Decadencia imperial
13Nov23Los Estados Unidos han perdido la supremacía militar absoluta como resultado, en lo fundamental, de su declive económico.
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En periodos de gran convulsión y guerras suelen mostrarse los síntomas o estertores de los imperios. En la actualidad, la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, la rebelión de las excolonias francesas en el Sahel africano, la guerra entre Palestina e Israel –conflicto que amenaza con regionalizarse– y la escalada militarista en el Mar Meridional de China parecen corroborarlo.
Los movimientos tectónicos de nuestro mundo hacen parte de un reordenamiento del orden global, donde el viejo orden unipolar –comandado por los Estados Unidos– no acaba de morir, y el nuevo mundo multipolar no acaba de nacer. Y en el claroscuro, como dijo Gramsci, surgen los monstruos.
La transición pareciera imparable. Desde finales de la década de los noventa algunos analistas internacionales occidentales advertían sobre la necesidad de evitar –a cualquier precio– una alianza entre Rusia y China; debido a las nefastas consecuencias que tendría para la hegemonía mundial de los Estados Unidos. Pero el acoso, el hostigamiento y la provocación dirigidos hacia China y Rusia solo han servido para acercarlos, al punto de crear una alianza estratégica económica, política, cultural y militar. A la política hostil contra China inaugurada por Obama –con el «Pivote hacia Asia»– e intensificada con la guerra económica de Trump se le suman las provocaciones político-militares llevadas a cabo por Biden en el Mar Meridional de China, a través de Taiwán.
La guerra subsidiada que Estados Unidos y la OTAN libran contra Rusia en Ucrania –un acto desesperado para contener y desgastar a Rusia– solo ha servido para acercarlo más a China e impulsar nuevas alianzas con el Sur Global. Rusia se ha convertido en el país más sancionado del mundo. Las más de 14 mil medidas restrictivas en su contra solo han servido para generar nuevas alianzas y pactos comerciales, y la apertura de nuevos mercados para la venta de combustible ruso y en monedas distintas al dólar. Todo ello ha acelerado con fuerza inusitada la tendencia hacia la desdolarización de la economía mundial.
Los Estados Unidos han perdido la supremacía militar absoluta como resultado, en lo fundamental, de su declive económico. Pese a contar con la mayor fuerza militar del mundo (y con un presupuesto militar que supera el valor combinado de los presupuestos de China, India, Reino Unido, Rusia, Francia, Alemania, Arabia Saudita, Japón y Corea del Sur), no ha conseguido ganar una sola guerra. La debacle de Vietnam continuó luego en Afganistán, Iraq, Siria y ahora, Ucrania. Con la reducción sustantiva de la inversión en investigación de nuevas tecnologías perdieron la ventaja en la tecnología militar de punta. Rusia y China, por ejemplo, han desarrollado misiles hipersónicos como el Kinzhal y el Dongfeng-17, respectivamente, mucho antes que los Estados Unidos, quien tiene previsto empezar la producción de su propio misil hipersónico para el año 2027. El caza de quinta generación ruso Sukhoi-57 ha superado a la variante gringa de Lockhead Martin, el F-35.
Antonio García es el Primer Comandante del ELN.
Fuente: La Tizza Cuba
Foto: Remi Rebillard / Francia