que eso, o sea la parte de la teoría de los dos demonios es un recurso discursivo, pero su objetivo es otro. Su objetivo es aplastar al kirchnerismo o a la izquierda o todo ese pensamiento. Milei lo dijo muy claramente, que su enemigo es la justicia social, o sea, ellos planean aplastar todo lo que implique justicia social.
Sos integrante de Historias desobedientes. Contá cómo trabajan, cómo lo están manejando este tema, como lo difunden, quiénes son los integrantes.
El número exacto de integrantes se me escapa un poco, como integrantes activos debemos ser unos treinta, e integrantes que se han acercado al colectivo más de cien. Aparte el colectivo hoy en día tuvo como unos desprendimientos u otros naceres en Uruguay, en Chile. Hay una Historia desobediente naciendo en Brasil, en Paraguay, se empezaron a acercar también de otros países no solo de todas partes de la Argentina. Obviamente el núcleo fue en Buenos Aires porque las fundadoras son todas de Buenos Aires. las fundadoras originales fue un grupo de mujeres, que eso no es menor por todo lo que implicó la marea verde y el feminismo. El colectivo se formó como tal luego de ese impulso feminista y en el momento del dos por uno a los genocidas durante el macrismo. Ese fue el primer momento en que el colectivo salió efectivamente a decir esto es demasiado, hay que hacer algo y hay que al menos dar voz. Muchas compañeras se enfrentaban a que sus propios padres iban a ser liberados.
Vos mencionaste el juicio de la contraofensiva montonera y en ese juicio declaró Pablo Verna, integrante de Historias desobedientes. Cómo sienten ustedes, más allá de lo legal, que no se puede declarar contra un familiar directo?
Pablo lo pudo hacer, pudo declarar poque el padre no estaba involucrado y fue decisión del tribunal que él pueda declarar, pero fue una excepcionalidad. Por la ley argentina actual no se puede declarar en contra de sus familiares salvo que haya sido víctima directa de ese crimen. Y nosotros tenemos un proyecto de ley del cual Pablo fue el autor. Para que en casos de represión y en casos de genocidio, o sea, de terrorismo de Estado se pueda declarar. Porque tenemos muchos compañeros, que no tienen la posibilidad de salir o dar su cara para notas y para salir a militar sin miedo justamente porque sus familiares siguen libres, porque nunca fueron enjuiciados a pesar de que en muchos casos les hablaron y fueron honestos con sus propias hijas e hijos sobre los crímenes que cometieron. Esta gente está libre y no tiene ninguna condena social ni nada y nuestros compañeros tienen miedo de declarar porque si lo hacen pueden ser objetos de denuncias de calumnias e injurias, de represalias, entonces tenemos un proyecto de ley presentado en ese sentido para que en estos casos sea aceptada esa denuncia.

Pablo Verna declarando juicio Contraofensiva. Foto: Luis Angió
Sería muy importante que ese proyecto de ley sea aprobado por ambas cámaras, ya que se podría denunciar de fuentes muy directas muchas de las declaraciones y de las comprobaciones de esos hechos aberrantes. Como también que se abran los archivos y que se sepa la verdad de todo lo que han hecho estos personajes.
Tenemos un pedido con respecto a los archivos creo que era el Ministerio de Defensa, porque hay mucho material de los legajos de los militares que es público porque los militares que fueron condenados y los legajos que son parte de causas judiciales después se publican.
El problema es que no son de acceso público, deberían estar registrados y estar en internet porque también recibimos muchas peticiones de otros familiares de genocidas que quieren saber la verdad o quieren tener más datos y es muy difícil a veces acceder a esa información, tenemos que acceder a través de petitorios oficiales y pedir al archivo del ejército que liberen esos legajos y a veces es realmente engorroso o directamente no se puede.
Entonces queremos que esos legajos sean de acceso público para poder facilitar esa información y que otros compañeros como nosotros puedan tenerla. Nosotros tenemos un chiste de humor negro. Yo por ejemplo soy uno de los beneficiados, de los suertudos, porque mi abuelo fue enjuiciado, o sea no hay ninguna chance de que no tenga acceso a esa información, yo desde muy chico pude acceder a la información, porque las causas son públicas y la sentencia está publicada en el sitio web de Información Judicial. De hecho, la leí casi todas porque tenía esa necesidad de saberlo, Pero muchas compañeras y compañeros no tienen esa posibilidad.
Vos sos actor y dirigiste una obra que justamente habla de este tema, “Arismendi”.

Obra “Arizmendi”. Foto: Infobae
No. Yo soy artista visual. Soy director de teatro y de cine. Dirigí, una obra que toca este tema. La obra fue un proyecto colectivo de muchos años. Bastantes años de trabajo, al menos dos años. Un año entero de ensayos y otro año de producción, es una obra que está basada en distintos relatos míos y de distintos compañeros y compañeras del colectivo. No es una cosa autobiográfica para nada, es una familia ficcional pero que está compuesta como de un popurrí de historias de distintos compañeros como para armar un arquetipo de familia militar y de lo que se vivía en esta familia a raíz de los juicios. Todo ese proceso, de pasar del héroe del rango militar a pasar las crisis que hubo en la familia a raíz de los juicios, de la pérdida de ese rango y de ese supuesto honor y todas esas cosas como impactan internamente a la familia.
Este año no está en cartel. Hicimos dos temporadas hasta el año pasado y estamos planeando una tercera, pero estamos en la postproducción de la película, porque nosotros también filmamos una película en base a ese mismo guion. Ya filmamos la toda, pero estoy buscando financiamiento para poder afrontar la parte de edición porque necesito poder contratar un equipo de editores y yo dirigirlos. En este momento el equipo entero de edición soy yo y claramente no doy abasto porque editar una película es un montón.
Te agradezco Nicolás esta charla porque quería poner del otro lado a quienes también siendo parte de familias de quienes han participado en este genocidio en la época de la dictadura tienen una visión totalmente distinta y que creo que también es importante darla a conocer y no que tengan solamente difusión personajes siniestros como Victoria Villarroel.
Nosotros siempre hacemos este mismo llamado a la desobediencia de que cualquier familiar de represor genocida, que no hace falta que sea del Ejército, puede ser de otras ramas, o civil, de la iglesia, tenemos compañeras que son familiares de jueces, de cualquier parte que tuvo activa participación en la dictadura, se puede acercar al colectivo, se puede acercar a Historias desobedientes. Nosotros hacemos todo lo que podemos para dar contención, para dar apoyo y aparte para tratar de esclarecer. Muchas veces vienen con dudas sobre si sus familiares tuvieron o no que ver en ciertas partes donde estuvieron destinados, tratamos de hacer esas búsquedas.
Pueden buscarnos como Historias desobedientes en Instagram o Twitter o a mi como Nicolás Ruarte o como @ nicloasmariar.
Muy interesante, son declaraciones del interior del genocidio. Toda familia tiene parientes con inteligencia, con honor y valentía. Felicitaciones, Luis.
Gracias Eduardo. Hay que dar a conocer estos familiares. No todos son lo mismo.